Buenas tardes, me encuentro en un problema enorme y paso directamente a comentarles para que ustedes puedan ayudarme.
Resulta que hace aproximadamente un mes dejé de conectarme aquí porque me metí de lleno en escribir un relato nuevo (aún no estoy segura de qué tipo de relato es), pero mi problema siempre es el mismo: no sé como ponerle título.
Normalmente a muchas personas les han gustado mis historias pero el nombre es muy vago o muy simple o peor, muy obvio y, personalmente, a mi me encanta que el nombre de la historia que leo me de un “empujoncito” a lo que cuenta la historia pero que no me cuente, literalmente, de qué se trata, no sé si me explico.
Desde entonces estuve pensando en ello, pero hace muy pero muy poco mi computadora se rompió y me la formatearon, es decir, me borraron todo lo que tenía escrito: mis cuentos cortos, mi nueva historia y el libro que había escrito el año pasado. Sin embargo pude recuperar algunas de esas cosas y con respecto a la historia que había empezado, decidí cambiarla rotundamente y hacerla distinta porque casi que no me convencía, pero de nuevo surge el problema que les comenté más arriba.
Si pudieran contarme cómo hacen ustedes para crear los títulos o de qué manera se les resulta más fácil para guiarme sería de mucha ayuda.
Sin más que decir, ¡buenas tardes!
Para evitar perder mis cosas si falla el ordenador, todas las cosas importantes las tengo en una carpeta sincronizada en la nube (uso Drive y Dropbox).
Sobre el título de la historia… No tengo ninguna técnica concreta. Me salen con facilidad dos o tres títulos y luego los contrasto con mi círculo cercano.
Que importante son las copias de seguridad, yo tengo copia en la nube, en un disco duro externo y cuando estoy escribiendo me mando copia al correo por sí acaso
El título a mí siempre me surge mientras escribo en relación a la historia, pero creando un poco de enigma sobre lo que tratará.
De lo que dices (y de cómo lo dices) deduzco que eres joven; buena edad para aprender cosas (como estas).
Una: siempre que crees algo en el ordenata, guárdalo en un soporte externo al propio ordenador. Aquí arriba se habla de las nubes y otros alojamientos, pero si no quieres complicarte tanto, basta con irlo almacenando en un pen drive (o en dos, por si te falla uno de ellos). Eso sí: las cosas convenientemente ordenadas en carpetas, porque si no, luego no encontrarás nada.
Y dos: por los títulos de las narraciones, de los capítulos, &c., no te preocupes. Si escribes lo suficiente observarás que surgen sobre la marcha, como le sucede a todo el mundo, incluidos los grandes escritores.
Aunque no es el tema principal de este hilo, yo también recomiendo el guardado en la nube. Es algo bastante sencillo de hacer y hay servicios gratuitos que te pueden servir perfectamente. En mi caso, tengo una cuenta busines de Dropbox en la que almaceno todo lo que considero importante. No sabéis la de veces que me ha salvado de fallos de discos y demás.
Respecto al tema de los títulos, a mí me cuestan bastante, pero lo que nunca hago es comenzar a escribir si no lo tengo decidido. Es como la puerta de entrada para iniciar el manuscrito.
La única técnica que utilizo la aplico para los capítulos, a los que titulo en función de las últimas palabras del mismo.
Qué bueno; esa me la apunto.
Yo esto al revés; el título al final, aunque soy consciente de que no son mi fuerte.
Yo comienzo por el título antes de escribir la primera palabra y, como dices, me gusta que forme parte del correlato objetivo, pero sin que sea demasiado explícito, por lo que suelo usar la alegoría.
Muchas veces el primer título, que siempre es el nombre del archivo word, acaba siendo el definitivo, si bien en ocasiones lo cambio. Por ejemplo, mi última novela publicada, que trata sobre el proyecto Manhattan, comenzó llamándose “La sombra de Manhattan” y acabó siendo “La senda de Prometeo”. Aunque ambos eran alegóricos, preferí el segundo porque el primero se basa en algo más circunstancial (el nombre del proyecto) y el segundo se centra más en su esencia (robar el fuego de los dioses).
Supongo que esto no te será de mucha ayuda, si bien, a la hora de titular, como a la hora de hacer cualquier cosa relacionada con la escritura, cada cual tiene que acabar encontrando su propio modo de equivocarse.
Un saludo desde España.
¡Ay, qué experiencia más terrible! Conozco varias personas que perdieron el trabajo de toda su vida por no tener copias de seguridad. Toqué ese tema en uno de los vivos que hice en Facebook: ideas para poner a resguardo nuestras obras, y sí, la nube gana por paliza, por la sincronía, pero también se puede trabajar con un disco extraíble que hay que actualizar con cierta rigurosa regularidad, para que cumpla su función protectora.
Con respecto al título… ¡Qué tema, el título! Es algo que también me cuesta mucho, no sólo con los libros: cualquier cosa que deba titular, es un desafío. Me pasa que si no sé cómo se va a llamar, tampoco lo puedo empezar a escribir, aunque ya tenga la historia en mente. Tampoco importa si a mitad de camino lo cambio: lo necesito para empezar.
¿Y cómo hago? Generalmente “aparece” solo (lo pongo entre comillas porque seguramente es el chispazo entre neuronas que dicen “¡Bingo, éste es!”), de repente, y siempre engloba el clima de la novela. De por sí no dicen gran cosa; más bien cierran a medida que uno la va leyendo. Pero definitivamente es algo que me cuesta. ¡Y ni te digo cuando se me ocurre titular también los capítulos! ¡Es para rematar! Si me cuesta con la novela, imaginate cada capítulo… Pero no dejan de ser experiencias, experiencias positivas, que me ayudan a crecer.
Tal vez tendría que contarte una por una cómo fue la experiencia, pero entonces el comentario se convertiría en una novela más, por lo extenso que acabaría siendo
¡Te mando un abrazo desde Argentina!