Yo publiqué el primer libro en 2015. Desde el año anterior comencé a investigar sobre cómo y dónde publicarlo. Ya entonces me quedó claro que, de las tres opciones -editoriales; editoriales de autopublicación y autoedición- la mejor, para mí, era la autoedición, que en ese entonces era casi en exclusiva con Amazon.
También entendí que las editoriales de autopublicación eran, en resumen, el timo de la estampita.
En 2014 había mucha menos información que ahora, pero si se tenía paciencia, se lograba entender los pros y contras de las tres maneras de publicar.
Hoy en día la iinformación abunda. En este foro se ha escrito hasta la saciedad sobre las editoriales de autopublicación, siempre llegando a la misma conclusión: el negocio de las EdA consiste en cobrarle al autor, no en vender libros. Es más, lo dicen claramente tal y como refleja la siguiente afirmación:
Pero, cada quien es libre de escoger su camino. Eso sí, guerra avisada no mata soldados.
Otro punto sobre el que se han vertido ríos de tinta en este foro -y en la web- es que el primer libro vende poco. Máxime cuando al autor no lo conoce ni el tato.
Alguien lo dijo en este hilo, es una carrera de fondo. La primera vez que lo escuché, fue en un viejo podcast que tuvo uno de los miembros de este foro @AlbertoMeneses. Ellos decían que, más que tuitear, instagramear y pare usted de contar, lo que había que hacer era escribir y publicar. La mejor estrategia era ampliar el catálogo. Otro que habla de esto es el militar que escribe novelas de aventuras y que también está en este foro. Inclusive publica sus cifras de ventas y siempre ha dicho que el último libro vende más que el anterior y así sucesivamente. Él escribe mucho, publica mucho, tuitea mucho y, para rizar el rizo, tiene un ejército de seguidores, nunca mejor dicho.
Meneses y Supervielle no paran de escribir y de publicar, ese es meollo del asunto. Lo demás -publicidad, redes, blogs- es secundario.
Yo, no vayáis a creer, he pasado por todas las etapas: ansia por que el primer libro se vendiera; publicación con editorial (de las serias, no de las tramposas); mucho tuiteo y mucho blog; y bla, bla, bla. Hasta que un día, por fin, recordé lo que decían Meneses y sus compañeros: escribe y publica, publica y escribe…
Y así he seguido haciendo, complementado con un buen uso de las herramientas que Amazon ofrece -las gratuitas- y que, gracias al amplio catálogo, hacen que mis libros se vendan. Unos más, otros menos, pero sin agobios y con la ventaja de que me queda más tiempo para segur escribiendo y publicando.