En el artículo no lo explica… me imagino que «wasap» para referirse al mensajito, ¿no? «Poner un wasap», «mandar un wasap», «recibir un wasap». Porque la empresa y la aplicación constituyen un nombre propio: WhatsApp. «Voy a mirar el WhatsApp» o «¿No tienes WhatsApp?»
@villarpinto, justo hoy, he visto una entrevista a Ramón Alemán —por cierto, muy interesante—, en la que menciona el manual de estilo de El País. No sé si el uso de las comillas inglesas forme parte del uso establecido en ese manual.
Por ejemplo, en este titular, usan las inglesas.
De la Vega confía en que los partidos apoyen el recorte “por responsabilidad”
Sí, así es, @Fede:
Todavía no he comprado el Libro de estilo de la lengua española (aunque lo tengo en pendientes) pero, de ser así, entraría en contradicción con el Panhispánico vigente en la actualidad. Pienso que se trata de un error del redactor del periódico no haberlas corregido.
La razones por las que se debería mantener como incorrecto son:
- Se trata de un uso derivado del inglés.
- Y, además, rompe la cadena lógica de las citas en español, siguiendo la secuencia de angulares, inglesas y simples: «Recuerdo sus palabras textualmente: “Juan me dijo: ‘Ve’. Y eso hice”. Vaya si lo recuerdo», pensó Antonio.
Sí, estoy completamente de acuerdo. El caso es que, al parecer, los manuales de estilo por los que se rigen algunos periódicos —y el del País lo usan muchos otros— se saltan las normas de la RAE.
En la entrevista que os mencionaba, de hecho, se daba un dato muy curioso y es que la RAE, como empresa privada que es, no es el propietario último de nuestra lengua. Esa es una apropiación que ha hecho ella misma desde su creación.
La verdad es que yo siempre había asumido que eran la última referencia.
La RAE, como ellos mismos defienden y explican, es una herramienta de orientación, recomiendan pero no imponen, @serenaender. Luego, cada uno decide si seguir sus pautas o no, como realmente sucede.
Ahora bien, una cosa es tener los conocimientos y, por razones lógicas, diferir; y otra muy distinta es no tener ni idea y escribir textos ilegibles, plagados de errores (que no de erratas) de todo tipo: ortográficos, tipográficos, estilísticos, etc. aduciendo libertad de expresión. Los códigos existen para que podamos entendernos entre nosotros, porque si cada uno escribiera como le venga en gana, existiría un idioma por cada persona. La lengua es un vehículo de transmisión y comunicación, no de aislamiento.
Y pocos indicadores mejor que este: Arturo Pérez Reverte, miembro de la Academia, se pasa por el Arco del Triunfo la eliminación de las tildes en «sólo», «éste», «ésta», etc.
Según he leído en la RAE el pronombre éste ya no recomienda su uso, o mejor dicho, ha sido sustituido por el paso del tiempo por este. Aunque tengo que decir que yo en algunos caso he usado éste.
Efectivamente, y lo mismo con «solo», que ahora recomiendan escribirlo sin tilde en cualquier caso. Pero fueron decisiones que generaron bastante rechazo en el sector y algunos, como Reverte (que es más sonado por ser académico) o Juan Gómez-Jurado siguen usando las tildes.
Pienso que, en el caso de Reverte o de tantos otros de su generación, fue más bien por hábito que por otros motivos; reciclarse cuesta más a medida que pasan los años. A mí me sucede lo mismo con la tecnología: antes estaba muy al tanto de todo; ahora procuro que afecte lo mínimo a mis costumbres para no complicarme la vida.
No sé… no estoy tan seguro. Esos libros son corregidos por terceras personas que, al trabajar para las grandes editoriales, podemos estar seguros de que son bastante buenos. Así que tiene que ser una instrucción directa del autor de que se les dejen las tildes.
Y, en el caso de Gómez-Jurado, el mismo autor lo ha dicho en redes sociales. Tiene una especie de campaña medio de broma para recuperar las tildes (hace poco compartía que alguien de la RAE dijo que no sabían si se habían equivocado al eliminarlas). Y es mucho más joven que Reverte.
Claro, es que un buen corrector primero analiza las preferencias del autor. Siempre que sean válidas y el editor no ponga pegas, se mantienen. Corregir también implica eso, alterar lo menos posible el original (salvo indicación expresa de la editorial o recomendaciones de estilo, claro; pero, por lo general, se consulta antes de hacerlo).
Ya, en su caso puede ser distinto. De todas formas, pienso que, al final, la tendencia será a la simplificación, de ahí que también optara por ello pese a estar en desacuerdo al principio. La razón es sencilla: es más fácil para la mayoría de este modo, dada la cantidad de errores ortográficos que se ven a diario en todas partes. Y con tal de ver menos, me solidarizo.
Totalmente de acuerdo. Recuerdo que al poco de introducir la nueva norma estaba redactando mi trabajo de final de carrera. Cuando se lo presenté al tutor me lo devolvió con anotaciones en todas esas palabras que había puesto sin tilde. Tuve que llevarle la contraria (algo un poco atrevido para un alumno hablando con un oficial) y demostrarle que habían cambiado la norma.
Ja, ja, ja. ¡Qué bueno! Me hubiera gustado estar allí para verlo. ¡Tuvo que ser épico!
Sí, la verdad es que se dan situaciones, a veces, complejas. Hace poco tuve que hacer un test y había una frase, precisamente, donde se decía que había un error en el texto. El problema era que tal incorrección no existía, porque la tilde del demostrativo es opcional (era la única errata posible); pero el que redactó la pregunta no debía saberlo… Por eso digo que, cuanto más se simplifique, mejor. Sino, por activa o por pasiva, se generan equívocos.
Cuestión aparte será si, algún día, se les da también por recomendar simplificar cuestiones más complejas ―como las comillas españolas por las inglesas, por ejemplo, que ahí sí que el debate está servido―. Esperemos que no lleguemos a tanto, aunque al paso que va, ya lo estoy viendo venir…
Yo, la verdad, es que soy uno de esos reacios a abandonar las tildes en esos casos y siempre las utilizo.
De todas formas, creo que lo más importante es ser coherente en el texto. Es decir, si añadimos la tilde a «solo», deberíamos hacerlo siempre.
Es como he leído hace poco en el libro de Miguel Ángel Cómo corregir un libro, en el que explica el uso de la sangría en la primera línea de un párrafo, los cuales pueden prescindir sólo de esta sangría,el primero de cada capítulo. Si se opta por esta opción debe usarse en toda la obra, no en un capítulo si y en otro no.
Exacto, @baldtoxic. De verdad, no me conoces en persona, pero si fuera así, sabrías que no soy de elogio fácil, para nada. Si digo algo es porque realmente lo pienso, sino me callo. Y en tu caso, es impresionante lo tanto que estás aprendiendo como lo rápido que lo estás haciendo. Anonadado me hallo, ja, ja, ja. Te aplaudo. Lo mereces.
¡Gracias! Gracias y más gracias.
No hay por qué darlas. Lo que es, es. Por cierto, que si quieres leerte los otros dos, no hace falta que los compres: puedes leerlos gratis en media365.com.
Oh, muchas gracias. A punto me has pillado ja ja ja.
Yo creo que ambas opciones tienen ventajas y desventajas importantes. Yo antemano quiero recomendarte que analices con atención cada una y escojas la que mas le conviene a una persona con tu perfil tu carácter.
Sin entrar en detalles económicos que ya conocemos y podemos leer en cualquier pagina de internet, yo opino que debes escoger la auto publicación solamente en el caso tal que tengas tiempo, ganas y dinero para invertir en mercadeo, promoción y venta de tu libro.
Puedes autopublicar sin invertir mucho dinero, pero tiempo para correcciones, revisiones de portada y maquetacion, mercadeo y planificacion de una estrategia.
De lo contrario mejor con un editor que se ocupa de todo lo que no es escribir.
Yo personalmente autopublico porque prefiero decidir yo las estrategias y las politicas, segun la tipologia de cada libro.