¿Es conveniente mencionar marcas o empresas reales en las novelas?

Buenas tardes. He leído algunos autores que en sus obras mencionan empresas, marcas y entidades reales. ¿Hacerlo no genera problemas legales por uso de nombres registrados? Si no, ¿cómo debería hacerse su correcta mención?

@Lopezrodriguez
Lo que tú mencionas se llama en la industria “Product Placement” o “Brand Placement”, hay agentes y agencias que se especializan en ello y es una práctica comercial frecuente, aunque quedó fuera del mercado, esperemos que temporalmente ,en estos tiempos de confinamiento.
El mecanismo es muy simple: si eres un escritor de muchas ventas comprobadas y estás en condiciones de hacer una prospección de cuántos libros venderás de tu próximo título o nueva edición, entonces eres un medio cuantificable para los anunciantes de marcas.
Otra modalidad muy diferente es la de autores que citan marcas y empresas reales en función de un estilo realista y creíble, y allí aparece la Ley como límite: si dices la verdad, no estás incurriendo en ninguna falta, pero si pones en juego el buen nombre de una marca o empresa o persona, seguramente serás llevado a juicio por entidades que cuentan con despachos de abogados que estarán 24 horas al día detrás de ti.
Respecto del primer caso, el de “product placement” o “brand placement”, un libro que marcó el inicio a gran escala de esta modalidad fue la versión novelada de la película “Encuentros Cercanos del Tercer Tipo” que incluía en su texto 100 (cien) menciones de la marca Coca-Cola, naturalmente pagadas por el anunciante…

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Yo suelo hacerlo por la segunda razón que indicas. Me suele gustar introducir esos pequeños detalles que aportan un poco de cotidianidad al relato. La verdad es que desconocía que se podía cobrar por ello… :sweat_smile:

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Es publicidad a fin de cuentas, en algunos casos, incluso desmedida. Aún recuerdo la serie El barco, de Antena 3, en la que bebían más Coca-Cola que en ningún otro sitio que haya visto, ja, ja, ja. Pero les daba buen resultado: El product placement de Coca-Cola en la serie ‘El Barco’ de Antena 3 genera el 43% de todas las conversaciones sobre la marca durante su emisión entre los espectadores sociales, según Tuitele - El Programa de la Publicidad

De todas formas, aunque es algo muy personal, pienso que si se va a hacer en una obra, debe ser porque procede y en su justa medida, para no caer en excesos como en el anterior ejemplo, que era desproporcionado :joy::joy::joy:

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Stieg Larsson lo hacía en sus novelas con generosidad. Y, creo recordar, no siempre con parabienes. A mí me gusta esa técnica (si se puede llamar técnica). Será porque me gustar dar al argumento de mis novelas una visión real de las cosas; y nada mejor que referirse a lugares comunes para que el lector conecte con tu obra, al margen de novelas distópicas, ciencia-ficción y un largo etc…

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Muchas gracias, Filmbeat. El concepto de product placement sí lo conocía, pero no sé por qué no lo asociaba a los libros. Muy valioso el aporte.

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Para el libro que estoy planeando escribir este mes necesito mencionar marcas de tecnología, aunque no de manera gratuita (no me refiero a lo monetario, sino a lo argumental). Como posibilidad estoy considerando el nombre real y crear marcas con similar sonoridad o composición para que los lectores las reconozcan.

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Creo que para el caso de distopías es interesante acudir a nombres reales. Tengo el argumento de una próxima novela en el que esas marcas precipitan la historia.

Yo nombro marcas cuando me resulta antinatural no hacerlo. Es más raro para mí escribir “una bebida de cola” que “una Coca Cola”, entonces escribo lo segundo. Si alguna vez viene Pepsi y me paga, entonces a lo mejor…

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Creo que @Filmbeat te asesorado muy bien, @Lopezrodriguez. Con las pautas que te ha dado, no deberías tener problema, no te preocupes. Y en todo caso, si la tuvieras, recuerda que quien mejor puede asesorarte en temas legales es un abogado especializado en propiedad intelectual, o en su defecto, instituciones a las que estés asociado que cuenten con departamento legal, por ejemplo, CEDRO (que, por cierto, si no sois socios, deberíais serlo):

https://www.cedro.org/

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Muchas gracias, Miguel Ángel. El aporte de @Filmbeat me fue bastante útil.

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En mi opinión, desde el punto de vista puramente literario, no es conveniente. ¿Te imaginas a Galdós, a Ortega, a Menéndez Pelayo, a Pío Baroja, a Borges, a Cortázar, a Cela, a Onetti… refiriéndose literalmente a marcas comerciales?

El caso de la coca cola (y algunos otros) es extremo, porque eso no es una marca comercial sino algo que ya tiene carta de naturaleza (entidad propia que trasciende al propio nombre) en esta civilización.

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Y sin embargo, otros escritores consagrados, al menos en ventas, las utilizan sin problema alguno. Las marcas forman parte de nuestra cultura, no veo tan descabellado que también lo hagan en nuestras historias. Obviamente, no me refiero por un motivo enconómico.

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Quizás estamos en otros tiempos. Juan Gómez-Jurado las usa, si mal no recuerdo. Y dan ese toque de cotidianidad que mencionaba @serenaender. De todas formas, me extrañaría que ninguno de esos autores que mencionas no hablasen de un sastre famoso, unas botas específicas, las espadas de algún armero o cualquier cosa de ese estilo. Que nuestra sociedad hable de Coca-Cola e Instagram en lugar de floretes y gabardinas hechas a medida no es culpa nuestra. Aparte de que algunas de esas cosas es casi imposible no mencionarlas en una novela ambientada en el presente, como dice @Cristian con la Coca Cola o, por ejemplo, las redes sociales. En la trilogía de la ciudad blanca de Eva Gª Saenz de Urturi, Twitter tiene un papel muy importante. Pero es que voy más allá. ¿WhatsApp? Se ha convertido en una parte intrínseca de nuestras vidas, pero no deja de ser una marca. ¿Cómo haces que tus personajes lo usen sin nombrarlo?

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Fede… deberías estar escribiendo (y yo también, ja, ja, ja). :slight_smile:

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¡Eh! Que me he clavao 1600 palabras hoy también (he hecho trampa; me he saltado el cacho para el que me faltaba la investigación). Estoy estudiando estructura de trama…

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¡Buen truco ese, sin duda, @Fede! Yo hago igual si estoy inspirado. Hay que seguir; para volver atrás siempre hay tiempo, ja, ja, ja.

Bueno, mañana más y mejor. Yo, por hoy, ya os deseo buenas noches.

P.D.: Con relación al hilo, sigo pensando lo mismo: si es natural, no veo problema, mientras no sea en exceso. ¡Abrazos a todos/as!

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[…] ¿WhatsApp? Se ha convertido en una parte intrínseca de nuestras vidas, pero no deja de ser una marca. ¿Cómo haces que tus personajes lo usen sin nombrarlo?
Pues puedes decir que se enviaban mensajes, o mensajitos.

¿Imposible no mencionarlas en una novela ambientada en el presente? Qué va.

Y lo de las espadas de algún armero no lo entiendo. Sólo he hablado de autores del siglo XX, no del Siglo de Oro, aunque tampoco me imagino a Quevedo diciendo cosas de ese estilo.

La cuestión es, por qué hacerlo y qué se consigue con ello.

Te pongo un ejemplo basado en el cine. Típica escena en la que hay que hacer una búsqueda en internet y, seguramente, por motivos de derechos de imagen, en vez de Google, se realiza en el buscador Poodle. A mí, personalmente, me saca un poco de la escena y en la mayoría de los casos me resulta gracioso, lo que entiendo que no era la intención de la película.

Creo que en la literatura pasa un poco parecido. Los pequeños detalles aportan realismo e intentar evitarlos, a veces, nos mete en jardines que no necesitábamos. Y te lo digo como escritor de género erótico, en el que, si quiero no resultar soez, tengo que evitar una gran parte de términos sexuales.

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Luego de haberlos leído a todos, creo que la conveniencia de la mención de marcas reales en una novela o cuento debe estar plenamente justificado. No se tiene peso mencionar a Facebook si solo se hace referencia a la red social de manera tangencial. Por ejemplo “Antes de salir al que sería su último vuelo, Adelaida revisó el la página en Facebook de su mejor amiga de la infancia, con la que no se hablaba desde su fiesta de quince años”. Si esto no va a tener ningún peso en la trama, ¿para qué mencionar la marca? Pero si la red social es parte importante o delimitante de los sucesos, vale la pena hacerlo. Ahora, que no se quiere mencionar tal cual la red social, entonces usar el recurso de inventarse un nombre que evoque el de la marca real, siempre que cuando se lo que se mencione no agreda o impute cosas no comprobadas, como señala Filmbeat.