Buenos días David, me gustaría aportar mi opinión, pero evidentemente no como escritora que ha publicado, pues no es el caso. Pero si como experiencia en otros campos.
Después de leer los comentarios de los compañeros, entiendo que puedan existir motivaciones personales, como privacidad y seguridad. También en el cambio de temática, para no confundir a los lectores, según he leído, o incluso ese temido fracaso.
Pero desde el punto de vista de posicionamiento de marca, piensa que el nombre que utilices es la marca comercial que va a posicionar tu producto, en este caso tus libros, en tu mercado potencial, en este caso tus lectores.
Además es tu pilar de credibilidad frente a ellos. Entendiendo credibilidad en el sentido de que te muestras ante ellos con tu verdad, y te expones a su juicio.
Si tú crees que con el pseudónimo puedes mantener ese equilibrio, está bien, pero piensa que a veces es tu marca personal, tu nombre, quien respalda la calidad de tu trabajo.
Los pseudónimos te garantiza invisibilidad, pero a nivel comercial esa “invisibilidad” es la barrera más difícil que todas las empresas temen y la que más frecuente se encuentran en su camino hacia el éxito y también la más difícil de destruir. De ahí las campañas millonarias que hacen las multinacionales.
Si estás consolidando un nombre, que ya es conocido en ciertos sectores, funciona como un trampolín para que el salto sea más lejano y más seguro.
Yo personalmente, aconsejaría a cualquier escritor que me lo preguntase que se hiciese un briefing de lo que quiere plantearse con su carrera profesional:
- dónde quiero comercializar los libros, cómo los voy a promocionar, cual es el campo potencial de lectores que al que quiero llegar, cómo son esos lectores, sus costumbres, sus reglas de compra, su forma de conocer los libros que demanda… y preguntas . similares. Analizar los pros y los contras de las dos opciones, y no simplemente con caracter subjetivo sino desde una perspectiva realista y comercial, si es que quieres dedicarte profesionalmente a ello.
Si ves que vas a presentarlos en librerías, eventos, promociones, entrevistas, donde tengas que hacerte visible como escritor, entonces el pseudónimo tendrá poca efectividad para permanecer invisible, y será un recurso marketiniano con el que se jugará simplemente porque el nombre sea más sonoro, comercial o más fácil de recordar, o más de acorde con la temática del libro.
Si por el contrario, crees que ese nuevo nombre te abre otras puertas, entonces ya es cuestión de sopesarlo todo en la balanza.
Bueno tal vez me he enrollado de más, espero haberte ayudado.
Para mí, el nombre del escritor es mucho más que un nombre, es la referencia que todo lector va a utilizar como primer filtro a la hora de elegir que libro quiere leer mañana.
Feliz lunes.