Yo, 1092. Es mi mayor número de palabras desde que estamos en cuarentena.
En el foro perdí la cuenta, ja, ja, ja. Soy de escribir tochones, como ya habréis visto.
Espero ponerme ya mañana o pasado a escribir la quinta parte de una novela serial. Era a modo de experimento, pero como está funcionando bien, voy a darle fuerte antes de que pierda fuelle.
Estos días anduve añadiendo datos a las descripciones de las obras, y me ha tenido muy atareado. Da mucho trabajo recopilar toda la información ―algunas tienen ya casi tres lustros―, y luego seleccionar qué poner y qué no. Da pereza, sobre todo al tener que actualizar en tres tiendas y distribuidora, pero el resultado ha valido la pena. He quedado contento.
Como tengo que publicar un relato semanal en mi página —compromiso al que me metí yo solito— suelo sacar entre mil quinientas y dos mil quinientas palabras a la semana. Eso sí, por ahora, sólo soy capaz de escribir durante los fines de semana. Y no tanto por falta de tiempo, como por cansancio después del trabajo.
Tengo una teoría y es que, si estoy echo una mierda, escribo mierda. Alguna vez he intentado forzarme y en la siguiente revisión me ha tocado cambiarlo todo.
Yo, ayer, creo que he logrado dar bastante forma a un relato que tengo para presentar para el 15. Estoy corrigiendo la cantidad de veces que he repetido una palabra (me), pero lo he escrito en primera persona, lo cual me complica un poco. Estoy viendo reemplazar algunos de los verbos para que no sean tantos y parezca un coro de ovejas.
Es un texto de 750 palabras, algo breve, pero me gusta enviarlo de la mejor manera posible, por lo que lo reviso bastante. Lo que me quita bastante tiempo para otras revisiones.
Y en tanto, voy pensando como complejizo la breve novela que estoy escribiendo, basado en una noticia a la que le dí un poquito una vuelta. Veo cuánto logro escribir hoy. Es domingo.
Disculpa, pero no puedo encontrarle la vuelta ¿Qué son los tochones? Lo he buscado en internet y nada. Ha de ser una expresión muy especial. Me gustaría conocerla, para saber como es tu proceso de escritura.
¡Buenas tardes, Laura!
Sería la tercera acepción, en el sentido de textos extensos. Es una expresión coloquial que se usa en registros informales escritos, como en los foros, cuando existe tendencia a explayarse, como es mi caso. ¡Ánimo con la corrección del relato! Quizá sea una de las partes del proceso menos agradable, pero sin duda necesaria.
Cero en los últimos 10 días. Se me está haciendo difícil entre el teletrabajo, los niños…
¿Escribís todos los días? Yo suelo dedicarme a ello, en cuerpo y mente, un tiempo, y luego lo dejo aparcado y sigo con otras cosas (publicación, promoción, cursos, blog, etc.). Ahora mismo, escribir como tal, no lo hago desde septiembre. He estado publicando, promocionando, revisando, estudiando y un largo etcétera. Tengo ganas de hincarle el diente al siguiente manuscrito —ya tengo la investigación y el esquema hechos—, pero siempre me da algo de respeto porque, cuando me pongo, me gusta dedicarme a ello al 200%. El último borrador, de 125.000 palabras, lo escribí en sesenta días (y tengo un trabajo de verdad jejeje), que para mí supone dedicarle una parte muy importante de mi tiempo libre.
A mí me pasa igual. Si puedo, lo hago; de esa manera vivo con mayor intensidad la historia y la disfruto más.
Yo por ahora llevo 545, son pocas pero cuenta.
Lo mío creo que es por miedo a mí mismo o, más concretamente, a que me pase lo mismo que con la primera, que llegó a estar más de un año cogiendo polvo informático en mi disco duro (varias veces). Quiero pensar que ahora no soy tan novel, pero, por si acaso, para evitarlo, cuando me meto a escribir tengo que tener claro que voy a acabar el primer borrador del tirón.
Cada maestro tiene su librillo, ya sabes. No hay reglas fijas. Sin embargo, en los talleres que imparto, siempre recomiendo no mezclar la fase creativa con la de corrección para evitar bloqueos. Y eso que yo mismo tengo esa tendencia, pero quizá porque conozco bien lo que pasa, lo digo.
Lo mismo le comentaba a @Cintia en este otro hilo:
Aunque no sé si es el caso. También tengo borradores que no he finalizado por otras razones (no me acababa de convencer la historia o su desarrollo por no haberla planificado bien y haberme dispersado, o similares).
Yo tengo un método bastante atípico, probablemente muy ligado a mi forma de ser, ya que lo aplico en otras situaciones, como, por ejemplo, durante la elaboración de informes o el envío de correos en mi trabajo. No paso por las fase de borrador. Sí que hago revisiones, pero, por lo general, lo que escribo suele ser bastante definitivo. Eso también significa que soy muy lento escribiendo. Por ejemplo, ayer, para dos mil quinientas palabras, estuve algo más de seis horas.
Hoy, 1826. Estoy feliz
Hoy, 601. Algo es algo
- Me he metido a cota periscópica, si no aparezco por aquí en varios meses, no os preocupéis. Estoy escribiendo. Jajajajaja.
Yo voy a intentarlo también, a ver si lo consigo, aunque reconozco que me he enganchado al foro y va a ser difícil, ja, ja, ja. ¡Dale duro, Fede!
- Y aún queda un largo día para subir esa cifra
Un microrrelato para un concurso de 500 palabras. He roto racha de vacio.
Esto de cuántas palabras se escriben cada día es una cuestión que tengo muy trillada. Por ejemplo, ayer ninguna, pero durante los días anteriores, 950, 754, 1.245, 975, 637, 1.448, 502…
Lo que realmente tiene interés de estas estadísticas es verlas desde lejos: durante los últimos 20 años, sólo de narrativa he escrito dos millones y cuarto (2.246.267). Si lo divides por 20 sale 112.300 por año, que son 307 diarias (una página), pero hay que tener en cuenta que no se escribe de continuo, luego se puede decir que, cuando te pones, escribes dos o tres páginas diarias.
Este es el ritmo de Galdós en los Episodios nacionales: escribía tres páginas diarias, un libro cada dos meses o dos meses y medio, y los iba publicando por entregas en una revista.
En el 2005 escribí un libro de 270 páginas en dos meses justos (julio y agosto), pero mejoré el rendimiento en 2014, cuando escribí otro de 220 en 38 días: eso es una media de más de 1.500 palabras diarias.