LA SOMBRA PEGAJOSA
La espesa neblina cubrió todo al ras del suelo. Yo estaba aterrado… ¡Aquella sombra me estaba persiguiendo! La soledad de la noche y las calles vacías no me dieron seguridad alguna… Al voltear, vi horrorizado cómo la sombra pegajosa se me vino encima como un pulpo y me empezó a envolver. ¡No pude escapar! ¡Ya era demasiado tarde!..
Yo caminaba con cierta inquietud por las calles vacías y solitarias. Hacía frío y una espesa neblina me rodeaba. Con nerviosismo apresuré mis pasos para llegar pronto a mi casa pues la medianoche ya estaba muy cerca.
Me preocupaba andar solo a esas horas de la noche… Apenas un día antes habían asesinado a un hombre a poca distancia de donde me encontraba.
De pronto, una ráfaga luminosa cruzó el horizonte ante mis azorados ojos, rompiendo la negrura del cielo. Un fuerte destello iluminó por unos instantes la lejanía y se escuchó una explosión.
Muy intrigado ante ése hecho tan extraño, caminé calle tras calle hacia el punto donde había caído lo que al parecer era un meteorito.
Mis pasos resonaron en el pavimento, rompiendo el silencio de la noche, donde ni un alma se podía ver en las cercanías. Salió por la última calle de la ciudad y ante él estaba un espeso bosque.
A lo lejos se divisaba un leve resplandor, entre los grandes matorrales y los árboles. Sigilosamente Andrew se fue acercando hasta un claro del bosque y en el ambiente había un raro olor a un tipo de combustible que no alcanzó a definir.
Lo que vio lo dejó pasmado. Una nave ovoidal había caído y yacía semienterrada entre el pasto. ¡Era un OVNI que se había accidentado y su centro brillaba con una luz ocre que parpadeaba!
No habían rastros de seres extraterrestres cerca de ahí y todo se encontraba envuelto en un misterioso silencio…
Se quedó por unos momentos inmóvil, observando cómo la luz ocre se fue apagando lentamente. La bruma siguió envolviendo el ambiente y solo la Luna alumbraba aquel lugar.
Con el rabillo del ojo percibió un movimiento que lo hizo voltear rápidamente. No había nada, solo las sombras de los matorrales y de los árboles que lo rodeaban.
De pronto notó otro movimiento, ahora a su derecha. Volteó y tampoco vio nada. Solo sombras y la neblina que se movía lentamente. Su corazón latió aceleradamente y su cuerpo se puso muy alerta.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral y todos los vellos de su piel se le erizaron. ‘Algo’ negro que estaba en el suelo se movió y esto le hizo dar un salto… ¡Solo vio su propia sombra!
Andrew comprendió que tenía los nervios alterados por todo lo que estaba viviendo. Decidió alejarse del lugar.
Al día siguiente, ya con calma, pensaba regresar con algunos amigos para ver al OVNI que se había estrellado.
Caminó hacia la entrada de la ciudad y con el rabillo del ojo notó que ‘alguien’ lo estaba siguiendo. Apresuró sus pasos y pronto llegó a las calles solitarias y cubiertas de niebla.
De reojo alcanzó a ver que lo que se deslizaba atrás de él, al parecer era… ¡Su propia sombra! ¡Eso era algo ridículo, inconcebible, pero real! ¡Su sombra, o lo que él creía que lo era, lo empezó a acosar y amenazaba con alcanzarlo!
No había nadie a quien pedirle ayuda… Comenzó a correr y la sombra lo siguió más rápido. Su corazón estaba a punto de salírsele del pecho por el pavor que sentía. La sombra, como si fuera algo líquido y pegajoso, empezó a envolverle los talones y las pantorrillas.
Esa sensación viscosa y fría le hizo pegar un grito. Al voltear, vio horrorizado cómo la sombra pegajosa se hizo muy grande y se le vino encima, como un enorme pulpo, y lo empezó a envolver.
¡No pudo escapar! ¡Ya era demasiado tarde! Aquella sombra lo envolvió completamente, de pies a cabeza, y lo empezó a disolver. Lo había tragado y el cuerpo material de Andrew se convirtió en una pasta pegajosa, un líquido negro, semejante a la sombra que lo había devorado.
Lo curioso era que él no murió ahí mismo… ¡Seguía vivo y totalmente consciente!
En realidad la supuesta ‘sombra’ no era tal. Se trataba de un ser extraterrestre proveniente de la nave que se había estrellado. Su misión era crear seres idénticos a él para así conquistar la Tierra.
Para ello necesitaba alcanzar, envolver y ‘tragarse’ a seres humanos como Andrew, para alterar su metabolismo biológico y convertirlos en sombras pegajosas.
¡Andrew ya era uno de ellos! La sombra se lo llevó a lo más espeso del bosque. En estos momentos se encuentra acechando entre los árboles, los matorrales, y la niebla…
¡Está esperando a algún desprevenido que se acerque al lugar para seguirlo, para perseguirlo, y finalmente para ‘tragarlo’, y de esta manera convertirlo en otro miembro más de la Gran Invasión Alienígena!..