Realmente se pueden palpar los sentimientos en el texto, transmite mucho.
Me gustaría compartir con vosotros mi último relato para estrenar 2025.
Moshe y Eli. Una Historia Triste.
Bélgica. Diciembre de 1944, a punto de comenzar la contraofensiva nazi en las Ardenas, en uno de los inviernos más fríos que se recuerdan.
Dos niños de una familia judía que permaneció oculta en las colinas durante toda la ocupación nazi, se ven obligados a salir solos en busca de ayuda. El frío puede ser más letal que la posibilidad de encontrarse con los nazis.
Espero que os guste y recibir vuestros comentarios.
Este enlace os llevará al relato.
Me gustaría compartir con vosotros mi último relato de mi sección “Histórico”, de no ficción:
Wyatt Earp y O.K. Corral. La Verdadera Historia:
Relato basado exclusivamente en los periódicos de la época sobre el tiroteo de O.K. Corral, el más famoso de la historia del lejano oeste, y Wyatt Earp, un pistolero de leyenda que ha inspirado novelas y películas durante casi un siglo y medio.
Podéis leerlo en este enlace.
Me gustaría compartir con vosotros algo que escribí hace ahora diez años, cuando empezaba a hacer mis primeros escritos, en Febrero de 2015, poco después de nacer mi primera hija. Espero que os guste.
He Venido para Cambiar el Mundo
Todavía no he cumplido los cuatro meses de edad y por eso es mi padre el que escribe esto por mi.
Soy demasiado pequeña para saber si voy a ser motera o no pero papá me ha hablado del espíritu de los moteros; del auténtico espíritu de comunidad, libertad y aventura que los une y les hace disfrutar de la vida como lo hacen.
Yo todavía no entiendo por qué ese espíritu no es universal.
Quiero ser mayor para entender por qué la gente lleva esa cara por la calle.
El otro día vi a alguien que pedía amablemente limosna y la gente ni siquiera le miraba cuando les hablaba. A mi me pareció que también era una persona. Quiero ser mayor para poder ayudarle y si no puedo, le hablaré con la misma amabilidad con la que me habló a mí.
Papá me contó que cuando va en moto y saluda a sus amigos moteros, muchos le ignoran o le miran mal. Yo quiero ser mayor para poder ir con él y preguntarle a esos amigos qué les pasa; ¿les habrá hecho algo malo papá?.
Cuando yo sonrío, todos a mi alrededor sonríen y veo que disfrutan haciéndolo; tienen cara de felicidad, a pesar de sus males. Se sienten bien.
Cuando sea mayor seguiré sonriéndoles a todos para que sigan siendo felices.
Vi a un señor trazar una línea en un mapa y condenar a todos los que estaban al otro lado de esa línea. Muchos lo aprobaron.
Yo cruzaré esa línea y les sonreiré para que sonrían conmigo y sean felices. Después cruzaré esa línea en sentido contrario y también les sonreiré para que sonrían conmigo y no tengan miedo.
Cuando la gente sonríe no se hacen daño los unos a los otros.
Cuando sea mayor cruzaré todos los ríos y todas las montañas del mundo para sonreírle a los que vivan allí. Deben saber que al otro lado también hay gente que sonríe.
Con mi sonrisa conseguiré que los mayores no les tengáis miedo a las personas diferentes porque en realidad son iguales que vosotros y sienten igual. Si os acercáis con la ternura con la que os acercáis a mi, lo veréis.
Yo no les tengo miedo, por eso les sonrío y ellos me sonríen.
He visto a gente que no quiere salir de casa porque quiere ver la tele o relacionarse a través de un ordenador. Yo estoy deseando aprender a andar para recorrer el mundo entero y verlo por mí misma. ¡El mundo está al otro lado de la puerta!. ¿Por qué verlo en la tele?. ¡No tengáis miedo!, ¡si hasta cae agua del cielo¡, !es precioso!.
En la tele todos están enfadados y se gritan y se tratan mal. Me contaron que los que ven mucho la tele acaban siendo igual que la gente que ven en ella.
Yo no quiero que la gente esté enfadada. Quiero que vean mi sonrisa para que no estén enfadados.
También en la tele vi a otros señores que también tenían cara de enfadados, decir que iban a arreglar todas las cosas que están mal. Mis padres me contaron que eso lo dicen cada cuatro años.
Quiero ser mayor para entender por qué esos señores no consiguen con tantos intentos lo que yo consigo con sólo una sonrisa. Les quiero contar cómo se hace; es muy fácil.
Papá y mamá me contaron que en la vida hay cosas que te quitan la sonrisa y otras que te la dan y que dependerá de mi elegir en qué lado me quedo.
Mis padres también me contaron que no estamos aquí para siempre pero me enseñaron que si le sonríes al mundo, el tiempo que tenemos para estar aquí vale la pena y por eso me trajeron.
Yo ahora os quiero decir, mamá y papá, que cuando ya no estéis, os lloraré a rabiar pero me habéis enseñado que el mundo está lleno de belleza y de gente maravillosa que me hará ser la más fuerte del mundo para salir adelante. Por eso estaré bien.
Y a vosotros, los que habéis intentado destruir mi futuro, los que habéis intentado pasar por encima de mi, los que me habéis despreciado, los que habéis robado mi hogar, los que habéis destruido la tierra y habéis envenenado la semilla que me iba a alimentar, a vosotros os digo:
¡MIRAD MI SONRISA!. ¿Y sabéis por qué sonrío?. No me río de vosotros, sonrío porque soy feliz; porque jamás me podréis arrebatar lo que me hace feliz.
Ésta será mi historia.
Me gustaría compartir con vosotros mi último relato:
El Hacedor de Milagros. Parte 1.
Podéis leerlo en este enlace.
Un joven vaquero está a prueba en el rancho. Un terrible suceso provocará unas consecuencias increíbles.
Buenas por acá a todos; quisiera compartirles algo que he hecho, está en Wattpad, así que les dejo por acá “alguito” y el enlace.
“La nostalgia se filtra en las pausas, en el eco de un bar que ya no existe y en el parpadeo de una cámara que no olvida. La soledad y la conexión se rozan en un gesto mínimo, apenas un guiño, apenas un susurro de algo que nunca se fue del todo. El arte pesa como un secreto no dicho, la identidad se enreda en respuestas que esquivan la verdad. Las promesas dormidas despiertan cuando menos se esperan, desafiando al destino con su terquedad silenciosa. Y la memoria, ese hechizo caprichoso, desentierra lo que el tiempo creyó haber sepultado. Porque hay recuerdos que no se contentan con ser pasado y, reclaman su lugar en el presente.”
Pueden leerlo acá https://www.wattpad.com/story/390070631?utm_source=android&utm_medium=link&utm_content=share_writing&wp_page=create&wp_uname=mshepherdverger
Es uno de mis primeros relatos! me gustaria saber su opinion.
7 puertas.
Abrí los ojos, sintiendo un escalofrío recorrer mi cuerpo. No era un vacío metafórico; era una ausencia real, como si mi ser estuviera despojado de todos sus órganos vitales. Un dolor de cabeza pulsante se sumaba al sonido del aire que rechinaba contra el marco de la ventana, creando una sinfonía inquietante en el silencio de la habitación. A medida que mi mente despertaba de su letargo, comprendí que estaba en un lugar completamente desconocido. La confusión y el miedo comenzaron a arremolinarse dentro de mí, mientras mis sentidos se agudizaban, ansiosos por captar cualquier indicio que pudiera ofrecerme respuestas.
Las sábanas, frías y ásperas, parecían arrastrarme a una realidad que no reconocía. Mi cabeza descansaba sobre una almohada afelpada, pero la suavidad no ofrecía consuelo. Después de un tiempo que se sintió interminable, decidí levantarme. La habitación era austera: solo había una cama y una ventana alta, y al fondo, una imponente puerta que parecía susurrar secretos inconfesables.
Con un esfuerzo que sentí en cada fibra de mi ser, me incorporé. El suelo, helado como el aliento de un espectro, hizo crujir la madera bajo mis pies, un sonido que reverberó en el aire denso. Cada paso que daba hacia la puerta me parecía un acto de valentía. La manija era fría al tacto, y al girarla, el murmullo del silencio me envolvió. Al abrir, me encontré ante un largo pasillo. Tres puertas a cada lado y, al fondo, la última puerta. Una sensación de inquietud se apoderó de mí al contar las puertas: siete en total, contando la que me había acogido. La pregunta en mi mente era clara: ¿cuál me llevaría a la salida? Cada puerta parecía una promesa de revelación o, en el peor de los casos, un camino hacia el peligro. La falta de sonido hacía que todo fuera más inquietante, como un secreto guardado en la penumbra.
Aun temiendo lo desconocido, comprendí que debía actuar. Si permanecía en esa inmovilidad, nada cambiaría. Así que avancé hacia la primera puerta.
Al abrirla, un foco titilante pendía del techo, iluminando la habitación con una luz vacilante, como si titubeara al mostrar su contenido. Las sombras danzaban en las paredes desconchadas, revelando viejas marcas que parecían murmurar secretos olvidados.
La segunda puerta se abría a un pequeño espacio donde una silla, vieja y descolorida, sostenía un ramo de flores secas, marchitas y devoradas por unos gusanos que se movían lentamente entre las hojas, como si el tiempo se hubiera detenido en aquel lugar.
La tercera habitación albergaba un álbum de fotos, que mostraba a lo que parecía una familia en momentos de alegría. Las hojas, tan rígidas y quebradizas, parecían resistirse al tiempo; en la última página, una fotografía de bodas, pero los rostros de los novios estaban tallados, como si alguien hubiera querido borrar su existencia. Sentí que una mano helada se posaba sobre mi corazón y cerré esa puerta con la urgencia de escapar.
La cuarta puerta reveló un buró solitario en una habitación casi vacía. Sobre el buró había un vaso con agua, y la tentación de beber era intensa. Sin embargo, el escepticismo me envolvió; ¿podría estar envenenada? Esa pregunta me atormentó, y con un profundo suspiro, volví a cerrar la puerta, dejándola atrás.
La quinta habitación se asemejaba a una biblioteca, pero al abrirla, descubrí que todos los libros estaban vacíos, hojas en blanco que clamaban por historias que nunca serían contadas. En medio de la desolación, encontré una pluma y, en un arrebato de desesperación, comencé a rayar una de las páginas, repitiendo una palabra sin sentido, como si eso me liberara de la angustia que me oprimía. Esa obsesión por marcar el papel se volvió un refugio momentáneo, pero finalmente también cerré esa puerta, sintiendo el peso del silencio.
Finalmente, me encontré ante la última puerta, la que se alzaba como un enigma en la penumbra del pasillo. A medida que me acercaba, un sudor frío resbalaba por mi frente. La manija, helada y extraña, parecía resistirse a mi toque, como si supiera que no estaba preparado para lo que me aguardaba. Solo quedaba dar el paso, un acto de desesperación en un mundo que no prometía clemencia.
Con el corazón latiendo frenéticamente en mi pecho, giré la manija y abrí la puerta.
A. Fabiola Camacho
Me gustaría compartir con vosotros la segunda parte y final de mi relato “El Hacedor de Milagros”.
Un joven vaquero está a prueba en el rancho. Un terrible suceso provocará unas consecuencias increíbles que algunas personas, en una situación desesperada, no sabrán interpretar.
Un relato sobre la inocencia y las alimañas que la acechan constantemente.
Os invito a leer mi último relato:
Asesinato en el Tren
Un misterioso crimen es cometido en los lujosos vagones de primera clase de de la legendaria línea Overland Limited.
Ricardo Kaplan, reconvertido temporalmente en una especie de Sherlock Holmes o Hércules Poirot, deberá unir todos los escurridizos hilos para resolver un asesinato entre gente pudiente, en este pequeño y humilde homenaje a los inolvidables libros de Arthur Conan Doyle y Agatha Christie.
Os invito a leer mi último relato de acción, suspense y aventura:
Depredador
Un hábil y sanguinario fugitivo se oculta en el bosque Caribou-Targhee, entre la lluvia y una persistente niebla.
Las autoridades solicitan la ayuda de Ricardo Kaplan, que, tras una tensa y sangrienta búsqueda, se da cuenta de que sólo podrá darle caza siendo igual de despiadado.