(advertencia/ trigger warning: este texto podría tener impacto en la sensibilidad y desencadenar dolor emocional).
SHE SPEAKS OF STARS
No necesariamente se necesitan alas para volar, ni una página en blanco, ni manos para escribir.
Ella solía hablar de estrellas. De estrellas infinitas en multitud de páginas no escritas. Está agradecida, inmensamente, porque cada deseo que en su vida le pidió a las estrellas fue cumplido, sin letra pequeña en el contrato. Pero a veces uno toma malas decisiones y, en inevitable consecuencia, los contratos estelares se rompen.
Hoy las estrellas se le escapan de las manos. Ha subido al piso más alto del edificio, aunque sabe que ni desde allí podrá rozarlas siquiera.
No siempre se necesitan alas para volar. A diferencia de Ícaro, ella no tiene alas. Pero esta noche, por el instante que dure el salto, soñará que las tiene.
Tantas veces escribió en silencio sobre estrellas, que ahora anhela la quietud del espacio oscuro y frío como si en efecto la conociera. Igual que quien añora el mar a pesar de no haberlo visto ni olido ni sentido nunca. No sabe si lo que le impulsa es valentía, cobardía o temeridad, pero eso es completamente irrelevante.
Mirando al cielo, toma la última bocanada de aire antes de lanzarse en pos del dolor final que acabará con todos los dolores. Su alma no será nunca más un nervio excitado y latente. La muerte de la tristeza, la paz de cristal y la última decisión en solitario esperan al pie de la página callada.