No todos los libros que parecen escritos para niños lo son, algunos guardan secretos destinados al alma adulta.
Imagina un colibrí diminuto que revolotea entre flores de colores, a primera vista pensarías que esta historia es un cuento sencillo, casi infantil, un respiro ligero para la mente, pero conforme avanzas en sus páginas, descubres que ese pequeño ser es, en realidad, un espejo de lo que somos: frágiles y a la vez fuertes, efímeros pero eternos en los recuerdos que dejamos.
Este libro no habla solo de aves y jardines; habla de ti, de mí, de la vida que muchas veces pasa demasiado rápido mientras buscamos la felicidad en lugares equivocados. Cada metáfora es un recordatorio de que el amor se encuentra en lo sutil, que la alegría se mide en instantes y que, como los colibríes, nuestra existencia brilla más cuando aprendemos a detenernos en lo esencial.
No es un cuento infantil, aunque tiene la dulzura de uno; no es un ensayo filosófico, aunque su trasfondo invita a reflexionar como si lo fuera.; es un puente entre la inocencia y la sabiduría, una lectura ligera en forma, pero profundamente intensa en esencia.
Si buscas un libro que no solo entretenga, sino que te acompañe en tus propias preguntas sobre el amor y la felicidad, esta obra está hecha para ti, porque a veces, las verdades más grandes se esconden en las alas más pequeñas.
Déjate llevar por el vuelo de este colibrí… puede que en su batir encuentres respuestas que llevabas tiempo buscando.