Publicad vuestras experiencias como escritores. En mi caso particular he escrito una novela de ciencia ficción llamada “El viaje de Elrod” y los personajes e inspiración para escribirla ha venido de la gente que me rodea, de mis experiencias vividas. Pero todo ello pasado a un mundo fantástico e inventado. También me propuse escribirlo como se hacía antaño, con mi vieja hispano olivetti y lo recomiendo, ha sido el doble de trabajo pero merece la pena. Ese sonido, ese olor de la tinta, en mi caso fueron inspiradores.
En mi última novela, que toca géneros como el terror y el erotismo, propuse a varios de mis amigos la idea de participar como protagonistas de mi siguiente historia. Lo cierto es que iba a ser sólo un relato y acabó convirtiéndose en una novela corta. La ambientación de partida se basó en un Carl’s Jr que hay junto a mi oficina y, de hecho, fue, allí, durante una comida, donde les propuse el experimento que, desde luego, resultó ser bastante curioso.
Aparte de esto, por lo general, me gusta tirar de imaginación y, aunque uso frecuentemente lugares conocidos, parto de ideas o situaciones que se me van ocurriendo y que me apetece desarrollar.
En lo personal, yo no creo en la famosa “inspiración”. Es un mal resabio de la antigüedad que subestima a la imaginación. Inspirar significa que introducimos en nosotros algo externo, tomar aire del exterior, y a mí me resulta más lógico pensar que las ideas van de adentro hacia afuera, de nuestro interior hacia el universo. Tal vez pienso así por pertenecer a la generación de la imaginación al poder y no tengo previsto cambiar de idea. De paso declaro que detesto a los místicos que le hacen poner a sus discípulos “recibido por” en lugar de “escrito por”. La inspiración, las musas y toda esa parafernalia de tonterías sólo sirven para restarle mérito a los artistas y por ende, pagarles menos, o nada.
Como siempre digo, que la musa te pille escribiendo…
Sí, estoy totalmente de acuerdo. La inspiración es un ejercicio involuntario, algo que sucede ocasionalmente y está muy bien, pero si de verdad se quiere ejercer de escritor, yo creo que hay que currárselo y rebuscar en el baúl.
Es algo similar a un comentario que me hicieron el otro día, al indicar que tenía que escribir unas dos mil palabras para terminar la jornada. Básicamente se horrorizaban de que forzara el arte de aquella manera. Si lo volvía una rutina, no sería bueno, como si la calidad no hubiera que trabajarla.
No lo podrías haber explicado mejor. No hay cosa peor que ponerse a escribir con unas metas, bien sean de palabras o de líneas. La inspiración te tiene que llegar y es como todo, hay días que estás mejor y otros días no tanto.
No somos una máquina a la que se puede decir: hoy tienes que producir tanto y si no te desenchufo. Esto no va así, habrá días que escribas más y otros menos, pero nunca hay que desanimarse por ello. Qué hoy no pudiste llegar a lo que te habías propuesto, pues no pasa nada, igual mañana lo sobrepasas.
Mi consejo, no te flageles si un día no te llega la inspiración, márcate metas a largo plazo y no en días. No te obligues a escribir si no sale nada porque seguramente lo tendrás que cambiar.
Saludos
Bueno, creo que son cosas diferentes. Una cosa es aprender a gestionar la frustración ante metas no conseguidas y otra muy distinta es no ponerse metas de ningún tipo, para evitar esa misma frustración.
Yo sí que creo que es importante establecer una rutina. La inspiración está muy bien, pero si fuera por ella, no escribiría nunca o, al menos, en muy contadas ocasiones.
Sé que a veces nos ponemos muy trascendentales con el arte, pero como muchas disciplinas requiere de trabajo, aprendizaje y perfeccionamiento. La musa es una puñetera vaga, si la dejamos, no avanzamos en la vida.
Coincido con serenaender. Somos personas, con motivaciones, preocupaciones, ideas diferentes, no somos máquinas. Vamos cambiando de día en día y a lo largo del dìa y de los años, las experiencias nos van dando material.
Yo lo saco de cantidad de situaciones: la novela que estoy escribiendo nació de una noticia a la que le dí una vuelta, la pensé en un momento en algo breve, luego en dos o tres emisiones y ahora la voy complejizando, por lo que se amplía día a día. En otros casos la he sacado de textos que compañeros de algún taller de escritura han presentado y me gustó (tengo una con personajes de un compañero para desarrollar), en otros casos me surgen de los talleres de escritura donde estoy, y las voy dejando, esta semana me apareció un título más que sugerente de una canción y me dio para un personaje. En fin, en mi caso en particular, la inspiración me sale al paso en forma permanente. Tengo miles de ideas para desarrollar, pero me es difìcil concretarlas (la maldita procastinación), por lo que intento tener el diario de escritura. Me marca un hilo conductor, pero no olvido el resto.