Precisamente, me estoy leyendo un libro que me está sorprendiendo mucho. Publicado por una editorial —humilde, pero editorial, y de la que ya he leído bastantes otras obras—, está plagado de faltas de ortografía y puntuación, además de que es evidente que no ha sido maquetado de forma profesional. Me ha llamado mucho la atención porque se suponía que una de las ventajas de publicar por cuenta ajena era que la editorial se encargaba de estas cosas y, en este caso, es evidente que no ha sido así. Me sorprende que la editorial ponga su sello detrás de este libro cuando no puede salir sino mal parada. La calidad narrativa del libro también es discutible, aunque, como ya hemos tratado en otros temas, eso siempre es muy subjetivo. Tiene la suerte de que es un tema muy específico que puede atraer a lectores muy concretos como yo, que valoremos el trabajo de investigación y análisis que hay detrás por encima de la falta de «chicha» literaria, pero los fallos de presentación son imperdonables y desmerecen la calidad que pueda tener la obra.
En la era de Internet de las cosas no tiene ningún sentido otra cosa que no sea la impresión bajo demanda y la distribución en formato electrónico. El problema es que aunque muchas editoriales ya usan estos servicios siguen haciendo tiradas iniciales, etc., cuyos costes cargan (o pretenden cargar) al escritor; con lo cual, el escritor no recibe ninguna ganancia porque se supone que la editorial debe recuperar ese dinero.
La editoriales, por mucho que proclamen que apuestan por la calidad literaria (y es cierto que algunas lo hacen), son empresas y los libros productos y el consumidor, un público que cada vez compra menos libros.
Esto hace que apuesten lo justo, y de aquella manera, por autores desconocidos. No porque sus escritos sean malos o buenos, sino porque son más difíciles de vender.
Este tema es complejo y da para mucho.
El tipo de editorial que propones @villarpinto, ya existe y existe sin filtros, porque los likes, etc., no son nada fiables.
Este tipo de editorial suele ofrecer un servicio muy barato del estilo tú te lo guisas y tú te lo comes (en definitiva, ellos no pierden nada porque solo se imprime cuando hay una venta) y también servicios menos baratos (pero justos) en el que puedes contratar revisor, maquetador, corrector de estilo, diseñador, etc.
La distribución está completamente automatizada y una vez se “publica” llega a todos los canales de distribución instantáneamente y, en efecto, el autor es quien decide el precio de su libro y gana alrededor del 90%.
Las editoriales ideales ya existen, pero de un modo tan estrechamente relacionado con la autopublicación que a veces no se consideran como deberían por los propios escritores.
En realidad, lo único que puede ofrecer una editorial tradicional es la promoción (y no me refiero a colocar un libro en una estantería) porque el consumidor sigue confiando en los criterios de las grandes editoriales; se trata de crear una marca.
Las editoriales en realidad son empresas de marketing.
Si eso se convierte en norma, estarán cavando su tumba… La falta de profesionalidad se paga muy cara, aparte de que es desagradable para los lectores encontrarse con eso (no digamos ya para el autor)…
¡Encantado de saludarte, @cartontabla! Me parece que no habíamos tenido ocasión de conversar antes, así que ¡un placer!
Si sabes de la existencia de alguna editorial por cuenta ajena (es decir, que el autor no aporte ninguna cuantía económica por publicar bajo ningún concepto y que reciba el 90% de los beneficios), que tenga distribución mundial en todos los mercados y plataformas, librerías, bibliotecas e instituciones principales de todos los países (tanto en libro digital como impreso), se agradecería un montón que lo comentaras; si cumple todas estas condiciones, al menos en mi caso, estaría muy interesado porque eso es justamente lo que estoy buscando y no encuentro por ningún lado…
Acerca de los filtros de la editorial que proponía como ideal (en mi opinión, por supuesto), ya se habló en otros hilos de que las redes sociales no suelen tener mucha incidencia en las ventas, con lo que estoy de acuerdo de que ese no sería un parámetro de medida; pero con reseñas (es decir, cada valoración que se da en la plataforma de compra), sí: de media, por cada una que deja un lector se han vendido cien ejemplares. Por tanto, si tiene trescientas, es que se han vendido treinta mil, una cantidad que ya permite promocionar esa obra con argumentos de venta sólidos.
Y que mantenga una media de cuatro sobre cinco (ocho sobre diez) o superior con esas ventas, también es indicativo de calidad en lo objetivo (ortotipografía, estilo, estructura, trama, etc.) aparte de en otros subjetivos, sino lo normal es que tenga una menor.
Esto es, por otra parte, lo que buscan ya los grandes grupos editoriales al fichar obras que han sido previamente publicadas por cuenta propia. Es lógico: ya hay un público amplio interesado en ellas y hacer publicidad con eso de respaldo es mucho más fácil. Tienes toda la razón del mundo cuando dices:
Es así. Sin argumentos de venta, es muy complicado. A veces ocurre, pero es tremendamente difícil, como se ha tratado ya en otros temas también. ¡Feliz domingo! ¡Y ahora sí, ya desconecto para escribir! A la vuelta me paso para leer lo que hayáis comentado. Como dije, me parece un tema muy interesante.
hola,
yo publico en Books on Demand.
aquí tenéis https://www.bod.com.es/libreria/catalogsearch/result/?q=Lino+García+Morales un enlace a mis publicaciones.
no tengo ninguna queja, al contrario
esta es la publicación del futuro!
debo advertir que, de la misma manera que los conceptos de productor y consumidor se han emborronado en el de prosumidor, los de escritor y editorial también; ahora se trata de ser artista-empresario.
respecto a la reputación, os aseguro que las estrellitas y las menciones de best-seller no son índices de calidad, si acaso de gusto.
hay escritores que aseguran, y lo suscribo, que algunos libros, si no fuera por todas esas estrellitas y reclamos “importantes”, no se venderían.
la calidad no es el problema, el problema es la certeza de esa calidad.
porque haya mucha gente que apruebe algo no significa que sea “bueno”, solo significa que para ellos, como mucho, resulta bueno (según sus criterios de lo que es bueno, malo o regular).
no hay nada mejor, y esto lo provee cualquier editorial digital, que leer un poco del libro para saber si te interesa comprar o no; de hecho, no es mala idea, sino todo lo contrario, proveer de un fragmento suficiente del libro de manera gratuita.
me alegra si os sirve de algo.
saludos
Lino
Desengancharse del foro resulta difícil… Mañana tendré que esforzarme más, ja, ja, ja. ¡Gracias por la recomendación, Lino! Sí, efectivamente, hoy día existen algunas opciones; Luca Paltrinieri escribió un artículo muy completo acerca de esto:
No obstante, todavía están lejos de lo que planteo, aunque es comprensible: estamos en los inicios de lo que está por venir. En libro digital, en realidad, un autor puede llegar a casi todas partes por sí mismo sin necesidad de editorial ―con los conocimientos necesarios, sin invertir ni un céntimo, solo tiempo para hacerlo―, de lo cual ya se ha hablado en el foro en más de una ocasión. Es en papel (aunque sea con impresión bajo demanda) donde está el meollo del asunto, y sobre esto hablábamos en otro hilo:
Todavía el sector está muy lejos de ofrecer condiciones ideales. Unas editoriales por ser de cuenta propia y no ajena, es decir, que el autor debe pagar a la editorial por publicar (y eso, en mi caso, no acabo de verlo); y otras porque la distribución abarca muy poco mercado (ya sin pedir que sea el mundo entero, pues al menos todos los países hispanos, que es lo que interesaría a los que compartimos mismo idioma):
Pero bueno, hay que darle tiempo al tiempo, que estamos al inicio de la revolución tecnológica en la edición y las cosas irán mejorando, eso espero al menos.
Acerca de la calidad de las obras, te recomiendo un hilo muy interesante en el que se trata ese asunto:
He estado curioseando y no tiene mala pinta. Una pregunta: ¿lo usas para vender desde tu web o para llegar a librerías? En mi caso, y supongo que en muchos otros, para vender desde la web Amazon es más que suficiente. Lo interesante es la capacidad de llegar a librerías. ¿Trabajan con los distribuidores habituales en España?
hola @Fede,
No, yo no vendo desde mi web. yo subo mis libros a BoD y ellos se encargan de ponerlos disponibles en más de medio mundo; incluido Amazon.
Las librerías también, poco a poco, están cambiando de modelo.
Casa del libro, Fnac, Corte inglés, por ejemplo, ofrecen mis novelas.
Cuando alguien quiere alguna se imprime bajo demanda; si las librerías ven que un libro tiene mucha demanda, piden una cantidad (en definitiva su negocio es vender, no promocionar).
En realidad este mecanismo les evita tener acumulaciones de stock y posibles pérdidas.
BoD también promociona los libros a través de las RRSS, concursos al público, etc.
Saludos
Lino
¡Gracias por la respuesta! Les he escrito a ver… porque no tienen el formato de 6x9, que es en el que tengo maquetados mis libros y diseñadas mis portadas…
entiendo que te refieres a 15,24 x 22,86 cm
BoD tiene un formato 15,5 x 22 cm
6x9 pulgadas, sí. Les he puesto un correo y han contestado muy rápido y muy amablemente. Para mí, tiene una pega: tendría que dar de baja mis libros de Amazon para que lo publiquen ellos y por ahí no estoy dispuesto a pasar. Los libros en papel en Amazon son el 30% de mis ventas y el 50% de mis ingresos.
bueno, tienes la opción de probar con un libro nuevo. si los demás te funcionan bien, ¿para qué cambiar?
Claro. El problema es que, por ahora, sigo escribiendo la misma serie con la que empecé y no tendría mucho sentido cambiar en el cuarto la forma de publicarlos.
Pero es una opción que queda ahí guardada en un cajón. ¡Gracias!
¡Muy buenos días a todos! Vaya por delante que no pretendo ofender a nadie, pero sé que mi opinión va a generar polémica, pues voy a decir ciertas verdades que, probablemente, podrán molestar a más de uno.
Está claro que el negocio editorial ha cambiado, y todavía seguirá cambiando, como lo hace todo con el paso del tiempo.
Lo que es innegable es que antes las editoriales tenían un interés por el trabajo que realizaban. Eran empresas creadas e integradas por personas a las que les gustaba la literatura, y eso se reflejaba en el resultado final del producto.
Hoy en día, por desgracia, estamos en manos de grandes plataformas a las que solo les importa el capital que les proporcionamos, y no les preocupa lo más mínimo el producto resultante.
Un ejemplo: Ahora mismo puedes publicar una novela erótica, plagada de contenido sexual explícito, y calificarla como “apta para todos los públicos”. Si nadie lo denuncia, puedes estar en el top de cualquier plataforma durante meses.
Pues ocurre exactamente lo mismo con las faltas de ortografía, ortotipografía, gramática, etc…
Por este motivo, aunque las valoraciones y reseñas son un buen indicador, por sí solas no me parecen suficiente. Ya he visto demasiadas veces el caso de un inútil que describe una escena porno llena de faltas de ortografía y tiene un montón de valoraciones y reseñas de 4 y 5 estrellas. Y os lo puedo asegurar, porque he leído varias de esas “obras” para poder opinar al respecto, que no solo tienen problemas de ortografía; lo cual es lógico, si te faltan los cimientos, difícilmente se aguanta el tejado.
Por eso creo que lo primero que debería tener una plataforma digital son unos filtros más estrictos a la hora de publicar. Vamos, unos requisitos mínimos. Si vas a ganar dinero, invierte algo.
Exigir que la obra no tenga faltas de ortografía, que cumpla con los parámetros de edad que recomienda y que se pueda leer sin que te duelan las ojos, creo que todos sabéis a qué me refiero, es lo mínimo; y lo es por nuestro bien como escritores.
En resumen, creo que una plataforma digital debería ser como una editorial tradicional, pero adaptada al nuevo mercado. Y también creo que los escritores de hoy en día no deben esperar que nadie corrija sus textos; vivimos en un mundo competitivo, si quieres sobrevivir, debes aprender a utilizar todas las herramientas que tienes a tu disposición. Y, sinceramente, pienso que, haciéndolo bien, este modelo de mercado daría más beneficios a las editoriales. El problema radica en que estamos en manos de tiburones como Bezos, al que solo le importa el ahora y no le tiembla la mano si tiene que destruir un bien intangible para tener más millones en su cuenta bancaria.
Un saludo.
Estoy de acuerdo; pero las plataformas no pondrán filtros ―entre otras cosas, porque les compensa que cualquiera pueda publicar; los libros son ahora como las bodas: los amigos los compran aunque sea por compromiso, y eso resulta rentable―. De ahí que haga falta editoriales para distinguirse del todo vale…
Estamos de acuerdo, Miguel. Pero esto es como decir que no vamos a hacer nada contra el hambre en el mundo porque es imposible acabar con la pobreza. Si las editoriales se deciden a entrar de lleno en el mundo digital y compiten con sus armas contra ellos, acabarán ganando. Pero, si se empeñan en seguir manteniendo un negocio que está en declive como es el papel, todos sabemos que a muchas les espera la quiebra. Cuanto más tarden en reaccionar, más difícil lo tendrán.
Acabarán por dar el paso, es inevitable; empiezan a ser conscientes de ello (lo sé bien porque con alguna es posible que actúe como asesor externo en su transición digital). Tiempo al tiempo.
Yo no estoy del todo de acuerdo. Hay cracks como @villarpinto o @pzbolivar que han trabajado mucho para formarse y tener el nivel que tienen, pero, partiendo de una base, no creo que un escritor tenga que ser capaz de presentar un manuscrito impoluto. Para eso están los correctores. No creo que ninguno de los bestsellers de editoriales tradicionales publique sin pasar por un corrector (por más de uno, seguro), y eso que sus textos, imagino, estarán bastante bien. Pero es mucho más difícil corregir bien un texto propio que uno ajeno y a todos se nos escapa algo.
Esto también es bastante relativo, cuando el «tiburón» me da el 70% donde otros me darían el 10%…
Siempre que estén dispuestos a darles a los autores lo que les da la autopublicación: libertad casi absoluta, todo el control y más del doble de ganancia. Si no, ocurrirá lo inverso: la autopublicación se comerá a las editoriales porque los autores saben dónde tienen más que ganar y menos que perder. Como siempre, vamos por detrás, pero en el mundo anglosajón hay muchas historias de escritores que autopublicaron, se fueron a una editorial por el caché y han vuelto corriendo, espantados. Y de otros tantos que empezaron en tradicional y, una vez han probado la autopublicación, no quieren saber nada de los sellos tradicionales. Por supuesto, todo esto además de los híbridos que tanto defiende @villarpinto , que intentan aprovechar lo mejor de cada sistema.
Por último, sé que es una opinión muy poco popular por estos lares —como es lógico—, pero yo sigo pensando que el valor producto lo decide el cliente… y si el cliente dice que tiene 5 estrellas, pues es lo que hay. Podemos entrar a discutir si ese cliente tiene capacidad de decir si eso vale 5 estrellas o no, pero la realidad es que para él/ella, las vale. Esto es como el que se queja por lo que cobra Messi… la única razón por la que cobra eso es porque la gente compra sus camisetas, las entradas a los partidos y el FIFA para la Play. Es una opinión muy personal, pero me pasa como con las películas: rara vez coinciden crítica con taquilla y yo tengo muy claro cuál me dice si una peli me va a gustar. También es verdad que soy muy simplón…
Vaya rollo me he soltado. ¡Perdón!
Hay cuestiones que estáis tratando que son muy interesantes, pero sería muy complejo entrar en ellas (supondría un tocho, pero tocho tocho). Por tanto, abrevio:
Los que tienen éxito por cuenta propia, sin duda, se lo pensarían mucho antes de firmar un contrato de edición con cesión de derechos mundiales y en todos los formatos en las circunstancias actuales. También aquellos, como en mi caso, que ganan ahora casi el triple que antes por cuenta ajena, y eso que no estoy más que al principio de la estrategia que he trazado, a culminar dentro de tres años aproximadamente.
A estas alturas, me interesa más la cuestión económica que el prestigio. Esto último es muy importante al principio (hasta tener tres obras por cuenta ajena y así poder optar a todo lo que ofrece el sector); pero luego, entre una u otra, me quedo con la rentabilidad.
Ahora bien, como en todo, no podemos generalizar; habrá a quien le vaya mejor por cuenta ajena, que también los hay. Lo que considero crucial es atreverse a explorar todos los caminos para encontrar el modo en el que mejor y más rápido consigamos nuestros objetivos.
Es que, de momento, por cuenta propia, en papel estamos muy limitados; en la práctica, a Amazon y su distribución ampliada. Si las distribuidoras se abrieran a trabajar con autores, la cosa cambiaría mucho. Por eso, todos fuimos a mirar rápidamente Podiprint, ja, ja, ja. Lo mismo con las librerías, que pretenden competir con Amazon a través de:
Pero es difícil que ganen la batalla dejando fuera a los autores por cuenta propia que, en general, son los que más y mejor promocionan sus obras. Y esto, en la mayoría de los casos, es lo que hace que los libros se vendan salvo en excepciones muy puntuales.
¿Entonces, por qué no lo hacen? Dos motivos de peso principales: por una parte, el papel está dominado por cuenta ajena y hay muchos intereses por medio, incluyendo miles de puestos de trabajo. Luego, está la otra cuestión que comentaba @efrenvillaverde acerca de la calidad, e influye mucho también. En un principio, dieron su apoyo, pero luego lo retiraron por la cantidad de quejas que habían recibido por parte de los lectores al comprar libros autoeditados carentes de ella (no me refiero a la subjetiva sobre el contenido, sino a la objetiva: ortotipografía, estilo y desarrollo). Tuvo tal impacto negativo, que el sector se cerró a esa posibilidad y creo que aún sigue así (al menos hasta 2017, cuando trabajaba como director de comunicación en una editorial).
En fin, veremos cómo termina el asunto porque tan solo acaba de empezar. En mi opinión, acabará por surgir alguna editorial del tipo que proponía al principio, que más que editorial, será una gran distribuidora para los casos de éxito por cuenta propia.
¡Hola, @Fede! No pidas perdón por la extensión de tu respuesta, ya que ha sido muy interesante leer tu opinión y me ha aportado mucho.
Creo que hay varias cosas que mencionas en tu comentario que están relacionadas entre sí. Dices que la mayoría de los escritores necesitan una o varias correcciones; cierto. Y también mencionas el hecho de que es más difícil corregir los textos propios que los ajenos; también es cierto. Pero esa es precisamente una de las muchas razones por las que plataformas como Amazon pueden ofrecer al autor regalías del 70% en las ventas. Al tener cero inversión, están ganando un 30% de cada venta; una editorial tradicional, por el contrario, solo se lleva en torno al 10% de cada libro vendido. Ojo, que la diferencia es enorme.
¿De dónde sale este margen? Es fácil: personal de oficinas, revisiones, estudios de mercado, publicidad, distribución, almacenamiento y un largo etcétera.
Entoces, ¿qué preferimos? Si queremos autopublicar y ganar altas regalías, sin descuidar en ningún momento la calidad de nuestros textos, solo hay una manera: dedicar tiempo a formarse. Para corregir textos propios hay muchos trucos, como utilizar varias correcciones, la corrección de oído, la lectura al revés, etc… Al final todo se basa siempre en el mismo principio: Trabajar, trabajar y trabajar.
Yo todavía estoy empezando en esta profesión, y, por ahora, he optado por recorrer ambos caminos a la vez. Creo que los dos aportan cosas interesantes, y que si puedo sacar lo mejor de cada uno de ellos, será una ganancia para mi futuro profesional. Está claro que conlleva mucho más sacrificio; pero sin sacrificio, no se llega a ninguna parte. Nadie va a hacer el trabajo por nosotros, eso lo tengo muy claro.
Después está el tema de las estrellas. Para mí, y sé que en esto no vamos a estar de acuerdo, no todo vale. Por mucho que alguien me diga que un libro le encantó y le ponga 5 estrellas, si lo abro y me encuentro dos faltas de ortografía en la primera página, ya no sigo leyendo. Y me da igual que tenga 200 valoraciones con una media de 4’8, que no lo voy a leer. Porque eso pasa, te lo aseguro. Es el equivalente al reguetón en la literatura. Yo sé que no me va a aportar nada, porque alguien que no tiene la base necesaria para escribir, es imposible que cree una buena historia, bien hilada, coherente y comprensible.
Como en cualquier otra profesión, alguien que no sabe puntuar un texto, que es la base de la expresión escrita, no va a ser capaz de redactar una novela coherente; al igual que no le encargaría la construcción de mi casa a alguien que dijera que no sabe hacer los planos, pero tampoco los ve necesarios. Es un símil que @villarpinto recordará, ya que lo estoy citando a él.