¿Cómo fue la FLA 2024?
Un pequeño resumen de este evento literario
Los pasados días 6, 7 y 8 de diciembre se celebró la Feria del Libro Aragonés, en Monzón (Huesca). Evento que reúne autores de las letras aragonesas (principalmente) aunque también de fuera, incluso de muy fuera, que para ser en un pueblo del Pirineo, sorprende la nacionalidad de alguna autora.
Allí presenté ante la cámara y algún flash mi última novela, Lágrimas de fuego, de la que ya sabrás.
Fueron tres días de cargar libros, moverse en coche o en tren (Monzón dispone de un «tren de la cultura» que conecta Zaragoza con esta feria del libro), conversar con lectores y soportar el frío atroz que nos azotó a todos, pese a los calefactores. Una buena experiencia.
Antes de nada, mi agradecimiento a Patricia y Carmen, azafatas del evento, que estuvieron al pie del cañón, ayudando con la organización, la venta, las dudas y cuantos impedimentos pudieron surgir. ¡Sois la razón por la que volveré otros años!
Ahora, desgranemos lo ocurrido en Monzón.
Preparación
Lo primero, los ejemplares, que llegaron con tiempo de sobra y en buena condición. Además de los de Lágrimas de fuego, la obra presentada, quise colar de estrangis algunos ejemplares de El alguacil, que al ser novela histórica aragonesa siempre tiene buen recibimiento entre el público local. ¡Y tanto! Si lo llego a saber, pido más.
Para dar un poco de jugo a mi stand, añadí tres carteles, uno con mis obras, otro con algunas reseñas sobre Lágrimas de fuego, y un tercero con un mapa del Valle de Lágrimas, del que estoy especialmente orgulloso y sobre el que ya hablé en un artículo sobre cómo conseguir mapas para tu novela de fantasía. Este mapa cumplió un rol esencial al vender libros, pues al estar en formato A3 me sirvió como guía para ilustrar a los lectores sobre lo que sucedía en la novela. Para futuros eventos, este mapa será enmarcado para que conserve esa función de ayuda visual.
Y por último, los marcapáginas, que ya iba siendo hora de que tuviera unos propios, donde se muestran mis obras, al autor y un código QR que conecta a mi web. ¡Nunca se tiene suficiente publicidad! Y como el acabado era de los buenos —un marcapáginas robusto, de los que aguantan los pliegues— dada gusto tenerlo en la mano.
Presentación de Lágrimas de fuego
La presentación en sí se prolongó durante treinta minutos, de los cuales yo empleé la mutad en hablar sobre la obra, los obstáculos que afrontarían los personajes y la ambientación de pica y arcabuz, un poco más allá de la fantasía medieval.
Luego, la ronda de preguntas de los asistentes, que se centraron en la idea del fuego eterno de la diosa Ahisma, pues muchos parecían interesados en la mitología asociada a ese aspecto de la novela, lo que me permitió hablar sobre la religión del mundo de Lágrimas de fuego. Tanto se preguntó, que estoy seguro de que redactaré un artículo sobre las Cinco Diosas, el Dios Verdadero y los Poderes Ruinosos.
Concluido el evento, acudí rápidamente al stand para firmar libros a quienes habían asistido, y el pequeño barullo atrajo a otros, lo cual es bueno.
Ahí es donde ese olor a queroseno se hizo persistente. Fue el precio a pagar para no congelarnos.
Ahí es donde vi que esta feria del libro ofrecía una oportunidad para vender la colección completa, pues la gente se interesaba por las dos novelas, aunque fuesen de géneros distintos, y el último día decidí presionar el asunto y traerme los ejemplares de El Cirujano que me quedaban por casa, y también se vendieron. Nota mental: encargar más.
Volví más ligero de equipaje, y con más optimismo en el cuerpo. Como digo, una buena experiencia.
Bibliotecas y Dana
Desde que trabajo en bibliotecas, parece que estas me persiguen. ¡Incluso las de fuera de Zaragoza! Entre las conversaciones con lectores se me acercó una especial, ya que se trataba de la bibliotecaria de Monzón, a la caza de nuevos ejemplares para la colección. Tras un poco de charla, exponer la sinopsis e intercambiar datos para facturas, la biblioteca de Monzón dispone de un Lágrimas de fuego para que el público pueda disfrutarlo.
Y no fue el único libro que acabó en una biblioteca, pues en el pabellón se habían dispuesto cajas para donar libros a las bibliotecas afectadas por la dana de Valencia, ya que agua y libros no es una relación benigna. Y el coste de recomponer un catálogo bibliotecario es considerable… De modo que ahora una biblioteca en Valencia dispondrá de un ejemplar de El alguacil. Y de otros muchos libros, que los autores se volcaron con esta iniciativa. ¡Que los disfrutéis!
Futuros eventos
Y de nuevo agradecer a Patricia y Carmen, azafatas del evento, por su ayuda. La primera al llevar las cuentas acerca de lo que se vendía, cobraba y los cambios, para llevar el control entre tanto ajetreo. Y porque fue simpática a más no poder. Y a Carmen por su sugerencia de que contactase con Ana Segura de Aragón Radio, porque esa idea ha germinado y espero participar en el programa La torre de Babel en este próximo 2025.
Y ahora toca localizar nuevos lugares donde organizar encuentros con lectores. A ver si convenzo a mis jefes de las bibliotecas… Mientras tanto, a seguir dándole a la tecla, que La canción de la rata avanza, pero no todo lo que hubiese querido. Y necesito acabar ese borrador de empezar la revisión gorda de Noventa atmósferas. ¡Te mantendré informado!