¡Hola! Tengo una pequeña colección de poemas ekfrásticos donde exploro y transformo películas y personajes literarios en verso. Es mi manera personal de darles una nueva voz. Me gustaría que las leyeran. Aquí va uno de estos poemas.
La criatura perfecta (“Alien”)
Desde el útero del vacío, donde el tiempo no tiene eco,
emerge la urna de obsidian, una cripta de posibilidades.
Un capullo que respira el aliento frío del vacío,
guardando en su interior la promesa de una sinfonía desarmónica.
Es la semilla de un invierno eterno, plantada en la galaxia,
un presagio tallado en el éter.
Es el arácnido de ámbar, que no busca un nido, sino un anfitrión.
Su beso, una transfusión de destino, sin piedad ni juicio,
la entrega de un código genético a la carne que ignora.
Su abrazo es el molde del destino, que se adhiere con la tenacidad de la verdad.
Una raíz parasitaria que busca la savia vital,
transformando el calor en un crisol de gestación.
El rompimiento, un eco sordo en el vientre de la nave.
No un nacimiento, sino la eclosión de una gema pulida por la oscuridad.
No es cría, sino escultura que respira, recién tallada del lienzo de la muerte.
Es la primera nota de una melodía inaudible,
la silueta de un miedo antiguo que por fin toma forma.
Sus movimientos, la danza de una sombra perfeccionada,
un espectro que camina con la gracia de una fatalidad inevitable.
Su piel, armadura de olvido, brillante y sin compasión, espejo de abismos.
Cada pliegue, una línea de un poema gótico,
cada tendón, la cuerda tensa de un instrumento de dolor.
Su cráneo, una catedral vacía de pensamientos,
solo un eco de la pura función, la existencia sin dilema.
La lengua, un rayo cristalizado de la voluntad,
no un órgano de sabor, sino un proyectil de propósito.
Sus garras, hojas de viento petrificado,
cortando no la materia, sino el velo entre la vida y su fin.
Y la sangre, un río de disolución,
una vía láctea corrosiva que marca su paso.
Es la fatalidad encarnada, su fin y su sendero.
Es el verso final de un código biológico inquebrantable, la ecuación de la forma pura resuelta en la oscuridad.
Una verdad fundamental, tan perturbadora como el eco de un vacío eterno, tan inquietante como sublime.
I.M.