Izquierda indefinida de cine

Parte de la formación intelectual de un joven de inclinaciones hacia la izquierda en los 80 y 90 era el cine estadounidense de Hollywood. Sé que puede parecer contradictorio porque Hollywood podría hacer propaganda de derechas y lo era (ahí están buena parte de la filmografía de los Westerns, bélicas, Spielberg, etc…), pero en lo tocante a ciertos tópicos estaba más escorada a la izquierda divagante.

La izquierda divagante, según la definición de Gustavo Bueno (El mito de la izquierda, Ediciones Pentalfa) es aquella que no tiene como temas de batalla aquellos temas que un Estado ha de afrontar sino que libres de estar obligaciones por lo general se dedica a llevar la alternativa –por llamarlo de alguna manera– en temas como los derechos humanos, el animalismo, la ecología y cosas así. Como es previsible no son, a priori políticos o politólogos profesionales, ni siquiera están obligados a tener una formación en esta lides, y su frente suele estar compuesto por colectivos autopercibidos de izquierda como intelectuales, profesores universitarios o artistas. Muy a menudo tienen altavoz y son ardientes defensores de las causas antedichas.

Pues bien, como decía, el Macartismo fue uno de los temas de batalla habitual más habituales al que la izquierda divagante con altavoz y capacidad de difusión vía cine exportó y de pasó formó la mentalidad izquierdista de muchos jóvenes en los 80 o 90. Para los jóvenes de ahora que leen esto en el 2025, les explicaremos que La Caza de Brujas fue una medida de autodefensa norteamericana impulsada por el senador Joseph McCarthy (de ahí el sustantivo “Macartismo”) entre 1950 y 1956 que puso en serios apuros a personajes públicos de la comunicación (periodistas, cineastas, actores, algunos artistas) y le hizo la vida muy difícil a algunos funcionarios y algunos políticos, miembros del gobierno o militares. Un procedimiento que básicamente consistía en acusarlos de filia comunista y de colaboración y venta de secretos o colaboración con la Unión Soviética. Actividades consideradas, con razón dicho sea de paso, antiamericanas. Como cualquier procedimiento de esta índole, estuvo plagado de equivocaciones, pero hubo algunos aciertos. Mucha gente conoció el paro, la deshonra pública, el ostracismo, el exilio y una de las consecuencias finales fue la definitiva ilegalización del Partido Comunista de Estados Unidos. Una medida que dura hasta la fecha si tengo bien entendido.

El tema de la caza de brujas promovida por el senador McArthur dio para mucho material literario o cinematográfico y fue muy usado como arma propagandística por aquellos artista afectados o por otros en defensa de la libertad de prensa, opinión etc. Cuando el asunto estaba a punto de pasar al olvido general, Hollywood decidió sacar Good Night Good Luck dirigida por George Clooney (2005) y allá por el 2015 estrenaron Trumpo dirigida por Jay Roach. Obviamente, la intención era que las nuevas generaciones no se olvidaran de esta mácula en la Historia del país más podreoso del mundo.

El cine nos manipula las mentes y nos hace ver las cosas según un prisma muy limitado: aquel que interesa a los implicados. En contrapartida, la lectura es más profunda y más rica en matices. Por suerte tenemos bibliotecas públicas que nos dan una buena cantidad de material para el estudio de la Guerra Fría. Los volúmenes escritos por Thomas Gordon o el libro de Marchetti sobre la CIA son lectura fundamental para no ser este tonto útil que repite todo lo que ve sin filtro propio.

Espias, de Clader Walton va más allá, es quizá uno de los libros más incisivos sobre la Guerra Fría y el increible desarrollo del espionaje ocurrido después de la Segunda Guerra Mundial. Es un documento que quizá adolece de un solo aspecto: el de estar muy centrado en lo que dio de sí la lucha fría, oculta, entre Gran Bretaña y Estados Unidos contra el bloque soviético y deja mucho por explicar sobre el continente europeo, pero que esto no lo desmerece ya que su lectura aporta tanta informació, tantos puntos de vista sobre un periodo importantísimo de la Historia más reciente y que renace en el siglo XXI en su versión 2.0 con mucha virulencia.

Teniendo en cuenta el contexto histórico, las dificultades que se estaba encontrando el bloque Occidental, vencedor de la guerra (la 2ª) y las continusas incursiones de espionaje que el otro bloque vencedor -el Oriental, es decir, el soviético y posteriormente el comunismo asiático- tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos (en Alemania, Francia e Italia también) el libro de Walton nos hace ver que la Caza de Brujas estaba justificada. A pesar de las tropelías o de los errores, no le quedaba más remedio a la contrainteligencia de EEUU que emprender medidas drásticas, aunque que no siempre dieran un resultado deseable o se equivocasen en los procesos judiciales. Entonces, el Comunismo era un enemigo fuerte, con influencia propagandística poderosa y un aparato de vanguardia revolucionaria dispuesto a combatir en la clandestinidad -sobre esta idea de vanguardia y la noción del Comunismo como combate es interesante leer a Bueno y su El mito de la izquierda.

Espías: la épica guerra entre el Este y el Oeste (Calder Walton; Ediciones Salamina, 2024) además de incisivo y de mostrar un gran conocimiento de la materia apunta a dar una explicación sobre la situación del mundo en la actualidad. Parte de una premisa ciertamente peculiar pero que sigue vigente en su versión 2.0 entre el país más poderoso del mundo y sus competidores. Según Walton, hay una guerra entre Este y Oeste desde antes de la Segunda Guerra. Un conflicto que a veces se calienta y el choque entre las potencias se hace real con muerte y destrucción, aunque no siempre con los principales actores implicados. Gran parte del tiempo esta guerra es encubierta, por tanto no se ve a las claras, y ésta se da en muchos frentes como la propaganda, la desinformación, el comercio, etc.

La única forma de comprender los problemas históricos y el mundo actual es leer muchas fuentes y estudiar las aportaciones de diferentes autores, porque si uno piensa que el cine o las redes sociales no están llenas de influencias es que un tonto útil de los poderes.

He aquí la recomendación de lectura de este lunes, 30 de junio de 2025, Espías: la épica guerra entre el Este y el Oeste (Calder Walton; Ediciones Salamina, 2024). Sin duda, de lectura obligatoria para este verano tórrido.