Buenas.
Interesante hilo. La verdad es que la literatura ha cambiado mucho. Básicamente, porque se ha “popularizado”. Antes escribían cuatro y ahora somos legión. Y eso no es bueno ni malo, es lo que es. Pero también es cierto que las editoriales han cambiado. Recortan gastos y se nota en la calidad. He leído libros de grandes editoriales con errores, sobre todo de traducción. A nivel ortotipográfico y de estilo las editoriales, al menos antes, se encargaban de corregir los “defectos”, por lo que no podemos asegurar que la calidad sea del escritor o del corrector. Una persona cercana me dijo una vez que, hace años, existían escritores que enviaban sus manuscritos en un estado lamentable (llenos de tachones y faltas). Hoy en día eso es inpensable y las editoriales (sobre todo a los escritores poco conocidos) exigen un texto impecable (supongo que así ahorran recursos).
Por otro lado, un escritor es alguien que cuenta historias. Si la historia es buena tiene mayores posibilidades de que triunfe, pero, si la historia es buena y utiliza técnicas de la profesión las posibilidades crecerán. Eso es así.
Pero no nos ofusquemos que la historia juzgará. Me gustaría ver de qué autores hablan los libros de literatura dentro de cien años. Igual nos hemos perdido grandes autores que la historia de la literatura ha obviado.
Ah, y para acabar: Creo que Mendoza escribió ‘El misterio de la cripta embrujada’ en tiempo récord. También me consta que los autores de Bruguera escribían sus novelas de a duro en una semana (la necesidad agudiza el ingenio) y yo leí verdaderas historias magníficas de Fco González Ledesma y Marcial Lafuente Estefanía.
Salud, compañeros




. Qué paciencia. Creo que uno de los últimos libros que abandoné fue El psicoanalista de John Katzenbach. No me entró por ningún lado. Evidentemente no supe apreciar su estilo narrativo, ni tampoco la acción o la emoción que había sido anunciada. Tiene muchísima fama y llegué a él pensando que me gustaría. (Siempre ando detrás de novelas psicológicas). O tal vez lo agarré en mal momento. No sé.
