Práctica de escritura - El vigía

Es lo primero que escribo, la verdad que voy sin un plan concreto, solo quiero terminar esta historia y así en el camino poder practicar la escritura. Sin correcciones, no escribo con una estructura previa , la historia y los personajes van creciendo conforme los escribo. Tengo algunas ideas de lo que van a hacer o como son, pero sobre todo se va tejiendo conforme avanzo. Un saludo.


En lo más alto de la torre más oscura
Sin latido observa
Al niño, al adulto y al anciano
En lo más alto de la torre más oscura
Sin latir desde hace quinientos años
La mirada fija en la noche más oscura
La niebla su aliento
La nieve su alfombra
"

LA VILLA DE NAUCAR

PRÓLOGO: LA VENTISCA
LA ANCIANA
El cántaro se deslizó por el abismo de la mesa, chocó, varios pedazos se extendieron por el suelo, el agua vagó libremente por las baldosas.

La anciana mujer se levantó de su silla maldiciendo y salió de la cocina en busca de la fregona.

La cocina era un lugar oscuro, paredes de lo que antes debía ser blanco, pintura cascarillada. Una tenue luz apenas iluminaba el lugar.
Limpiaba los restos cuando un estruendo se oyó fuera de la sala, asustada tiró al suelo la fregona y fue hacia el origen de aquel sonido.
El viento atravesaba el pasillo, los pelos enmarañados de la anciana se movían en desorden mientras avanzaba hacia la puerta del fondo. Cruzó la puerta y entró al comedor que ahora se encontraba iluminado por la luz del exterior .
Un agujero en la pared del fondo del comedor fue por donde atravesó una figura temida por todos los habitantes de la villa de Aucar, el general .
Parado frente a la anciana con pose amenazante, armadura mezcla de metal de color dorado cubierta de conductos cilíndricos transparentes de donde salía una especie de energía de colores rojos y verdes neón.
-¿Donde está Erinor?- salió del casco una voz amenazante y autoritaria, la ventisca de nieve con su rugido furioso acompañó la pregunta.
Continuó en un tono muy diferente y mas emocional que el anterior- sabes que es inevitable, su alma no le pertenece- .
El general era una sombra recortada en la luz que emanaba por el agujero de la pared tras el .

  • ¡Las murallas caerán!- grito ella- el ejercito agotado verá la escasa luz de Ronimar dar el último suspiro en sus pupilas.
    Invadido por la ira- ¿¡Donde está Erinor perra maldita!?
    -Ya se lo he dicho…ha ido a la ciudad de las almas perdidas…
    El general bajo la mirada con cierto aire de tristeza. Se dio la vuelta. Su capa ondeaba con fuerza—anciana…este momento es el final de tus días.
    Salió por el agujero.
    Una esfera redonda entró volando y chillando.
    Todo salió volando por los aires en mil pedazos.

SALY
–Erinor está muriendo- una lágrima se resbaló por la mejilla de Saly cuando le contaba esto a su madre.
El sonido de la ventisca de fuera golpeaba la ventana. Saly se irguió sobre la silla, tensa- tengo que hacer algo mamá, yo le quiero y me duele ver como poco a poco se consume.
-Tu no puedes hacer nada cariño- le contesto su madre mientras le posaba una mano en el hombro para confortarla y evitar que se hundiera más en esa tristeza- ha elegido un camino que le separa de ti, y ese camino comenzó hace ya mucho tiempo, el es un elegido del vigía, le concedió esa sensibilidad para usar la magia que es a la vez una condena- Saly bajo la cabeza- si historia ya está escrita
Saly se levantó enfurecida-no! Me niego a creer que está vida sea así de injusta- se volvió hacia su madre- te recuerdo que las leyendas hablan del manantial perdido
-las leyendas- le interrumpió la madre alzando el tono- son leyendas Saly, son cuentos de vieja contados con la intención de impedir que veamos una realidad, y la realidad es que vivimos o morimos según los designios de un ser que da y quita a su parecer.
-te equivocas madre- le apuntó con el dedo acercándolo a la cara de su madre- el manantial equilibra las cosas, nos da la oportunidad de vivir de elegir
-Saly…
-no podrás impedir que
El ruido de una explosión en una casa cercana interrumpió a Saly que corrió a la puerta de la casa
-oh no …
-¿Que es eso Saly , que pasa?
La madre de Saly ando los pasos de su hija y se quedó petrificada detrás de ella mientras contemplaba el origen del sonido
Grito Saly- ¡es la casa de Erinor!- y fue corriendo
-¡No Saly!- la madre de Saly alzó el brazo como intentando agarrar a su hija pero ella ya bajaba por el sendero que llevaba a la calle principal-hija mía ¡Vuelve!- le gritó e intento salir tras ella pero la pierna le falló y cayó de bruces en la nieve mientras el sonido de su voz era borrado por el ruido de la ventisca.

Saly corrió hasta la calle principal que bajaba por el centro de la villa y luego doblo a la izquierda , siguió avanzando calle abajo pasando por delante de la tienda y mas adelante, la funeraria.
No podía distinguir nada alrededor, la nieve caia en bastante cantidad y fuertemente, la ventisca le frenaba, cada vez presionaba mas fuerte como impidiendi que alcanzara la casa de Erinor. Pronto pareció que el mundo había desaparecido . Avanzaba con dificultad.

Llegó a la altura de una estrecha calle entre dos casas que bajaba hasta el hogar de Erinor y su anciana madre. Giro poco a poco como pudo, evitando caer, y siguió hacia adelante internándose entre las dos casas. A la izquierda , dejo atrás la casa de la señora Dorin, tenía un corral de donde salía el sonido de un perro ladrando. Parecia que ese ladrido le estaba avisando de algo.
Y así fué.
En el mismo instante en que comprendió lo que significaban esos ladridos, escucho un ruido metálico y sintió un agudo dolor en el costado izquierdo , una especie de pierna de acero le golpeo y salío disparada contra el muro de su derecha, rebotó agrietando sus ladrillos y cayó al suelo.
Invadida por ese dolor levantó la vista y vio enfrente , saliendo del corral, a una enorme figura que se dibujaba poco a poco mientras avanzaba hacia ella.
Era el general Julius, el hombre responsable de la muerte de su padre y que había hecho la vida imposible a Erin y a ella. El hombre a quien más odiaba.
–te lo diré solo una vez ¿Donde está Erin?
Saly apoyó las manos en la nieve intentando levantarse, le fallaron los brazos y volvió a caer.
“Vamos de nuevo Saly” “tu eres capaz de hacerlo” “Erin te necesita” se dijo. Apoyó de nuevo las manos, cayó hacia atrás apoyando la espalda en el muro y se arrastró empujando su cuerpo hacia arriba. Logró ponerse en pie.
“Necesito tiempo” “él aún no lo sabe”
–No tienes ni idea de lo que estás haciendo- le gritó con un gesto lleno de odio en su rostro. Un hilillo de sangre le caía por el rostro.
–Se que no tenéis ni idea de lo que estáis haciendo
El general se acercó alargando el brazo y agarro a la chica por el cuello con sus guantes de acero. La empujó contra el muro y los pies de ella se separaron del suelo.

Erinor
Ronimar se desplegaba ante sus ojos cuando cruzó el Arco de la muralla. Ronimar era una ciudad enorme dividida por un palacio en el centro. La mayoría de las casas tenian un solo piso de altura y estaban construidas con madera y piedra en su forma original, ahora eran un reflejo de una ciudad antiguamente humana y emanaba de la gran esfera central, como un sol de luz verde proyectada por toda la ciudad. Todos los edificios de la ciudad tenian un aspecto vaporoso en sus bordes, esquinas. Expulsaban una especie de bruma que se juntaba con la bruma de los edificios colindantes.
Erinor quedó impresionado con el espectáculo. Miro a su alrededor, la plaza de entrada , una plaza enorme con una fuente central,abarrotada de espiritus haciendo su vida, iban de aqui para allá concentrados en sus tareas. Se acercó a la fuente, de los caños de esta salia una especie de liquido verde brillante. La tenue luz verde de la esfera central no llegaba a iluminar la plaza, el liquido brillante era la única fuente de luz. Junto con la bruma que expulsaban los edificios moviendose lentamente, girando sobre si misma y haciendo remolinos, hacian de esta plaza un hipnótico espectáculo que Erinor solo habría podido soñar con ver algún día.
Por fin estaba aquí, este era el único sitio en el que el creía que podría obtener mas información sobre la ubicación del manantial perdido. Tenía el tiempo en contra, había usado tantas veces la magia que su alma estaba absorbiendo su cuerpo para poder sobrevivir.
¿Por donde empezar? lo tenía claro, debía encontrar la taberna de Ronimar y entablar contacto con el espiritu que lo había traido aquí. Virium.
Se acercó a uno de los ajetreados espiritus que cruzaban la plaza
-disculpe- levantando una mano, el espiritu se volvió y dirigio las cuencas de sus ojos hacia él, al ver a Erinor se volvió rapidamente y empezó a “correr” si es que así podría llamarse a lo que hacia, ya que sus pasos no se correspondian exactamente a su avance, era como si se desplazara por una pista de hielo.
Erinor lo intentó con otro, pero de nuevo paso lo mismo. ¿Se asustaban por la presencia de un vivo?
-Hey tu!- una voz que salía de un callejon a la derecha de Erinor en la parte oeste de la plaza, un callejón que hacía esquina entre dos edificios, uno que daba a una calle que subía y otra que bajaba- no te van a hacer caso- dijo la voz misteriosa de nuevo. Erinor no era capaz de ver, el callejón se hallaba totalmente en la sombra- ven.
Erinor, al principio se resistió, pero no parecía haber mejor opción en ese momento. Se acercó lentamente, renqueando, se sentía muy cansado. Se adentró en la sombras del callejón.

No se veía tan apenas-¿Hola?- nadie respondió --escucha, ni lo intentes conmigo–de la mano de Erinor surgió una bola de fuego que giraba y flotaba, iluminó el estrecho y largo callejón. Al fondo sobre una caja, apareció una figura delgada y larga, con un sombrero alargado coronado por una pluma que tapaba su cara. Un abrigo negro que se ajusaba a su figura, unos pantalones de color rojo con parches y botas negras. En la espalda llevaba lo que parecía ser un arpa, o al menos eso le pareció a Erinor. Claramente era un Bardo.
No tienes el mejor aspecto muchacho–le dijo la figura–Me parece que eso–apuntó con el dedo hacia la bola de fuego que flotaba en la mano de Erinor- te va a hacer mas daño a ti que a mi- Levantó la cabeza y apareció debajo del sombrero un rostro bello de facciones duras con el mentón escondido tras una perilla. Sonreía- esos de ahí afuera no te van a hacer mucho caso, creeme, no están acostumbrados a ver gente como tú, no suelen rondar por aquí los vivos…Tienes un aspecto cercano a la muerte, pero aun percibo vida en ti ¿Cómo te llamas?
-Erinor, lo único que quiero saber es
-Espera, espera- le cortó- -¿Qué formas son esas muchacho?
-Lo único que quiero saber es como llegar a la taberna-continuo Erinor haciendo caso omiso a los intentos del bardo por llevar la conversación hacia otro lado, Erinor se sentía agotado e incomodo por la situación, su cabeza le iba a mil por hora pensando en el fatal destino que se hacía presente en su aspecto físico, solo pensaba en terminar con esto cuanto antes, no le gustaba tener que ver nada con nadie, ni que se alargara una situación que el consideraba sin sentido- dime de una maldita vez como llegar a la taberna o no me hagas perder el tiempo mas
-ya veo…–frunció el entrecejo-mi nombre es Virium, por cierto-se subió a la caja y con un salto que lo impulso por encima del muro que tenía detras desapareció en la oscuridad.
No podía ser, ¿Que había hecho? ¿Ese era Virium? ¿Pero como podía ser? Erinor no daba credito, aquel que le había mostrado aquellas imagenes de un manantial perdido, hacia muchos años ya, aquel que le había acompañado desde bien pequeño, hablandole en sueños, el que le había traido aquí…¿Era ese bardo? no podía ser, era mucha coincidencia que tuvieran el mismo nombre, pero quizás fuera de Naucar el nombre de Virium fuera mas común. Debería apartarlo de su mente, no quería creer que la habia fastidiado de esta manera, otra vez no, no… no podía ser él, Virium, el de sus sueños, le esperaba en la taberna, fue claro al respecto, el bufón que se había encontrado en este callejón no era él. -Erinor idiota, te preocupas por nada- pensó y salió del callejón.
De nuevo había usado la magia, sabía que le estaba matando pero no podía controlarlo, era como respirar, se había convertido en algo insconsciente, necesitaba luz y uso un hechizo de fuego, ahora sentía las consecuencias, su cuerpo era pesado y débil, asi lo sentía, no había podido descansar desde que salió de Naucar, ni siquiera en el Zeppelin, un viaje que le había llevado un sol completo de duración. Su cabeza era un sin parar, un castigo constante, cada paso que daba su cabeza lo usaba para castigarle; además, sentía la violencia e imaginaba los peores castigos contra las personas y el mundo en el que vivía, esa era la parte de él que la magia había consumido, su alma cada vez se acercaba mas hacia una polaridad negativa, ese era el castigo por usar la magia desde bien pequeño, ahora, ya en la edad adulta, todo se había tornado una pesadilla.
Esta ciudad también lo era. Salió del callejón y notó como aquel tono verde que inundaba toda la ciudad se le comía por dentro, le dolía todo, sentía que le miraba y juzgaba negativamente todo aquel que pasaba.
¿Por qué había sido tan impulsivo con aquel bardo? Siempre lo fastidiaba todo por culpa de su maldita lengua. Caminó por la calle a la derecha, la que bajaba; esta zona se internaba por debajo de un puente haciendo una curva hacia la izquierda, a los dos lados las casas se elevaban poco a poco encima de los dos muros laterales.
Luego una recta, algunas rampas para subir a los barrios a izquierda y derecha. El seguía recto, sintiendose perdido. Tenía frio. Otro puente encima de él y mas allá, al final de la recta, veía un tunel que debía comunicar con la otra mitad de la ciudad. La esfera silenciosa iluminaba todo desde arriba, Erinor sentía como le observaba, sentía que iba a caer sobre la ciudad e imaginó como rodaba destruyendo los edificios a su paso y como le aplastaba sin remedio. No podía seguir caminando, todo se empezaba a oscurecer; se sentía solo, en mitad de un mundo que no comprendía y una vida que se agotaba, se sentía en el centro de ese mundo. Mas oscuridad, sentía los parpados pesados, las piernas empezaban a fallarle y sentía sus rodillas bailar erraticamente. Cayó al suelo.

El cazador

“Nada me impedirá cazar a uno de esos capullos amarillos hoy” pensa a el cazador mientras caminaba por el bosque, escopeta en mano, preparado para dar caza a el primer Nimu de la semana que apareciera. Aprovechó que hoy la niebla no era tan densa como el resto de días.
Los Nimus eran unas criaturas redondas de aspecto gelatinoso semi-transparentes que se criaban dentro de los arboles del bosque de Naucar. Su característico color amarillento se debía a que absorbían la savia de los arboles hasta matarlos.
El cazador era miembro veterano de la orgullosa asociación de cazadores de Naucar.

Mientras caminaba solo pensaba en su objetivo, y se veía orgulloso contandoles a sus compañeros cazadores la hazaña. Hacia ya tiempo de la última plaga, se decía que solo aparecian en los tiempos de crisis, ya que son producto de la condensacion de la niebla en los arboles, y la niebla esta conectada con el vigia de alguna forna que el cazador no podia entender.
Pequeñas ramas caídas de algunos árboles que los Nimus habían agotado crujían al paso del cazador. El cazador observaba al detalle los troncos de los arboles, uno tras otro mientras pasaba ante ellos en busca de los agujeros que dejaban los Nimus al habitar un árbol.

Hoy no parecía haber suerte, no veía señales de Nimus y ya había pasado una semana desde que se anuncio en el tablon del gremio que se habían avistado los primeros.

-lo siento mucho señores- comenzó el capitán del gremio en la reunión informativa que congregaba a más de una decena de cazadores de Naucar en la sede cerca de la entrada del bosque- los Nimus han vuelto y eso significa que algún hecho está incomodando a nuestro vigía, algo malo va a suceder en las proximas semanas. A el cazador no le habría importado que las cosas siguieran como siempre, esto es, que no hubiera faena, al fin y al cabo esto no era su sustento principal, el no era como sus compañeros, un buscador de antiguos portadores de la magia que ahora se habían transformado en horribles criaturas, el era un moldeador de ventiscas cuya simple función era intentar averiguar cuando y por donde aparecerian estás.
Pensaba en todo esto, cuando escuchó un golpe y sucesivamente el crujir de la madera de un árbol cercano. Y es entonces cuando se quedó paralizado, temblando en el sitio.
-¿Qué?- se colocó la escopeta contra el hombro y comenzó a apuntar, ese no era el típico sonido que correspondía a un Nimu. El silencio del bosque se hizo pesado y hasta el sonido de la ventisca desapareció, todo se quedó en calma, una calma , que el cazador sentía en su estómago como precedente de una tormenta. Otro ruido como de zarpas y otro golpe que hizo retumbar un árbol más cercano. El cazador apuntó hacia allí, le temblaba el pulso, la niebla se estaba cerrando de nuevo, todo parecía una trampa. Apretó con fuerza la escopeta contra el hombro, sentía que el miedo iba a dislocarle el hombro.
-condenada criatura, sal de ahi
Otro ruido de zarpazos , otro crujir de madera, y un gran golpe en la nieve. Como de algo que había caído de las ramas. Pisadas de algo pesado rompiendo la nieve a su paso. El mismisimo sonido de la maldad caminando por la tierra, más ruido de pisadas y cada vez más cerca. La niebla casi poseyendo el cuerpo del cazador y una sombra que lo rodeaba por todas partes, como si la niebla se tiñera de negrura. El cazador estaba a punto de desamayarse, cada vez le temblaban más las manos y la escopeta bailaba entre sus manos y el hombro. Empezó a andar torpemente hacia atras. Se tropezaba y volvía a levantarse. Empezó a dibujarse entre nieblas una figura del tamaño de un hombre, alto, que parecía vestido con un…no, no iba vestido, era pelo, pelo que salía de su cuerpo desnudo, negro, denso, en parches, no lo cubria completamente, el rostro pálido y unos ojos al igual que luces rojas rodeados de negrura. La cabeza era más bien la de un perro, con unos colmillos delanteros que sobresalian. Seguía conservando la piel de un humano, pero como si se la hubiera enfundado en su cabeza a presión un perro, fuera lo que fuera esa criatura, el esueleto de un perro habia crecido dentro de una piel que no le correspondia. Una visión infernal que hizo que el cazador gritara y pensará en toda su familia y su corta vida en Naucar. Corrió. Corrió como alma que lleva el vigía entre los arboles, destrozando la nieve a su paso. La criatura, con sus piernas desnudas, aún humanas, de una chica de no mucha edad parecían, comenzo a correr detrás de el chillando como si en su garganta tuviera mil cuchillas rozandose entre ellas.
El cazador no podía soportar el miedo que sentía, todo su cuerpo acelerado, sintiendo como la sangre golpeaba a toda velocidad las venas de su cuerpo, el corazón contra el pecho a punto de estallar. Nunca habia visto algo así en su vida, debía ser un portador de la magia , aunque nunca habia visto llegar a nadie a ese estado, tenía que avisarlo en el pueblo.
Siguió corriendo, los arboles a los lados pasaban a toda velocidad, ya quedaba poco para llegar a Naucar. Apretó aún más la carrera sintiendo los músculos de sus piernas rozando el límite. Zancadas anchas , ya se veía la salida. La luz del exterior se abría paso tímidamente entre dos árboles, día de nevadas. El sonido de la ventisca empezó a envolverle.
Detrás corría el portador cada vez más cerca.
El cazador ya sentía la libertad.
El portador podía oler su piel tan cerca , estaba a solo estirar su brazo y cogerlo.
El cazador dio el máximo y más de las posibilidades, la criatura detrás comenzó a estirar el brazo y entonces el cazador dio un salto hacia la luz del exterior. Grito en el aire. La criatura abrió sus brazos y salto a la vez que el,ya casi lo tenía , podía olerle. Alargó el brazo y se engancho al pie del cazador, lo que corto su trayectoria en el aire e hizo que cayeran en plancha ambos.
Estaban justo en la frontera natural del bosque, una hilera de arboles que desprendian niebla que rápidamente se disipaba bajo la luz del sol. Más adelante se veían las primeras casas de Naucar, cientos de hileras verticales de humo , provenientes de sus chimeneas, que se perdían en el cielo.

  • suéltame, joder- el cazador estiró el brazo para coger su escopeta que había caído al lado, mientras el portador arañaba su pierna con las uñas produciendo un terrible dolor-mierda , mierda. Con todas sus fuerzas terminó de agarrar la escopeta, con la pierna que tenía suelta, golpeo su cabeza con la planta de su pie
    Una
    Dos
    Tres
    este se soltó. Rápidamente,el cazador dio un giro sobre si mismo en el suelo para colocarse hacia arriba. La criatura chillaba ahora con mas fuerza y movía las manos y piernas desesperado en el suelo.
    Le metió la escopeta en la boca
    Y apretó el gatillo.
    La cabeza de la criatura se convirtió en cientos de trozos que volaron desordenadamente hacia los troncos, piedras, hierbas junto a un liquido viscoso rojiverde .

SALY
Sentía el frio acero de la armadura del general Julius en su cuello. Cada vez apretaba mas contra el muro. Debía hacer algo y rápido, si no quería morir ahí. Debería usar la magia si quería escapar, pero…¿Qué hechizo? quería algo que no gastara demasiada energía almática, no se la podía jugar.
-Criaja del demonio, dime donde está-la voz del general desde debajo del casco
-¡Pedazo de hojalata! Ya te he dicho que no lo se, hace días que no lo veo, pero si lo supiera no te lo diría-no debería haber dicho eso, pensó.
De la espalda del general empezó a salir humo y un sonido de maquinaría.
-Última oportunidad- Saly se zarandeaba intentando librarse del brazo del general, tenía los brazos en el aire y se agarró con ellos al brazo gigante del general.
-Escuchame, Julius, lo he recordado-mentía- a Erinor lo he visto esta mañana en el bosque-dijo esto llorando, premio a la actuación del año, miró fijamente al general- lo he visto asustado-“espero que estés bien Erinor”- no me ha dicho a donde iba, pero…lo he seguido mas tarde y le he visto marchar hacia el Oeste
-hmmm ya veo pequeña ratilla…veo que sabes mentir, pero Erinor ha marchado a Ronimar, se lo extraje a la anciana…te espera el mismo destino que a ella.
-¿Qué le has hecho asesino?- le gritó y se enganchó con las piernas al brazo.
El general empezó a levantar el brazo con Saly agarrada a él
Última oportunidad, vamos Saly. En ese momento sintió como todas las almas de Naucar se conectaban una a una al centro de su pecho, imágenes de varias vidas que no eran la suya pasaron por sus ojos, la paz y la comprensión le embargaron, el tiempo se paró, ella agarrada al brazo del general. -Ayudadme porfavor, el destino de este mundo os reclama de nuevo- el sentido de la ventisco cambió, el aire y la nieve empezaron a entrar en su pecho a toda velocidad, Saly sentía frío en sus ojos, sus ojos se convirtieron en dos luces de color azul. Su aliento se hizo uno con la ventisca y miró al general, abrió su boca. Toda la fuerza de la ventisca empezó a golpear al general. Este la soltó y cayó al suelo entre chillidos de dolor, no era agradable el dolor que le producía el hielo en la sangre, como pequeñas cuchillas arañando sus venas.
Saly comenzó a correr calle arriba, con sus ojos todavía iluminados por el fuego azul de sus pupilas. Estaba viva de milagro, como algo que le daba esas sensaciones tan lucidas, podía ser algo que te matara, era una contradicción injusta, maldecía al vigía por este supuesto don que le había dado. Había usado una infima porción de alma de cada habitante de Naucar para poder usar ese hechizo, aun no sabía como había podido funcionar, esto haría que su tiempo sobre el mundo de los vivos se extendiera, pero a costa de tiempo de los demás. Había salido el sol. Sabía donde tenía que ir, lo había leido en los recuerdos de Julius. Su destino era Ronimar. ¿Pero qué había ido a hacer Erinor a Ronimar? Porque no podía estarse quieto, es más ¿Qué pintaba ese asesino de Julius en todo esto? Normalmente solo se pasaba por Naucar a reclamar los tributos para el Vigía. Erinor y ella podrían estar ahora tan tranquilos…solo quería una vida de tranquilidad para los dos, le amaba, pero no podías atar a un sitio a una persona como Erinor, estar en Naucar solo le había traido desgracia, o mas bien, según entendía Saly, su cabeza es la que le había traido esa desgracia y ese dolor. Había prometido dejar de usar la magia, pero ella sabía que eso era imposible, Erinor ya no mandaba sobre Erinor, El vigía, su maldición, la magía, eran la que gobernaban a Erinor.
Giró hacia la izquierda por la calle principal de Naucar, no tendría tiempo de despedirse de su madre, si Erinor había decidido ir a Ronimar, solo había un camino seguro, el Zeppelin. Seguro era un decir, tendría que cruzar la montaña por el pasaje de los perdidos, era el único camino para llegar a la estación del viejo Sintoin, el dueño del zeppelin, luego tendría que convencerle. El terror quiso invadir su mente y su cuerpo, pero Saly lo apartó con rapidez, no podía permitirselo. El sol calentaba sus mejillas, llegó a la salida del pueblo, en lo mas alto de Naucar. Una ladera de la montaña, cruzada por un sendero que bajaba por ella, llevaban directamente hasta la puerta del pasaje.

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ERINOR
Se despertó, le dolía mucho la cabeza y la espalda. Miró a su alrededor. Estaba en una pequeña instancia iluminada tenuemente por un candelabro que había en la mesilla de la derecha, la luz verde de la esfera entraba por la derecha. De repente una voz enfrente, desde las sombras comenzó a cantar, acompañado de lo que parecía el sonido de un arpa

Desde las lejanas tierras nevadas
desde la muralla de la soledad
bajo su atenta y fija mirada
un chico de aun una joven edad

-Esta vez te ha faltado poco
-¿Virium?- el bardo se incorporó en la silla con una sonrisa puesta en la cara
-El mismo…fuiste un poco maleducado allá en el callejón
-lo siento…-Erinor bajó la cabeza con los ojos tristes
-Viendo el estado en el que estás puedo comprenderlo- Se levantó de la silla y apoyó el arpa, luego se acercó a la ventana- te debo una explicación entiendo.
-¿Por qué apareces en mis sueños desde que era solo un niño?
-La pregunta es ¿Por qué apareces tu también en los mios desde que yo era un niño también?- se volvió hacia Erinor- Hace tiempo que dejé de preguntármelo, en cambio, exploré las posibilidades de esta conexión.
Erinor le miraba con atención, aun con dolor de cabeza y apoyado contra la pared pegada a la cama
-Aparecías todas las noches en mis sueños, a veces veía fragmentos de tu vida, otras te veía practicar la magia…me fué dificil contemplar como ibas creciendo pero hundiendote en las sombras de un alma desgastada, sentía tal conexión contigo, te sentía real, conozco a tu familia , a tu amor Saly
Cuando Erinor oyó ese nombre, sintió una punzada en el estomago
-Yo siempre he estado solo Erinor, tu has sido mi único amigo, si se pudiera decir así
-pero ¿Como puede ser? Estas en una de las mas grandes ciudades de este mundo
-Estar rodeado de tanta gente, cuando tu oficio es el del bardo, no te asegura no sentirte solo, tengo las mujeres, el oro, todo lo que quiero, pero el único corazón que he sentido, aparte del mio, es el tuyo. Tu tienes a Hermin que te quiere, a Saly, aunque bien se que hace tiempo se te ha olvidado valorar lo que tienes.
-Estas muy equivocado, claro que las valoro- frunció el ceño
-Lo único que valoras a dia de hoy es la magía Erinor- agachó la cabeza, con la mirada fija en el suelo- pero nadie te culpa Erinor, al fin y al cabo sufres de la maldición del vigía, es dificil resistirse a usarla, podrías haberlo hecho en un principio, si claro que si, pero no tenías el conocimiento suficiente sobre las consecuencias. Yo podría haberte ayudado-levanto la mirada- pero nunca he sufrido la magia ni he mantenido contacto con nadie que la tuviera, aquí en Ronimar nadie la tiene.
-¿Pero tu de donde sales?- Erinor se apoyó sobre el borde de la cama.
-Vengo del mundo subterraneo, la ciudad espejo, como la llaman, junto con Ronimar, son los únicos lugares donde no se usa la magia ni vienen portadores.
-Es cierto entonces que debajo de esta ciudad hay otra
-No solo hay otra, es un reflejo vivo de esta, este es el plano espectral de aquella ciudad. Yo debería estar muerto…así es como llegué aquí, pero algo ocurrió en el proceso y aparecí en este cuerpo, el cuerpo de un vivo.
-Y como es que tu me hablabas en sueños, ¿como pudiste traerme aquí? yo también soñaba contigo, pero vivía mi mundo y tu aparecias en el.
-Por lo que intuyo, puede que tenga que ver con que yo tenga que estar muerto pero no, yo no pertenezco a esta realidad, los fantasmas de mi mundo sois vosotros , los vivos de este plano.
-Vale…eso podría tener sentido ¿ Y como has podido hablarme?
-Conocí en una de mis juergas en la taberna alguien que conocía de todo esto de conexiones y sueños, me ayudo a utilizar el mundo de los sueños como un canal, casi como si fuera un tercer plano, ayudado por mi propia experiencia, al fin y al cabo, se lo que se siente al pasar a otro plano, se me hizo facil rebuscar en mi las sensaciones de mi propio viaje y transportar ese estado mental al sueño, y ¡YIA YIA! viví tus sueños, me convertí en un personaje mas de los muchos que pueblan ese mundo.
-¿Qué quieres decir con eso?
Virium se acercó a Erinor, se puso en cuclillas y apoyó sus manos sobre las rodillas del muchacho-Que cuando sueño, puedo vivir en los tuyos, incluso cuando te despiertas…He pasado dias enteros del mundo de la vigilia paseando por tus sueños.
Erinor sintió un escalofrio ¿Como es que caminaba en sus sueños? ¿Incluso despierto? Se sintió invadido, ¿Cuanto sabía esta persona de su vida?
-Si te preguntas cuanto se de tu vida…He vivido contigo, en cierto sueño, cuando tu saliste de él, yo imaginé una ventana y a través de esa ventana pude ver un día de tu vida
-Has estado vigilandome-con rabia- Has estado espiando mi vida sin mi permiso
-Lo se, tenía miedo de estar solo
-¿Qué excusa de mierda es esa?- Erinor agarró a Virium por el pecho. Rapidamente Virium se libró agachándose y empujando por encima a Erinor que salió despedido hacia la esquina en diagonal a la cama.
-Escúchame, yo lo único que intento ahora mismo es ayudarte- manteniendo el mismo tono y la misma voz elegante, limpia, ni muy grave ni muy aguda- se como salvarte de tu maldición, llevo años intentando averiguar como podía librarte de esa maldita magia y tras muchas, demasiadas charlas con los transeuntes de la taberna de esta ciudad, he averiguado como ayudarte
Erinor se incorporó con dificultad y volvió a ponerse de pie
-¿Como?- aun con la respiración entrecortada por el esfuerzo de levantarse
-Tenemos que encontrar el único lugar que sobrevivió a la conquista del Vigía- con tono ensombrecido-el manantial olvidado.

SALY
Entró por la puerta de su casa. El sol brillaba sobre la nieve de la entrada. Su madre estaba en el comedor sentada en una comoda en la esquina del fondo, llorando.
-Mama- le dijo saly con tono triste
-hija mia, estas bien- desconsolada corrió hacia Saly y la abrazó- estaba muy asustada, he visto la nave del general encima del pueblo y pensaba que te habrían capturado, no soportaría perderte a ti también.
-Tranquila mama-abrazandola, apoyada en su pecho-buscaban a Erinor
-Ese muchacho…no quiero verte nunca mas con él, solo trae problemas
-me voy
-¿Cómo…como que te vas?
-me voy a buscarle, mi corazón le pertenece, yo no quiero perderle a él
-¿Qué estas diciendo?
-Que se ha ido a Ronimar, esta siguiendo el camino que le fue revelado en sueños…hay una curación para la magia
-¿Y eso a ti que te importa? Olvídalo, ese chico pertenece a otro mundo, tu tienes que quedarte aquí junto a mi y crecer y aprender a capturar las ventiscas, servir a Naucar
-¡no mama!-se separó de ella con rabia- olvida esa vida que se supone que tengo que vivir, yo tampoco pertenezco a este mundo…Soy portadora de magia
La madre de Saly se quedo con los brazos a los lados las palmas hacia adelante, sin saber que hacer ni que decir-no, no puede ser
-Si mama, al igual que papa yo también tengo la maldición y no pienso quedame de brazos cruzados
-No me lo puedo creer, ese hijo de perra me perseguirá hasta la muerte
-Ese hijo de perra, mi padre, no eligió el camino que le toco vivir, papá no pudo salvarse, pero yo si, yo romperé con el ciclo, al igual que mi amado Erinor, y tu no podrás hacer nada para evitarlo.
La madre de Saly se abalanzó sobre ella pero Saly se apartó. La madre cayó al suelo y se quedó tirada larga boca abajo
-Largate de una maldita vez, no me has dado mas que problemas, largate- le grito entre lágrimas
Saly sintió una tristeza y una impotencia dentro de si, tenía ganas de abrazar a su madre, decirle que si, que lo sentía y que solo eran tonterías de una chiquilla rebelde, que sentía todo el mal que le había traido. Pero no pudo, no pudo porque tenía que elegir, y Erinor estaba en su cabeza, solo quería el calor de su amado, era el lugar mas seguro de ese triste mundo, entonces esa compasión que sentía hacia su madre se convirtió en verguenza, se dió la vuelta y salió del comedor, subió por las escaleras centrales hasta la buhardilla, necesitaba un viejo libro donde tenía mapas dibujados por su padre, mapas de los alrededores de Naucar y una ruta para llegar hasta la estación de Zeppelines del viejo Leny.
Abrió la puerta de la buhardilla, un olor a humedad y a cerrado le entró por las nariz, era algo que le agradaba, era el olor de los sitios donde se guardaban tesoros. La buhardilla estaba en penumbras, no quería utilizar la magia al menos que fuera estrictamente necesario asi que bajo de nuevo por las escaleras, fué hasta la cocina y cogió el candelabro dde encima de la mesa, se oían gemidos de tristeza que venían del comedor, su madre seguía allí; subió de nuevo por las escaleras, candelabro en mano. La buhardilla estaba llena de columnas de libros y trastos, muchas hojas se habían separado de los libros, al fondo había una estantería con un cofre, atravesó como pudo entre las columnas de libros, pisando un viejo juguete de madera que crujió un poco con el peso de Saly, no era mucho, pero el juguete, un pequeño caballito de madera con ruedas, no lo soportó. Se acercó hasta la estantería, levantó el candelabro para iluminar bien el pequeño cofre, dejó el candelabro a la izquierda; Saly fue invadida por los recuerdos de las tardes con su padre en aquella pequeña buhardilla, donde había aprendido del mundo y sus leyendas, sobre el vigía , su conquista hace quinientos años, sobre su enfermedad o maldición, como era comunmente llamada…aunque su padre acostumbraba a decir que si esta maldición era controlada podría ser una bendición, que eso había leido en alguno de sus libros, no sabía a que se refería, estaba claro que para el no lo fue, ni para Erinor, ni para ella.
Abrió el cofre y vió ahí la brujula de su padre y algunos pergaminos con notas de sus estudios sobre la magia, hurgó un poco y encontró debajo un mapa con la ruta para las visitas que hacia a su viejo amigo Leny y la ruta para cruzar el paso de los perdidos de forma segura, lo dejó todo tal cual estaba, cerró el cofre y se lo llevó. Rebuscó detras de una columna de libros había una vieja mochila, la sacudió contra la pared quitandole el polvo de encima y metió el cofre dentro. Bien, ya estaba lista, cogería algun alimento, pan y algunas pastas que preparaba su madre, eso sería suficiente , su padre le había enseñado a cazar, la verdad que tenía ganas de iniciar esta aventura, el objetivo era encontrar a Erinor, pero por el camino practicaría todo aquello que le enseñó su padre y cumpliría con aquello que no le dio tiempo, salvar a los habitantes de este mundo de la magia, aprender a convivir con ella sin que supusiera un peligro para sus almas, hallar la bendición de la que tanto hablaban aquellos viejos libros.
Bajó hasta la cocina, su madre estaba ahí, cabizbaja , sentada en la silla
-Saly- con gravedad en el tono- piénsatelo bien, si te marchas no creo que volvamos a vernos hija mia
-mama…
-No te preocupes bonita- se levantó, se acercó lentamente con las manos levantadas y le secó las lagrimas de las mejillas- si te quedas aquí moriras, por lo menos si marchas tendrás una esperanza, yo voy a imaginar como superas cada día.

Erinor
En Ronimar nunca amanecía, una nube gigante y negra tapaba el sol. La única fuente de luz era la esfera que colgaba en el centro de la ciudad, encima del castillo del rey Liche. Erinor caminaba por las estrechas calles cerca de la posada donde le llevó Virium dos días antes. Se encontraba en la parte sureste, pasó por enfrente de una pocimería.
-Como puedes ver los muertos siguen manteniendo sus negocios y sus costumbres aun cuando no tienen porque hacerlo, su muerte es un reflejo constante de su vida- le comentó Virium a Erinor viendo como se acercaba al cristal de la pocimería. Erinor observó con fascinanción diversas pocimas con nombres extraños que no entendía.
-¿Alguna de estas tienen efectos positivos para un vivo?
-Todo lo que hacen los muertos en esta ciudad puede ser usado por un vivo, aunque son pocos los que se acercan por prejuicios y supersticiones- metió una mano dentro de su gabán y sacó una botella pequeña de cristal de color morado brillante- gracias a esta, hoy sigues respirando.
-¿Qué es?- con cara de curiosidad
-Es esencia de Nimu
-¿Nimu? en los bosques de Naucar son una plaga
-En algunos lugares de este mundo se han sabido utilizar de otras maneras para sacarles algun provecho a estos pequeños regalo del Vigía, no creo que el mismo sepa de que formas creativas usamos sus “regalos”- al decirlo hizo un gesto de comillas con los dedos de ambas manos
-¿Como aprendes todas estas cosas si no has salido de esta ciudad?
-Obviamente de los que saben, pero te recuerdo, soy de ciudad espejo, es la capital del mundo invertido, compartimos todo con este plano de la realidad, incluso al vigía.
Siguieron caminando dejando atrás la pocimería y pasando por delante de otras tiendas como la armería, la herboristería. Se alternaban con puertas de madera donde debían vivir sus dueños.
-¿Como puede ser que el vigía controle también ese otro plano?- preguntó Erinor mirando hacia adelante
-El vigía conquistó todos los planos posibles de realidad de este planeta, no se sabe como adquirió ese poder, también creó la armada de Ciudad Fenix y les dió el conocimiento en tecnología con el que oprimen al resto del mundo.
Avanzaron por la calle hasta llegar al mercadillo de almas. El mercadillo de almas era un lugar oscuro, la calle que habían seguido comenzaba un pequeño descenso hasta dar con un muro, en mitad del muro había una doble puerta de madera, encima un cartel que rezaba el nombre del mercadillo.
-Muy bien Erinor, hemos llegado al sitio que quería enseñarte- dijo Virium, Erinor miró con expresión ceñuda el cartel- Dentro del recinto del mercadillo, hay una persona que tiene un tenderete y fue la que me dió la información sobre el manantial perdido, hay algo que aun no te he dicho sobre este manantial, y es que no está en este plano
-¿Como que no está en este plano?
-El manantial está en el plano de ciudad espejo, de hecho nosotros no la llamamos ciudad espejo, la llamamos Ronimar
-¿Qué me estás queriendo decir?-Erinor sabía lo que le quería decir, pero aguardó a que el se lo aclarara con la esperanza de que no fuera lo que parecía obvio
-Sabes lo que te quiero decir Erinor, el primer paso en tu viaje hacia el manantial es…
-Morir- le interrumpió.
-si, debes morir
Erinor sintió un escalofrio que provenía de lo mas profundo de su vulnerable existencia.

CAPÍTULO 2
EL CAZADOR
-te digo que es lo que vi- dijo el cazador
-Dejate de tonterías Rilier, hace años que no se ve a ningun portador por Naucar- le contesto Wen, su mujer. Rilier no quería entrar, el sabe lo que vio, lo que vio y mató. Si bien era cierto que hace una década que no se veía a ningún portador-bestia por la zona de Naucar. Se encontraba ahora mismo en el pasillo de entrada, su mujer le habia ido a recibir mientras el se quitaba las botas y el abrigo, llenos de sangre. No quiso seguir con la discusión, si parecía un loco pues que lo pareciera, a veces el miedo hacia pintar a un cuerdo de loco. Avanzó por el pasillo hasta el fondo dejando las escaleras que llevaban al piso de arriba a la derecha. Entró en el cuarto de limpieza. Era una pequeña sala, un lugar frío y húmedo, sintió en los huesos un escalofrío. La ventana del fondo estaba cerrada. La poca luz entraba por la puerta desde atrás. A la izquierda, encima de una mesa de madera había un candelabro. Dejo la ropa en el lavadero del fondo, volvió hasta la mesa y encendió el candelabro, la sala se iluminó levemente. Las sombras de su cuerpo y de los muebles danzaban por las paredes. Se acercó hasta el lavadero, abrió el agua que comenzó a salir de una abertura de la pared donde había un caño de madera. Agarró el abrigo y comenzó a frotar. Cada vez que pasaba la esponja, le venía una imagen de la horrible bestia rasgando la madera del árbol. ¿Qué hacia un portador en estas tierras? Otra pasada, otra vez las garras deshaciendo la madera. La oscuridad le rodeaba, la maldita tenía la misma negrura que tenía el de pelaje de la bestia. Su mente comenzó a andar sola, imaginó como entraba por la puerta de casa y alcanzaba a Wen, el no podía hacer nada, clavaba sus garras en los brazos de su mujer en el suelo, veía los tendones que sujetaban los brazos al resto del cuerpo al separarse. Esos ojos le miraban ahora, el estaba al fondo del pasillo, brillaban en la oscuridad, era el único punto de luz. Sintio un vértigo, y tuvo que agarrarse al lavadero al perder el equilibrio. Sus brazos tensos sujetaban con fuerza el lavadero, sentía la fría piedra en sus manos, le costaba mantenerse firme, las manos le sudaban. Sintió una presión en su hombro derecho. Se volvió agitado, tan fuerte que tambaleó. Su mujer le agarró fuerte del torso e impidió que cayera al suelo.
-Cariño ¿Qué pasa?- le dijo Wen.
-Nada, nada-agitado Rilier
-¿Por qué me mientes?
-¿Por qué no me crees?
–Te creo Rilier
–¿Y qué ha cambiado ahora para que me creas?
–Lo que ha cambiado…–Wen se acercó a la ventana y la abrió- mira allí arriba- señaló al cielo, allí habia una nave de tamaño medio
–¿Una nave de transporte?
–Los de la ciudad tecnológica están aquí cariño
–¿Antes una criatura y ahora esto?
–No se porque, llamame loca, pero me parece que todos estos eventos extraños tienen más relación de la que creemos.
-Pues si, estás loca, loca de remate
Wen le miró fijamente
-loca como yo
Se escuchó el ruido de una explosión. Una onda expansiva recorrió el pueblo, entró por la ventana y empujó a Rilier y Wen hacia atrás.
-¡Cariño!- Rilier se arrastró por el suelo, solo escuchaba un pitido en los oidos, se sentía aturdido; no se veía bien, el humo lo ocupaba todo- ¡Wen!- Wen estaba tirada en el suelo vuelta contra la pared, los brazos hacia atrás, un charco de sangre se expandía por debajo de su cuerpo lentamente- ¡no!- Rilier se acercó como pudo hasta el cuerpo sin vida, la volvió y la trajo hacia su cuerpo, como intentando sentir su último calor, un calor que se expiraba como el final de un Verano; Rilier sintió llegar el invierno mientras la tenía apoyada sobre él, la cabeza en el hombro-Mi amor…amor de mi vida ¡hijos de puta!- lloraba mirando hacia la ventana, la rabia le invadía cada centimetro del cuerpo. Ahora le venía su última conversación, ese cruce de palabras que ahora se sentía infimo e injusto, si hubiera sabido que esto iba a pasar, hubiera saboreado cada segundo, cada palabra, cada mirada hasta agotar todo su sabor, ya no, ya no podría, ahora el sabor era el del hierro oxidado en su boca, el sabor de la sangre, mezclado con la sal de las lágrimas. La volvió a dejar en el suelo. Se levantó apoyandose contra la pared, sintió del mundo su propio desiquilibrio cuando se terminó de poner en pie; se secó las últimas lagrimas con la manga de su camisa. Salió del cuarto de limpieza y atravesó como la ventisca el pasillo hasta la entrada. Cogió su escopeta y volvió corriendo a través del pasillo, atravesó el cuarto de limpieza hasta la ventana y saltó fuera.
Su peso cayó sobre la nieve fuera haciendola crujir. En sus ojos la furia ¿Donde estaba el responsable de tanta destrucción y que había venido a hacer a su recien incinerado paraiso? lo iba a averiguar, y pagaría por lo que acababa de hacer. Atravesó la calle hacia la columna de humo que salía de la casa de la vieja Erin y su nieto Erinor ¿En qué se había metido esta vez ese muchacho? Erinor había sido un dolor de muelas para Rilier, ese maleducado muchacho que andaba siempre por el bosque de Naucar espantando la caza de Rilier. Era un poco raro, en opinión de Rilier, mas de una vez lo había encontrado mirando dentro de los arboles ¿Que se suponía que quería encontrar? Casualmente, luego no aparecian por esa zona ningun Nimu, incluso en las épocas de mayor afluencia ¿Cómo lo hacía? se había llevado mas de una vez el merito y la gloria que le pertenecían a los que se lo curraban como Rilier, no a ese muchacho que no había sostenido un arma en su vida. Ahora no importaba nada de eso, eso no importaba una mierda en realidad, prefería eso a todo lo que había pasado hoy ‘espero que no le haya ocurrido nada a ese muchacho ni a su abuela’ es lo único que deseaba Rilier hoy.
Llegó hasta las ruinas humeantes donde antes estaba la casa de Erin y Erinor. Rilier contempló espantado el cuerpo sin vida de la vieja Erin
-Malditos bastardos- gritó- ¿Por qué habeis hecho esto? Empezó a rebuscar entre los escombros en busca del joven Erinor. No encontró nada. Un rugido se escuchó en el cielo, era la nave que comenzó a moverse -Ven aquí maldito bastardo sin vigía- gritó mientras apuntaba a la nave con su escopeta y descargaba uno, dos , tres, cuatro disparos; Obviamente ninguno de los disparos alcanzó la nave. Con un rugido final, el culo de la nave se iluminó y la navé salio disparada hacia el Norte.
-Wen, Erin, Naucar…Juro que os vengaré.
La ventisca comenzó a soplar de nuevo. Se dirigió a su hogar de nuevo. Entro por la puerta principal, la que miraba al bosque neblinoso. Entró y miró hacia la puerta del cuarto de limpieza que ahora albergaba el cuerpo sin vida de Wen. Evitó pensar en ello, toda la casa temblaba producto del temporal de allá fuera. El pasillo silbaba, ¿o era la muerte la que silbaba desde el fondo del pasillo? fue hacia la derecha por el arco que llevaba al comedor y luego giro a la izquierda hacia la cocina, al fondo había un armario con dos puertas pequeñas, las abrió hacia los lados, contenía las herramientas de jardinería que usaba su mujer, cogió la pala y salió por la puerta principal. Enfrente de la casa tenía un jardín, a la izquierda un arbol. Comenzó a cavar en la tierra de enfrente. Ahora mismo su cabeza era un revoltijo de recuerdos y venganza. Se imaginaba viajando a Trim, la ciudad tecnológica, el centro de operaciones del ejercito del vigía, una ciudad de ladrones, en opinión de Rilier; El vigía y su ejercito, habían impedido que el conocimiento se expandiera por las tierras de Zum. Terminó de cavar el hueco cuando el sol agonizaba y la neblina volvía a galopar montaña arriba a través del bosque hasta cubrir Naucar. Entró por la puerta principal y fue hasta la mesa del comedor donde cogió la lampara. Fué hasta la puerta del cuarto de limpieza. Se quedó parado enfrente, la vida en Zum no estaba hecha para los cobardes, bloqueó su cerebro, una habilidad que había adquirido tras años en el oficio de la caza. Abrió la puerta, a la derecha estaba el cuerpo de Wen, cogió una manta de entre la ropa seca de la pared de la derecha, la extendió en el suelo, cogió el cuerpo de su mujer y lo puso en un extremo de la manta y la enrolló con ella dentro. La levantó y cruzó el pasillo hasta la entrada y de ahí al agujero que había cavado. Hechó el cuerpo de Wen dentro. Le dedicó las últimas lágrimas que se precipitaron hasta la tierra. -Ojalá puedas descansar en paz mi vida, quiero que sepas que una parte de mi se va contigo- le costó terminar esto pues sollozaba desconsoladamente al decirlo. Cogió la pala y empezó a rellenar con la tierra del lateral el agujero.
Durante los siguientes días intentó trazar un plan de acción, su objetivo era uno, y ese era acabar con el responsable de la muerte de su mujer, la nave indudablemente le llevaba a Trim, pero tenía que averiguar porque habían destruido la casa de su vecina Erin en primer lugar, sabía quien tendría la respuesta, y esa era la pequeña Saly, la mejor amiga de Erinor. Lo siguiente en lo que tendría que pensar es en como ir hasta Trim, pero para ello ya tenía una respuesta. Acudiría a la vieja estación de Zeppelines de su viejo amigo Lionel. Esperaba que Lionel aun siguiera vivo, hacía años que no sabía nada de él, pero para ello tendría que cruzar el paso de los condenados, una laberíntinca construcción bajo las montañas del norte de Naucar, no sería problema, no para Rilier.
Rilier había sido el mejor en lo suyo desde bien joven, campeón de la competición del gremio de cazadores los últimos cinco años; Rilier no era el mas rápido, ni el mas fuerte, Rilier era el más inteligente de todo el gremio. Había construido con tecnología robada un mapeador, lo tenía guardado en una caverna que le servía como taller para investigar con tecnología a la sombra del vigía.
Transcurridos tres días desde el incidente. Rilier estaba preparado para marchar. Primera parada, la casa de Sufi y su pequeña Saly. Cogió la mochila de lona donde guardó los víveres necesarios para una semana. La mochila estaba adaptada también para poder llevar un hacha pequeña a la izquierda y una lámpara de queroseno a la derecha. Cogió también su escopeta de confianza de dos cañones que colocó al lado del hacha. Salió por la ventana trasera que daba a las calles del pueblo y no miro atrás, en el fondo sabía que no iba a volver, pero ya no quedaba nada que lo atara a esa casa. Atravesó el pueblo ascendiendo entre sus calles nevadas, la ventisca arreció de nuevo con más fuerza aunque el estaba preparado para ello y no le suponía problema. Llego hasta la valla de entrada de la casa de Sufi, la abrió y recorrio el pequeño sendero hasta la puerta. Llamó un par de veces y esperó, lo único que escucho fue la ventisca golpeando contra la piedra de la fachada. Llamó de nuevo, esta vez mas fuerte -¡Sufi!- de nuevo espero pero nadie contestó, golpeó de nuevo y la puerta cedió y se abrió con un pequeño crujido - ¿Sufi?- pasó a la entrada preguntando por Sufi, pero nadie contestaba, escucho unos sollozos a su izquierda, siguió el sonido, era Sufi, estaba sentada en la cocina apoyada con los brazos en la mesa
-Sufi ¿Qué pasa?
-Saly…-seguía llorando apoyada en sus brazos
-¿Qué ha pasado con Saly?
-Se ha ido y no la voy a volver a ver
-¿Cómo que se ha ido?-dijo Rilier con rostro ceñudo-¿Qué ha pasado? Tiene algo que ver con Erinor ¿no?
-Se ha marchado tras ese chico- levantó la cabeza, en su cara dibujada una mezcla de rabia y tristeza- dijo algo de Ronimar, de que sabía como ayudarle con la maldición
-¿Cómo que la maldición? ¿Ronimar? ¿Qué estas diciendo Sufi?- Se acercó hacia ella con una sensación de desesperación, no entendía nada de lo que estaba pasando, la agarró por los hombros- ¿Qué está pasando Sufi?- Primero una criatura portadora en el bosque, luego la explosión y ahora- Explicame algo Sufi, yo no entiendo nada.
-¿No lo sabes?
-¿Qué debería saber joder?
-El hijo de Erin, Erinor, es un portador, el general Julius…ese desalmado cazador de portadores lo sabía, y ha venido a matarlo.
¿Erinor un portador? ¿Qué estaba diciendo esta loca?- El general Julius ha venido a matar a Erinor que es un portador dices…¿Cómo quieres que crea esto? Tu marido fué un portador, intentó esconderlo durante años y años, con el mayor de los cuidados y nunca lo consiguió; ahora me dices que ese crio sin ningún tipo de talento es un portador, un supuesto elegido del vigía y que los de Trim quieren darle caza…Dime que no has perdido la cabeza, dime que todo esto es una pesadilla
-Ve en busca de mi hija, Rilier, porfavor- le cortó Sufi, levantandose de su silla y agarrándole desesperada por los brazos
-yo…-Rilier agachó la cabeza
-Porfavor Rilier, si alguien puede traerla sana y salva eres tu, el mejor y mas capacitado del gremio de cazadores, porfavor Rilier- se agacho , en gesto de súplica apoyandose en las rodillas y agarrando a Rilier por la cintura, con las manos temblorosas- porfavor Rilier, porfavor. A Rilier le invadió una tristeza que le recorrió todo el cuerpo, no podía creer lo que estaba pasando, la vió tan debil, tan desesperada que sintió que haría por esa mujer todo lo que le pidiera y en ese momento esto es lo que salió por su boca: Si, lo haré
-Bendito por el vigía seas Rilier, bendito seas- Le agarró fuerte llorando y apoyando su cabeza contra sus piernas, llorando desconsolada- gracias de verdad, la necesito tanto.
-La traeré de vuelta Sufi, si ¡la traere!- con suavidad la agarró por los brazos y le ayudó a levantarse- la traeré de vuelta…y pagarán por lo que han hecho hoy, por lo que le hicieron a tu esposo, a mi mujer y a este mundo. Ella le miraba con los ojos vidriosos con una leve sonrisa que se dibujó en su rostro y que a Rilier le pareció que conectaba con la esperaza que hace tiempo no sentía. La vió tan preciosa en ese momento, con su piel morena, los labios carnosos llenos de vida…la besó, y no quiso pensar nunca mas en ese beso, pues fue un beso de ausencia para un hueco que no le pertenecía, un movimiento reflejo de su corazón quebrado. Se volvió y de nuevo, no miro atrás, así era él, decidido, determinante. Al salir a la ventisca veía su objetivo, la montaña de Naucar, y mas allá, la vieja estación de zeppelines. Salió del jardin a la calle del pueblo y avanzó por la principal que subía hasta el punto más alto del pueblo, allí una ladera bajaba hasta la muralla natural donde estaba la entrada del pasaje de los condenados, pero Rilier no iba a cruzar sin más un sitio tan peligroso, iría a su guarida primero a por el instrumento de mapeo. Bajó por la ladera poblada por pequeñas piedras que dificultaban el avance, entre eso y la nieve debería tener cuidado para no caer al suelo.
Cerca de la entrada del pasaje de los condenados, a su derecha por una pequeña abertura entre la roca, había un pasaje por el que Rilier se introdujo, caminó por una especie de desfiladero, giró a la derecha y en un pequeño pasillo, al fondo, había un hueco con una escalera de mano, se agachó y agarrandose a la escalera se introdujo dentro. Era un hueco muy estrecho, poco mas del diametro de Rilier. Siguió bajando internandose en la oscuridad, el silencio era cada vez mayor, la calma de la montaña le acariciaba los oidos y los sentidos, aquí la ventisca era solo un recuerdo. El frío dió paso al calor y siguió bajando durante un rato mas. Estaba decidido a averiguar donde estaba la muchacha. Por fín toco el suelo al fondo del agujero, a la derecha de la escalera de mano había un pasillo picado entre la roca, era muy irregular en sus paredes y techo, no tenía exactamente la forma circular, si no que había piedra que sobresalia en techo y paredes y a veces hacía que se estrechara hasta el punto de casi no poder avanzar. Siguió avanzando durante un rato mas hasta llegar al final del pasillo donde había en la pared de la derecha, otra escalera de mano; Rilier comenzó a subir por la escalera. En lo más alto había una verja con un candado, Rilier no podía dejar toda aquella tecnología a su suerte. En la cazadora, forrada con piel de lobo, dentró tenía un bolsillo, metió la mano en el y sacó unas llaves con las que pudo abrir el candado. Empujó con fuerza y abrió la verja que se apoyó en la pared de arriba. Rilier llegó a su guarida-cueva, una sala con el techo bajo, larga y estrecha. Al fondo había una pantalla que cubría toda la pared y un teclado con botones de palmo y otros mas pequeños con el tamaño de la punta de un dedo. Fué hasta el fondo de la sala, iluminando con la linterna. Comenzó a teclear en las teclas mas pequeñas una secuencia. Toda la sala se iluminó, la luz era producida por unas lamparas que colgaban del techo, tres en total, iluminaban lo suficiente la sala como para no dejar viva ni una sombra, que ahora se habían replegado escondidas por las esquinas de la sala. Fué hasta una mesa que había un poco más atrás. Había una especie de aparato de metal, circular, tenía un botón a su derecha el cual pulsó y proyectado, de un agujero en el centro por arriba, se comenzó a dibujar en el aire, una especie de mapa en tres dimensiones de la entrada de la guarida, desde el agujero en la montaña hasta el punto donde estaba ahora mismo Rilier.-Vale, sigue funcionando sin problema. Rilier apagó la luz usando la misma secuencia, y con la maquina de mapeo en un bolsillo volvió hasta el otro lado del pasillo, allí había dejado la mochila; sacó el aparato del bolsillo y lo metió dentro de la mochila. Luego comenzó el ascensó por las escaleras y recorrió el pasillo hasta la entrada del paseo de los condenados. -vamos allá. Se internó en la oscuridad de la cueva.

CAPÍTULO 3
La taberna de Ronimar era, al contrario de las otras tabernas de las ciudades de Zum, un lugar muy silencioso. Los espectros no eran unos clientes muy ruidosos. También era un lugar oscuro, teñido de un color magenta oscuro, había cuatro lamparas, bastante extrañas en opinión de Erinor, en las esquinas del lugar, tenían forma de cilindro, salian del techo y se internaban en el suelo, dentro viajaba un liquido de ese mismo color magenta, era una especie de liquido muy brillante y esa era la única fuente de luz. A Erinor, que estaba sentado en un sofa de cuero en el lado izquierdo de la taberna, enfrente de Virium, le pareció un lugar donde se respiraba paz.
Virium se apoyó sobre la mesa -perdona si he sido un poco dramático antes, tendrías que ver la cara que has puesto cuando te he dicho que ibas a morir- rió, Erinor en cambio no se tomó muy bien la broma, aunque disimuló, no quería quedar mal delante de Virium, nunca le había gustado mostrar su lado negativo a la gente

  • ya bueno, no me lo terminaba de creer, he de decir que hubo unos segundos en que creí que eras un estúpido y de ahí mi cara…
    -jajaja, bueno Erinor, bromas aparte, en parte era verdad lo que te dije, deberías de morir en Ronimar para aparecer en su lado espejo, pero, por suerte para nosotros hay otra alternativa. En esta misma taberna, en una de mis noches de jolgorio, un joven que trabajaba como guardia para el rey Liche, me contó que en el castillo de Ronimar, donde el trabaja, hay una sala con un teleportador
    -¿Un teleportador?-Erinor frunció el ceño- ¿Qué es un teleportador?
    -Un teleportador es tecnología de la ciudad de Trim, lo usan para moverse rapidamente entre diferentes puntos de su ciudad
    -¿Cómo de rapido?
    -Instantaneo, se suben en el teleportador y segundos después aparecen en la otra punta de la ciudad donde hay otro teleportador.
    Erinor no daba credito a lo que le estaba contando Virium, había escuchado historias sobre la tecnología de Trim, Rilier, un emblematico cazador de su pueblo, era un conocedor de toda esta tecnología, pero no pensó que llegaría hasta el punto de teletransportarse instanteamente largas distancias de esa manera.
    -Estas bromeando de nuevo ¿no?
    -Te hablo totalmente en serio, Erinor.
    -Vale, digamos que te creo. Me dices que con ese telepor…tele
    -teleportador
    -eso, teleportador- que poco le gustaba quedar como un idiota- me dices que puede usarse para teletransportarse instantaneamente entre puntos…
    -si
    -pero teleportarse entre puntos es una cosa, otra es entre mundos
    -Claro, este teleportador tiene esa característica, un experto erudito de Ronimar debió modificarlo para comunicarse entre ciudad espejo Ronimar y nuestra Ronimar.
    -¿Pero como es eso posible y como es que ese guardia sabía que ese teleportador conectaba con espejo y no con otra parte de Zum o vete tu a saber donde?
    Virium se acercó a Erinor y le susurro-Este tipo servía directamente en la guardia personal del rey Liche…No es que el hubiera oido un rumor, es que afirmaba que el mismo había viajado a ciudad espejo-La puerta de la taberna se abrió, un espectro de aspecto joven cruzó hasta la barra, obviamente, se quedó de frente a la barra pero el tabernero no le sirvió nada, simplemente se sentó en una mesa cercana.
    -podría ser mentira
    -baja el tono Erinor- Erinor se acercó apoyando los brazos en la mesa- eso mismo pensé yo
    -Entonces estamos igual
    -Dejame terminar…Eso mismo pensé yo, y le pedí una prueba
    -¿Qué prueba podrías pedirle?
    -Muy sencillo, le pedí que fuera hasta la casa de mi esposa en Espejo, de noche mientras dormía, le dije como poder entrar en la casa sin armar ruido y como debía llegar hasta la sala de estar.
    -un mapa o algo así?
    -Eso es, de verdad eres muy ansioso ¿Qué te pasa? no puedo terminar la mitad de las frases Erinor…¿La magia verdad?
    -si- La verdad es que se sentía de nuevo como una mierda, la magia era una mierda, le destruia por dentro pero no podía evitar usarla una y otra vez, el mundo le parecía demasiado complejo sin ella.
    -Realmente es horrible la carga de ser un portador…-miró con tristeza a Erinor, a Erinor este tipo de compasión le sentaba como una patada
    -Puedes ahorrarte esa miradita
    Virium le devolvió una mirada de sorpresa- Bueno, continuando con la historia, que si, el guardía había viajado hasta ciudad espejo pues me trajo de ahí, del salón de la casa de mi esposa este objeto- sacó de un bolsillo interior de la parca una llave- esta llave abre una valla de un terreno a las afueras de Espejo, una pequeña casa de campo donde iba a alimentarme de conocimiento, a leer y pasar tiempo tranquilo en mi otra vida.
  • ¿Y por donde empezamos?
    -Por el principio, y sospecho que no te va a gustar.
    Erinor resopló -¿Mas incovenientes?
    -Claro que si pequeño portador, claro que si, y es solo el principio. Vas a tener que dejar de usar tu magia, obviamente, si no quieres acceder a espejo en una forma bastante limitada de existencia espectral- rió, quien no reía era Erinor, que de hecho empezaba a sufrir temblores producto de la ausencia de magia.

Capítulo 4
Pasaron varios días. Erinor se alojaba en la posada del Oeste de la ciudad. Los primeros días fueron infernales, sufría de insomnio y terrores nocturnos, Virium le llevaba todos los días a la biblioteca al norte de Ronimar, la zona donde habitaban todos los eruditos de las artes y las ciencias de Zum. En esta parte de la ciudad habitaban muchos vivos y siempre veia a gente ir y venir. Eran estudiosos del mundo de Zum.
La biblioteca de Ronimar era un edificio gigante en el centro del sector norte de la ciudad. Su fachada estaba guardada por dos pilares gigantes y su tejado tenía forma de onda con su parte mas alta en el centro. Virium y Erinor cruzaron por su puerta central, que era como la boca abierta de un gigante. Dentro, tenuemanete iluminada como el resto de la ciudad, una sala gigante de forma ovalada, los ocho pisos de altura seguían la forma circular de la sala, eran como balcones con balaustradas de madera, las paredes estaban cubiertas de estanterías llenas de libros. En la planta baja por donde se entraba, las estanterías formaban circulos cada vez mas pequeños, en el centro de estos circulos había un ascensor.
-Que maravilla- dijo Virium- nunca me cansaré de este lugar.
-Si que lo es- Erinor nunca había visto una construcción humana de estas magnitudes.
Habían venido a la biblioteca como parte del plan de recuperación de Erinor, también recopilarían información sobre la historia de Ronimar, necesitaban encontrar algo sobre esa sala donde estaba el teleportador y encontrar algún mapa para poder internarse en los laberinticos pasillos del castillo. Virium conocía bien este lugar, siempre le había gustado alimentarse de conocimiento, además, venía en busca de inspiración para sus canciones. Cruzaron la sala hasta el ascensor y subieron hasta la tercera planta, cruzaron uno de los puentes que conectaban el ascensor en el centro, con los balcones y recorrieron el circulo dejando al lado izquierdo libros y mas libros perfectamente posicionados en sus estanterías -Aquí es-dijo Virium y comenzó a inspeccionar la sección- “Historia y costumbres de la ciudad reflejada Vol.1 por Soren Tibus”, vale Erinor, esta es la serie de libros que buscamos
-¿Cojo ese?
-No, tengo una idea para ti. Me gustaría que te formaras en el arte del Herborium
-¿Herborium?
Virium se volvió hacia Erinor-Si, elaboración de pociones y soluciones, podria ser un buen sustituto al uso de la magia. Es basicamente uso de la magia pero sin tener que sacrificar tu cuerpo.
Virium comenzó a imaginar como sería eso del Herborium y le encantó lo que oia, podría usar magia sin sacrificar su vidda
-Sus soluciones no son tan rápidas como el uso de un cuerpo humano pero pueden ser igual de potentes y útiles, nos vendrán bien para nuestro viaje por Espejo.
-Vale, me interesa Virium, mucho además ¿Donde podemos encontrarlo?
-Tenemos que subir a la planta ocho
Se dirigieron de nuevo hacia el ascensor y subieron hasta la planta ocho, se abrió la puerta del ascensor. Desde aquí se podía ver la ciudad, ya que la cupula de la biblioteca era de cristal, era una visión tan preciosa que Erinor olvido por un momento el dolor que sentía en su cuerpo y alma. Aquí la iluminación era mas verdosa pues no llegaba la luz de las lamparas del interior del edificio y en cambio entraba la luz de la esfera central a través de las cristaleras. Caminaron por el puente hasta el circulo. Este era mucho mas pequeño. Al final del puente en un letrero indicada “Artes almáticas”
-¿Almáticas?- Dijo ceñudo Erinor
-Si, ¿Sabes que es la corriente almática?
-Creo recordar que tiene que ver con la nigromancia y la muerte
-Una parte de ella si, la corriente almática es de donde tu saliste como portador de la magia. Al menos una parte de ti o eso es lo que tengo entendido de alguna lectura sobre el mundo de Zum y la influencia del vigía.
-¿Yo salí de la corriente almática?
-Como te he dicho, todos los portadores salís de allí, no se muy bien como funciona ahora mismo y siento no poder decirte más, pero se que no venis del mismo lugar de donde emergen las almas del resto de habitantes de nuestro mundo.
-Me gustaría saber más sobre esto.
-Pues entonces te recomiendo que aproveches tu estancia en Ronimar para aprender más, imagino que en esta planta esta todo lo que necesites saber. Lo bueno de la biblioteca de Ronimar es que puedes acceder a todo el conocimiento, conocimiento que no hay en otros lugares.
-Pero…¿Cómo permite esto el vigía?
-Buena pregunta, es algo que desconozco aunque tampoco necesito saberlo, con que este lugar siga existiendo.

Muy buenas. Te agradezco mucho que hayas compartido tu esfuerzo, que se nota has mezclado la tinta con tu sangre para engendrar estas páginas. El tema que has elegido escribir, puede llegar a ser difícil y desafiante, pero escribir se aprende escribiendo y buscar por opinión te hace humilde.

Tu historia tiene una trama interesante y llena de acción, pero hay algunos aspectos que podrían mejorarse.

En esta página es bueno dividir los párrafos con doble espacio como lo hago yo, para que sea más fácil leer y no se vea todo un solo conjunto.

Algunas partes del diálogo pueden resultar confusas debido a la falta de atribuciones claras. Por ejemplo, al principio del texto, no es claro quién está hablando en algunos momentos. Es importante atribuir claramente las líneas de diálogo para que el lector pueda seguir la conversación de manera fluida. Te recomiendo el uso del guión largo. —

En lugar de

“Saly se levantó enfurecida-no! Me niego a creer que está vida sea así de injusta- se volvió hacia su madre,”

Podrías escribir algo como:

Saly se levantó con furia.
— ¡No! Me niego a creer que la vida sea tan injusta — Exclamó mientras se volvía hacia su madre.

Aunque el texto tiene una ambientación interesante, la descripción del entorno y la atmósfera podría ser más detallada. Por ejemplo, cuando Saly corre hacia la calle principal, se menciona la ventisca, pero podrías ampliar la descripción para sumergir al lector en la escena y crear una sensación más vívida.

Otro ejemplo, tu escribes:

“El sonido de la ventisca de fuera golpeaba la ventana”

Yo escribiría:

“El aullido del viento azotaba la ventana, llevando consigo ráfagas de nieve que danzaban en el aire y cubrían la visión de Saly.”

Conocemos un poco sobre los sentimientos de Saly, pero se podría profundizar más en sus pensamientos y emociones. También, la madre de Saly parece tener una conexión con la historia, pero su papel y conocimientos podrían explicarse mejor para dar más contexto a la trama.

La transición entre la conversación en la casa y la explosión en la casa de Erinor es abrupta. Podrías suavizar esta transición o agregar más detalles para conectar mejor las dos escenas.

El tema del “elegido” y la magia a menudo se asocia con clichés en la fantasía. Intenta añadir elementos únicos o giros inesperados para diferenciar tu historia y hacerla más original.

En lugar de

“él es un elegido del vigía, le concedió esa sensibilidad para usar la magia que es a la vez una condena”

Podrías agregar un giro único:

“Él fue marcado por el Vigía con una sensibilidad mágica, una bendición que se convirtió en maldición.”

Revisa la puntuación y la gramática del texto para asegurarte de que esté correctamente estructurado. Por ejemplo, hay algunas frases que podrían necesitar comas adicionales para mejorar la claridad.

“Saly apoyó las manos en la nieve intentando levantarse, le fallaron los brazos y volvió a caer,”

“Saly apoyó las manos en la nieve, intentando levantarse; sin embargo, sus brazos le fallaron y volvió a caer.”

La escena de confrontación con el general Julius es intensa, pero podrías mejorar el desarrollo de la tensión y la acción para hacerla aún más emocionante. Utiliza descripciones detalladas y diálogo impactante para mantener al lector intrigado.

En general, la historia tiene potencial, pero pulir estos aspectos podría hacer que la narrativa sea más envolvente y fácil de seguir.

Esto tiene bastante que ver con el estilo y la intención de la historia, claro que me atrevo a darte mi opinión esperando que no lo tomes a un regaño. Podría sugerirte que sigas escribiendo y desarrollando la historia. Sigue descubriendo tus personajes y luego te preocupas por los detalles.

Espero haber sido de ayuda.

Muchas gracias @Ohm para nada me lo tomo como un regaño. Todo lo que me comentas me ayuda mucho y agradezco el tiempo que te has tomado en leerlo. Soy nuevo en todo esto y voy un poco a ciegas así que toda ayuda que pueda recibir es poca. Te lo agradezco mucho y tomaré tus consejos para seguir mejorando.

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