A MODO DE PRESENTACIÓN
Soy alguien que escribe. Trabajé en una editorial. Ya sé lo que es ganar dinero por escribir, he cobrado por eso, me gusta escribir. Pero, que te paguen por escribir no es fácil. Se trata de muchas cosas. De tener talento, de tener lo que se llama «tener ángel» y, sobre todo, de tener suerte.
La suerte no es más que estar en el momento indicado en el lugar indicado y tener la destreza, la picardía y el arrojo de no dejar pasar la oportunidad.
Pero lograr publicar no fue nunca fácil.
Hoy en día la auto publicación ha abierto un camino amplio a los escritores. Cualquiera escribe un libro, pero la auto publicación no siempre ofrece un libro con calidad. No abundan los buenos editores. Se trata de un talento aparte, para detectar y, además, crear o ayudar a crear, un buen libro. Hace falta reunir demasiados factores.
Pero esa es la dinámica de los escritores que quieren vivir de escribir, como un oficio. O de los que escriben porque les gusta escribir, se les da bien y pasan como escritores de aventuras, de entretenimiento, o autores del montón, de moda, o simples escritores conocidos en su comarca. Es la dinámica de los escritores que viven para y por. la buena literatura; muchos de ellos eruditos, profesores, editores… Es la dinámica de los malos, los buenos y los excelentes escritores quienes lo son de vocación, quienes persiguen el sueño de llegar a ser escritores, aunque sean del grupo de los peores son parte de la maquinaria cultural que sostiene, fabrica y hace transitar por la historia a las tradiciones, los tabués, los paradigmas, los esquematismos y los protocolos sociales; las costumbres, las modas, el lenguaje, la política, la moral… etcétera. Todos estos escritores tienen un común denominador: escriben para los demás, para el más amplio sector de la atención pública o escriben para minorías.
Mi dinámica es otra. No niego que comencé como todos, queriendo publicar, ganar dinero, notoriedad, premios, convertirme en, llegar a ser un publicado, vendido, reconocido, traducido, invitado a dar conferencias o ser miembro de jurados… Ya no…
Tuve, digo la suerte, de haber leído algunos libros y de haber conocido a algunas personas que me mostraron otra dinámica, visión, meta o perspectiva con la que me sentí más identificado.
Entonces ahora soy un escritor que escribo en principio, para mí. Soy mi principal destino como lector. Uso la escritura para explicarme a mí mismo la realidad en que vivo, el mundo, la atmósfera social de mi época, las relaciones humanas. Cuando uno lee y piensa en lo que leyó con intención de comprenderlo, muchas veces se da cuenta que lo digiere mejor, si se lo explica a otro. Y eso es lo que hago cuando escribo: me lo explico a mí mismo.
Luego me doy cuenta que, quizás, lo escrito pueda ayudar a algunos pocos que se parezcan a mí, algo que es muy difícil de encontrar; por eso mis libros no encontrarían muchos compradores y por eso no sería un buen negocio vender mis libros.
Sin embargo, el ser humano es un animal curioso. Y algunas personas quizás no sepan que se parezcan a mí, piensen que están solas en el mundo y, mis libros, puedan enseñarles una nueva perspectiva, una nueva forma de ver la vida, otro enfoque diferente al enfoque del resto, y mis libros les ayuden a ahorrarse algún tiempo de lecturas innecesarias para llegar a ser quienes necesitan.
De modo que, aquí estoy escribiendo opiniones sobre todo y sobre todas las cosas, con un nuevo enfoque, desde un ángulo diferente. Tan sólo digo cosas distintas a lo que la mayoría dice. Así que puedo parecer conflictivo, pero sólo voy a contrapelo de ciertas ideas, no de las personas, y ni tan siquiera eso, no estoy contra ninguna idea, sólo no las acepto para mí, no me sirven, porque no me resultan coherentes con mi nueva visión de cómo funciona todo.
De modo que, ya sabes, aquí arrancan muchos temas, sobre todo y sobre todas las cosas, de nuestra vida diaria como temas a tratar, política, religión, moral, amor, conceptos, Dios, éxito, felicidad y un recontra largo: etcétera.
Hasta pronto.
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