Os quería preguntar si a vosotros también os sucede lo mismo. Por lo general, cuando escribo, las frases han de cumplir con cierta musicalidad, por expresarlo de alguna forma. Esto me lleva, muchas veces, a cambiar frases completas por el simple hecho de no cuadrar con el ritmo.
Siempre me ha parecido algo curioso, pero, al fin y al cabo, si tenemos en cuenta que la lectura se expresa, en cierto modo, en voz alta en nuestra cabeza, tampoco es tan de extrañar que el oído sea una pieza clava, ¿no?
He llegado a perder infinidad de horas, por este motivo y, curiosamente, creo que es lo que más se desarrolla, a medida que se va escribiendo.
Por otro lado, estoy convencido de que esta musicalidad va evolucionando con nosotros y que, a su vez, es muy dependiente de nuestro estado físico y mental. Quizás, por esa razón, muchas veces, al volver a releer textos escritos anteriormente, nos vuelven a «sonar» mal.
Bueno, igual sólo me pasa a mí…