¿Importa la calidad literaria?

¡Hola a todos! En mi primera entrada, comparto una breve consideración. :nerd_face:
Hoy me preguntaba si la calidad literaria importa en la actualidad menos que la cantidad (pensando en términos de producción). Inmediatamente surge de uno la respuesta obvia, pero quería saber qué piensan los escritores y también la gente lectora de la comunidad.
Hay en esta página numerosas entradas relacionadas con las ventas, las promociones, los anuncios, y muy pocas que tengan por propósito indagar sobre lo que se precisa para escribir competentemente. Lo señalo como una curiosidad. :thinking: A veces reparo en escritores que admiro y compruebo que ellos con 80 años (por decir una edad) escribieron menos que nosotros, que apenas si llegamos al medio siglo de vida. Y no es irrelevante. Ellos con sus ochenta años contaron, digamos, con unos sesenta años de tiempo productivo. Nosotros… Pues la cuenta no es difícil.
¿No habrá afán desmedido en la necesidad o impulso de creación? ¿Es normal que alguien de treinta años tenga ya más de diez novelas escritas?
Naturalmente, en la era en que vivimos, la publicación es accesible y casi todos los escritores pretenden darse a conocer. Pero ¿a cualquier precio?
No es cosa dramática, pero estos dilemas me asaltan a menudo. He comprado libros autopublicados (algunos relativamente famosos) que están escritos con pobrísimo esmero; algunos, incluso, mal escritos o con poca corrección. Entonces, ¿qué piensa la gente de esta comunidad? ¿Es una percepción equivocada, o existen personas que escriben y publican sin dar demasiada importancia a la calidad de su obra? ¿Es prudente ser crítico con la literatura actual, o ya siquiera existen los que sueñan escribir como Dostoyevski?
Me encantaría leer algunas opiniones. ¿Piensan ustedes que escritores del siglo anterior aborrecerían nuestras obras? :grimacing: :sweat:
¡Saludos! Marcelo
Cimadamore.

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Creo que una de las cosas que hay que tener en cuenta es que la mayor parte de los que han escrito mucho es porque han escrito, más o menos, bien. En la publicación tradicional, me imagino que es muy difícil que te vuelvan a editar si el primero es un fiasco. En la independiente, si no ves que sea posible recuperar la inversión con el primer libro o las críticas no son lo que deberían, dudo que nos atreviéramos a invertir tiempo y dinero en otro. Esto puede hacer que pensemos que el que tiene éxito es porque escribe mucho… quizás, el que escribe mucho, es porque tiene éxito.

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Gracias, @Fede, por la participación. Creo que llegar a una publicación de tipo tradicional, sin invertir dinero en el proceso, implica superar algunos filtros editoriales y eso asegura, incluso en el peor de lo casos, un margen mínimo de calidad. Hay editoriales más pequeñas, sin embargo, con filtros menos restrictivos, y en esos casos habría que ver.
Pero no se trata esto de ser elitista. Está perfecto que todos puedan publicar y que sea accesible. Y ciertamente los que tienen éxito buscan ser prolíficos para alimentar ese éxito… La lógica es indudable; se parece bastante a la oferta y la demanda. Pero eso no resuelve la cuestión de fondo. ¿Esas obras tienen calidad literaria? ¿Podrían, por ejemplo, pasar por el ojo de un crítico literario?
Me animo a decir que en la actualidad el nivel de exigencia del lector es inferior al que se encontraba décadas atrás (gente acostumbrada a leer a los grandes de la literatura ponía la vara alta). Pensemos sin ir más lejos en los géneros que han triunfado en los últimos años y en cómo sus exponentes llevaron a término la travesía. No quiero citar libros específicos, pero al examinar párrafos aislados puede notarse sin esfuerzo que, en ocasiones, hay detrás de la obra un escritor con manejo poco hábil de lenguaje (incluso se advierte desconocimiento de las reglas ortográficas). Aun así… éxito de venta.
Pero esa clase de éxito suele tener aristas, y no siempre refleja o garantiza la calidad de una obra. Sé que los músicos se agarran de los pelos cuando piensan en esto.
Me gusta saber que hay personas en la comunidad que piensan en esto. No estoy tan loco. :relaxed:
Saludos, y ¡los sigo leyendo!
Marcelo.

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Sí.

La verdad es que estoy totalmente de acuerdo con lo que comentas. He conocido escritores de renombre (no voy a decir quien pero es de uno de los autores españoles más leídos) y tras escucharlo hablar quedé fascinado por sus palabras y por la gran cantidad de libros que había escrito. Según me comentó el tardaba dos meses en escribir un libro, evidentemente yo aluciné. Tiempo después, por fin me animé a leer un libro suyo y no llegué a terminarlo; me pareció simplista, vano y sin contenido. El caso es que como invitado a cualquier acto literario es toda una figura y se vende muy bien, pero la calidad literaria, desde mi punto de vista, deja mucho que desear.
Así pues, hoy en día, prima más escribir un ciento de obras corrientes, que una obra maestra. Y desde luego no se puede comparar un libro escrito en dos meses que uno en dos años o toda una vida.

Una vez leí una lista con las claves para triunfar como escritor entre las que se encontraban la audiencia, el marketing, la marca… y el último requisito era tener un libro medio decente

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Absolutamente, @CAYETANO_MARTIN. No voy hablar de escritores puntuales porque no fue la idea del tema, y tampoco sería necesario, pero sé que hay escritores de éxito que reúnen las características de aquel que bien aludes.
En cuanto a escribir una novela en tan poco tiempo, tengo mis serias dudas. No puedo imaginar qué tan poco cuidado se le pone a un texto que se escribe en dos meses. Es como escribir esta entrada, casi de corrido. Quien escribe así, ciertamente está resignando calidad. A menos que uno sea el propio Dostoyevski y conciba El jugador a las apuradas, solamente porque debe resolver un problema. ¡Quién pudiera! :grin:
Saludos, y gracias por la participación.
Marcelo.

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Entonces estamos hablando de cosas distintas. Yo nunca valoraría un libro por la crítica literaria. Supongo que es una cuestión de gustos, pero me pasa igual con las películas: las que la crítica alaba me suelen parecer malas y me entretienen las que no convencen a los «expertos» (sería interesante dilucidar quién los nombra como expertos o críticos). Si el éxito es gustar a la crítica, creo que siempre va a estar separado del éxito comercial o económico. En mi caso, desde luego, quiero gustar al público general, no a los críticos.
Me atrevería a añadir que la calidad de un escritor no se mide por su dominio del idioma, sino por el control de las emociones y de cómo hace avanzar la trama manteniendo al lector entretenido. Por supuesto, el idioma escrito es nuestra herramienta y debemos conocerlo, pero para eso están los correctores, verdaderos expertos en ese área. En mi caso, no me avergüenzo en absoluto en decir que mis dos primeros libros se publicaron con faltas de ortografía (pocas, creo). La acogida fue excelente, a pesar de ello, y eso me permitió publicar un tercero, ya corregido profesionalmente, y estoy ahora reeditando los dos primeros. En el proceso he mejorado yo también y creo que ahora escribo mejor, pero sigo sin sonrojarme por que mi correctora me devuelva el manuscrito con varios cientos de modificaciones. Y, desde luego, no ha cambiado mi estilo: sigue siendo sencillo y directo, buscando el lector pueda centrarse en construir la historia en su cabeza y no en entender construcciones complejas o palabras enrevesadas.

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Muy buena intervención, @Fede. Yo pienso que desdeñar la opinión de un crítico literario se asemeja bastante a menospreciar la opinión de una persona que en materia técnica sabe más que uno. Ocurre también en la música, y haciendo una analogía podríamos aludir a los músicos que hacen música para la gente en general o para los músicos (o conocedores). Estos últimos, desde luego, podrán valorar la complejidad de la obra si se hallan en sintonía y en igual conocimiento de materia que el músico que la creó. Si hay músicos en la comunidad, entenderán de qué va la referencia. Hago un agregado: Alejandro Dolina dice que se necesitan dos inteligencias de igual nivel (autor y oyente) para que el efecto buscado por el creador sea efectivo. Estoy parafraseándolo mal a este hombre… ¡Perdón, Dolina!
En fin, soy completamente inexperto en el tema; solo expongo un parecer. Y no es que esté haciendo literatura para literatos (¡qué petulante sería! :laughing:); pero me preocuparía no tener una base de conocimientos literarios y ortográficos antes de lanzarme a escribir.
Creo que la generación nuestra (la mía no tanto, pues soy grande) tiene la chance y también los recursos para hacer arte un poco más digno y perdurable, y a veces perdemos la posilidad o la desoímos. Estoy filosofando ya, en tono melancólico. :roll_eyes:
¡Los sigo leyendo!
Saludos.
Marcelo

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Buena definición.

Para mi uno de los grandes escritores por su calidad literaria es José Saramago aunque desde el punto de vista de la RAE sería justo lo contrario.

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Hablar del idioma y de las normas de la RAE,@CAYETANO_MARTIN, podría llevarnos a un asunto muy enriquecedor también. Merecería su propio tema. ¿Hay o no que escribir según las normas? La pregunta…
Grandes escritores forjaron su estilo haciendo caso omiso de las normas, pero manteniéndose relativamente cerca… Y la explicación del caso es sencilla: las normas tienen sentido cuando se las interpreta. No son antojadizas (por mucho que me cueste ignorar la tilde del adverbio solo y de los pronombres demostrativos).
Luego están los recursos literarios, que sí son propios de la escritura bajo cierto contexto o tono. Pienso en La casa de los espíritus. Un buen ejemplo de recurso se da cuando Esteban Trueba sabe que su madre muere (o ya había muerto) y hace una catarsis que dura varios párrafos en los cuales apenas si aparecen puntos. En tal caso, Isabel Allende transmite a la perfección la desesperación o el desosiego que atraviesa el protagonista.
Pero es un recurso y se utiliza como tal, escuetamente. Nunca se hace norma. Allende luego escribe y pone las comas en donde corresponden (con sus excepciones voluntarias). La amo, señora. :blush:
Y luego está la adecuación al lenguaje actual. Parece innecesario seguir las reglas, pero ya nadie escribe fue con tilde, y en el pasado sí se tildaba. El lenguaje cambia por sus razones, y detrás van las normas. En cincuenta años, de seguro un adolescente va a toparse con la palabra guion tildada y la juzgará falta de ortografía. Hay que considerar el alcance que tendrán nuestros libros (que lindo hablar en plural después de todo lo que dije :grin:).
Saludos.
Marcelo.

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Yo creo que claro que importa. Como en cualquier disciplina artística.
Pero si te das cuenta todas estas disciplinas se han democratizado. Fíjate en la producción audiovisual. Cualquier grupo de estudiantes de cine puede rodar auténticas maravillas.
¿Quién dice qué tiene calidad y qué no?
¿El público? ¿La crítica? ¿Uno mismo?
Todo es subjetivo, y lo bueno que tiene que haya tanta oferta es que si no te gusta, pues dejas de leer y vas a por otro.
Aunque también es cierto que a mí me da un poco de coraje ver autores top ventas cuyas novelas son realmente mediocres. Y ver autores apenas conocidos con textos realmente brillantes.
Supongo que es el precio que hay que pagar por esta liberalización del mercado.
Saludos.

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Un tema muy interesante que me toca de cerca. Yo creo que depende del nicho en el que te mueves. Por supuesto, yo creo que en ficción y cosas así en las que te tienes que abstraer es importante escribir bien, pero estoy viendo que no siempre es así, aunque me joda.

Un colega de profesión hace unos años ya que sacó un libro MUY-MAL-ESCRITO. En serio, tiene comas por todos lados de forma totalmente random. El texto era tan ilegible que en un enfado lo acabé tirando.

Es ofensivo que se venda como la gran cosa. Incluso me ofrecí a hacerle de editor, pero no quiso hacerlo si no era gratis así que se ha quedado así…

Las únicas reseñas negativas que tiene es por la escritura. Creo que eso lo dice todo, pero mira, está en primera posición cuando buscas “lenguaje canino”

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¡Hola! Qué gusto que la gente siga opinando. Me gusta intercambiar ideas.
En cuanto a la subjetividad que mencionaba @G.Z.Escribano… ¡Qué tema! Creo que en el arte y en otras disciplinas existen “cánones” que uno puede atender o desatender, pero ahí están, y seguirán estando. Hay elementos técnicos (incluso académicos) para juzgar si una obra es buena o mala en su construcción, en su complejidad, en su profundidad. Cualquiera que lea Tlön de Borges comprobará con angustia que solo unos pocos pueden escribir así. :sweat_smile:
Lo que sí es totalmente subjetivo es el gusto del público, que a veces obra de juez (con acierto o no tanto). A manera de ejemplo, el libro sobre lenguaje canino que señalaba @Nick tiene una reseña negativa en Amazon con una imagen en la que se advierte, con dedo acusador, una presunta falta ortográfica. Pero el juez en este caso está equivocado. La palabra “descriptos” no es incorrecta. La RAE la reconoce y no la sanciona. En Argentina, Uruguay y Paraguay se emplea esta palabra, y otras de construcción idéntica: inscripto, suscripto, septiembre (todas con p intermedia).
En conclusión, esa reseña es injusta y fuera de lugar. Y esto, que es un mero ejemplo, no hubiese pasado si el lector no fuera tan exagerado (encima se muestra indignado) o si estuviese debidamente formado como lector de la lengua. Y sin embargo ahí está ese comentario negativo, en primer lugar. (Estoy hablando de ese punto concreto. Desconozco el libro).
Volviendo al tema principal, se me ocurrió iniciarlo porque con curiosidad pensaba en García Márquez y al hacer un repaso de su producción me percataba de que él con sus ochenta y siete años había escrito unas quince novelas (sin contar su labor periodística). Otros grandes, como Sábato o Rulfo, escribieron todavía menos. De ahí surgió la consideración que dio inicio a la entrada. Se resigna calidad cuando se escribe tanto (un escritor de treinta años con diez libros en su haber)? ¿No se le roba tiempo a la maceración de ideas o a las correcciones?
No es una locura, pero algunos escritores que están en la cumbre literaria trabajaban sus novelas, en ocasiones, por una década. Lo admito: cuando lo digo suena a locura…
En fin, escribí desde los quince años demasiados textos y tal vez eso me provoque vergüenza. Cosa que llevaré al psicólogo alguna vez…
Chistes aparte, muchas gracias a todos por la participación.
Saludos, ¡gente de Ebrolis!
Marcelo.

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Tema muy interesante, sin duda. Algunas citas y datos para la reflexión:

  • «No se puede crear un lenguaje nuevo sin entender antes cómo funciona un lenguaje. Aprende las reglas como un profesional para entonces poder romperlas como artista», Picasso.

  • Cuando Saramago, a finales de los años 1970, decidió alterar el uso de los símbolos y signos, era ya un escritor profesional. Previamente, también había trabajado como periodista, traductor, corrector y editor.

  • «Cela no era un gran constructor de tramas novelescas, pero sí un autor capaz de textos impecables, en los que no sobra un adjetivo ni falta una coma, en los que no hay nada que corregir y en los que él, una vez entregados, no solía modificar nada. Y esto no es fácil, ni se da con frecuencia», Esther Tusquets en Confesiones de una editora poco mentirosa.

  • «Las erratas son molestas para el lector y provocan rechazo», ASETRAD.

Y, por último, un video muy divertido acerca de este asunto:

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Excelente intervención, @villarpinto. Comparto plenamente el contenido de cada cita y creo relevante, por no decir primordial, conocer el lenguaje para luego estar en posición de emplear recursos de quiebre. Gracias a eso, la lectura gana en complejidad y quien advierte las astucias del escritor que por necesidad ha obviado normas aprecia el caso. Son pequeños guiños.
¡Saludo el video de Les Luthiers! :grin: :clap: Distintos dentro del humor. Hombres todos muy preparados y cultos.
¡Saludos! Gracias por el aporte.

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Sí, así es, @marcima. Decía Picasso también: «A los doce años ya sabía dibujar como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a pintar como un niño». El Guernica llegó a la edad de 56 años (1937), pero ¿cómo dibujaba ya en su adolescencia temprana?:

La literatura no es diferente; solo quien tiene un conocimiento profundo en una materia puede apreciar la complejidad que conllevan ciertas obras de arte. En cambio, los profanos, pueden pensar que están desprovistas de técnica o artificio.

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Qué bueno toparse con referencias que escapan a la literatura, @villarpinto. Antes ejemplifiqué con la música, pero visto está que toda disciplina artística que requiera conocimiento y técnica comparte características. Los artistas más dotados, siendo inteligentes y acaso humildes, con el bagaje de años vuelven su arte hacia la naturalidad y la simpleza sin perder profundidad. Pienso en Borges, que consideraba demasiado barroca y rebuscada su primera etapa. Sobre el final de su vida decía que convenía escribir con palabras de la lengua oral. Un lector no debía detenerse ante palabras extrañas, que en la lectura hicieran ruido. Fácil decirlo siendo Borges… :nerd_face: Tenía un estilo único: limpio y a la vez complejo.
Pero esto ocurrió tambien con otros escritores reconocidos. Explotaron la lengua con pleno conocimiento, sobre todo al principio de sus carreras, y luego trabajaron su estilo y le sacaron lustre, pero siempre sobre bases sólidas.
Me encantaría saber de pintura, @villarpinto . ¡Qué personaje Picasso! El hombre de los mil nombres. Aprendí algo de su obra viendo videos del crítico García Villarán.
Escribo en el teléfono y desde el trabajo. Perdón si suelto alguna tontería. El diccionario salta a cada momento y, además, pienso en voz alta. :sweat_smile:
¡Saludos!

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La verdad es que está siendo un placer tener esta conversación, @marcima. También creo que es lógico con el tiempo tender a la naturalidad y sencillez, en mi opinión, en consonancia con la definición del éxito (según la RAE):

  1. m. Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.

  2. m. Buena aceptación que tiene alguien o algo.

  3. m. p. us. Fin o terminación de un negocio o asunto.

Si lo analizamos, veremos que la mayoría de los escritores dan prioridad en sus comienzos a terminar obras. En una etapa madura, a buscar el elogio de la crítica y/o público. Y, finalmente, a disfrutar con lo que hacen por propia realización personal. De ahí la importancia de la primera acepción: es la consecución de todo el proceso anterior. Aunque lleva su tiempo… Así que, ¡a seguir escribiendo! :slight_smile:

¡Un abrazo muy grande!

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He leído todo el libro de ese compañero y te aseguro que es de Barcelona, no Uruguayo. Esa falta que señalan es una chorrada pero por experiencia sé que se le coló. Lo peor son las comas que usa, te lo digo, hacen el texto mucho más difícil de leer, y eso que es de lenguaje ameno

Hola, @Nick. Qué lamentable entonces. Pobre hombre. Es una pena haber lanzado el libro repleto de errores. Tal vez el contenido o mensaje sea valioso, pero si la forma adolece de falta de cuidado, le resta mérito al esfuerzo. La cosa ha quedado a medias.
En cuanto al ejemplo que señalé, decir que reparé en dicha crítica de Amazon porque cabe observar que los jueces no siempre están capacitados para dar veredictos concienzudos y sostenibles.
Vuelvo a pensar en una publicación con multitud de errores… Una picardía. Una lástima no aprovechar para corregirlo ahora mismo. Amazon da esa posibilidad. El autor tendría que corregir al menos la versión ebook y no desentenderse. Después de todo, escribió un libro y hay gente dispuesta a pagar por él.
En fin, les mando un saludo, y ¡muy buena charla!
Marcelo.

Totalmente de acuerdo, por eso mismo me ofrecí a ayudarlo, el contenido del libro en realidad es bueno