A esa antigua y pobre casa de buenos aires

“A esa antigua y pobre casa de Buenos Aires”

Una calle empedrada de Buenos Aires. miraba hacia ella con nostalgia y resignación, ambas compartían la misma edad y desgaste. Aunque habían soportado el paso del tiempo, mostraban signos de cansancio. La calle había sido testigo de la historia de la casa y ahora la miraba con una mezcla de nostalgia y resignación.
Varios personajes habían dejado su huella en sus paredes, como artistas circenses que pasan de un lugar a otro. Ahora le tocaba el turno a Ana, una joven mujer que se sentía atraída por la esencia rancia y olvidada del pobre hogar. Compró la vieja morada sin conocer los secretos que guardaba.
La casa antigua, cansada y angustiada, aceptó con resignación que Ana fuera su nueva dueña, deseando que fuera la última en habitarla. Cada noche rogaba para ser deshabitada y estar sola para siempre, libre de los recuerdos que la ataban.
Ana comenzó a recorrer los pasillos y habitaciones de la casa, sintiendo el crujir de las maderas bajo sus pies. Los pisos antiguos, rayados y polvorientos, parecían contar historias de otros tiempos. Cada habitación era un mundo aparte, lleno de objetos que guardaban secretos y recuerdos.
Pero cuando Ana abrió la puerta de aquel cuarto, descubrió un mundo oculto. Encontró un mueble antiguo que guardaba secretos y recuerdos. Al abrirlo, encontró una foto de una familia sonriente, un reloj parado en una fecha especial y un diario con notas de amor. Era como si el tiempo se hubiera detenido en aquel momento.
Ana se sintió conmovida por la historia de la familia y decidió investigar más. La casa antigua, que había estado callada durante tanto tiempo, comenzó a revelar sus secretos. Ana descubrió que la casa había sido un refugio para la familia durante una guerra, un lugar donde habían encontrado seguridad y amor.
Investigando más a fondo, Ana descubrió que el reloj marcaba el día en que el padre había partido al frente, un momento que había cambiado la vida de la familia para siempre. El diario pertenecía a la hija, que había esperado en vano el regreso de su padre, y cuyas palabras reflejaban la tristeza y la esperanza de una época tumultuosa.
Ana se dio cuenta de que la casa no era solo un lugar, sino un guardián de recuerdos y emociones. Decidió preservar la historia de la familia y convertir la casa en un museo, un lugar donde la gente pudiera venir a conocer y sentir la esencia de aquellos que habían vivido allí. Y así, la casa se convirtió en un símbolo de amor, resiliencia y memoria.
Ana sintió que había encontrado su propósito y un sentido de pertenencia en la casa, pero la vieja morada, angustiada y deprimida como una esclava enjaulada, lloraba por los rincones más incógnitos de su estructura. La casa esperaba su libertad inconclusa, ya que ahora se había convertido en un museo. y desde lejos, su vieja amiga, la antigua calle empedrada de Buenos Aires, lo veía con profunda tristeza.

Muy lindo texto que es conciso pero que acomete lo que busca compartir una vez leído. Me gusta mucho el simbolismo del reloj, así como lo que conlleva lo que representa este: el día que la vida de la familia cambio. En general, un texto muy agradable.

Ortográficamente hablando, siento que lo único que podrías cambiar (ya que a mí me cortó la fluidez a la hora de leer), es la primer coma del escrito, quizás en favor de un punto y coma, pues la pausa de lo que estás tratando de decir allí es más profunda y conlleva consigo mayor peso dentro de la oración.

En general bastante buen escrito, me gustó.

Ojalá te puedas dar la oportunidad de leer el mío. No es perfecto y tiene alguno que otro error, mas siento que las ideas y el mundo podrían ser del interés de la gente.

saludos

Quiero agradecerle sinceramente por haberse tomado el tiempo de leer mi relato y compartir sus pensamientos conmigo. Me alegra saber que el simbolismo del reloj resonó con usted y que encontró el texto agradable.

Agradezco especialmente su comentario sobre la ortografía y la fluidez del texto. Tiene razón, la coma inicial podría ser un punto y coma para darle más peso a la pausa. Me tomaré en cuenta sus sugerencias para futuras revisiones.

Me encantaría leer su relato y conocer sus ideas y mundo. Estoy seguro de que, aunque no sea perfecto, tiene un valor y un encanto únicos.

Muchas gracias nuevamente por su interés en mi trabajo.

Saludos cordiales.

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A la orden, amigo. Espero poder leer más de tu trabajo pronto.

saludos