Pues la verdad es que yo no tengo ni idea de dónde recomienda la gente las obras, las de esa índole o cualquier otras, pero el lugar me parece irrelevante. Igual me equivoco, pero me da la impresión de que para ti es un dato relevante. ¿Podría ser que relacionado con la calidad literaria? ¿Asumimos que una obra se recomienda o no en cierto lugar y según cuál sea lo usamos de base para un argumento?
Creía que eso es lo que hacemos, intercambiar ideas. ¿No es así?
Desde luego, este es un debate que despierta pasiones, ja, ja, ja. Quizá sea interesante también otro que hubo relacionado:
En él comentaba mi parecer y sigo manteniéndolo:
A ver, no todos los escritores van a ser premios Nobel. Pero eso no quiere decir que el resto de la literatura sea prescindible, ni mucho menos.
Por ejemplo, los bestsellers con millones de ventas suelen ser muy criticados con respecto a su calidad y, sin embargo, acostumbran tener alguna característica muy destacable por la que han conseguido ese logro, ya sea por un estilo impresionante, la estructura, generar tendencia, conectar muy bien con su público o, simplemente, ser muy entretenidos. También pueden influir cuestiones extraliterarias, como las biografías de famosos, ¿pero acaso no tienen interés para una amplia audiencia?
A lo que voy con esto es que hay obras y autores eternos, y otros que destacan en un momento concreto por unas razones u otras. Pero todos ellos tienen su valor en su contexto y hay que reconocerlo.
A mí me cuesta. Es que soy así, espeso, ¿me puedes explicar por qué esa forma y ese contenido son más elevados? La verdad me encantaría entender el criterio objetivo que permite afirmar eso, si hablamos de ficción, claro. Es para aprender y poder aplicarlo.
Yo estoy de acuerdo en el primer punto. El segundo ya me cuesta, pero podría estarlo. Pero el tercero… ¿Dices que se puede medir de manera objetiva el argumento de una novela? ¿Y la sinopsis? ¿Y la coherencia entre tema y subtemas?
¿Hay un modo de medir todo eso de manera que dos o más personas lleguen a la misma valoración sobre el mismo libro? Porque eso es lo a mí me parecería objetivo.
Mencionas los gustos personales para valorar el contenido. ¿Los gustos no influyen con el estilo, con el argumento, con la estructura?
Creo que en estas cuestiones, cuanto más específicos seamos, más fácil será llegar a consenso. Vamos a intentarlo.
Sí, evidentemente, existe una gradación desde la objetividad a la subjetividad por el orden expuesto:
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La ortotipografía obedece a unas reglas establecidas, por tanto, es la más objetiva de todas (aunque no del todo: quien las conoce puede decidir saltárselas por motivos fundados; pero esto es muy distinto a hacerlo por desconocimiento).
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El estilo, podría ser objetivo en aspectos también formales como la correlación de género y número entre sustantivos y adjetivos, formas verbales, etc. Más allá, entraríamos ya en la subjetividad.
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El desarrollo (tema y subtemas, argumento y sinopsis, trama y estructura), puede ser coherente o tener inconsistencias e incluso contradicciones. Esto último suele ocurrir con frecuencia en obras que se escribieron sin una revisión posterior y los lectores suelen quejarse de ello con razón en sus reseñas. También es medible en este sentido. Terreno subjetivo sería que, sin haber errores, guste más o menos a la audiencia el planteamiento elegido por el autor.
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Y, por supuesto, acerca del contenido, ya es muy particular de cada uno/a la valoración.
¿Cómo lo veis?
Hola de nuevo. Leo desde el trabajo.
Gran exposición, @villarpinto, con conceptos muy claros. ¡Serás mi guía desde ahora!
Respecto del hilo, me descolocan algunas preguntas cargadas de matiz imperioso y aire confrontativo. Tal vez no esté acostumbrado al lenguaje de las redes o ya soy medio viejo. Bandera blanca. @Fede se opuso a algunas ideas u opiniones y lo hizo respetuosamente, dando su contrario parecer.
En fin, saludo la participación y sigo leyendo y aprendiendo.
Paz, por favor.
Saludos.
¡Muchas gracias por la parte que me toca! Respecto al cruce de pareceres, esperemos que no sea sangre sino cerveza, vino o la bebida al gusto subjetivo de cada uno/a lo que llegue al río tras un brindis, ja, ja, ja.
Siempre es positivo intercambiar opiniones, y en especial, con quienes piensan diferente: eso nos hace evolucionar como especie y también como personas; nadie tiene la verdad absoluta porque la omnisciencia está fuera de nuestro alcance, conviene no olvidarlo. ¡Un abrazo a todos/as!
No tiene ningún mérito; es el mero instinto de supervivencia que nos inculcan en la milicia: ante manifiesta inferioridad, ejecuta retirada táctica y vive para luchar otro día .
¡Saludos a todos!
Un grande, @Fede. Nada de inferioridad. Yo no sé nada. Fui tirando opiniones y parafraseo autores para sostener las ideas. Supongo que dirás lo que dirás por @villarpinto, ¡el guía!
(Estoy pasando mucho tiempo en el foro )
Mejor voy a otro hilo.
Saludos
Buenas.
Interesante hilo. La verdad es que la literatura ha cambiado mucho. Básicamente, porque se ha “popularizado”. Antes escribían cuatro y ahora somos legión. Y eso no es bueno ni malo, es lo que es. Pero también es cierto que las editoriales han cambiado. Recortan gastos y se nota en la calidad. He leído libros de grandes editoriales con errores, sobre todo de traducción. A nivel ortotipográfico y de estilo las editoriales, al menos antes, se encargaban de corregir los “defectos”, por lo que no podemos asegurar que la calidad sea del escritor o del corrector. Una persona cercana me dijo una vez que, hace años, existían escritores que enviaban sus manuscritos en un estado lamentable (llenos de tachones y faltas). Hoy en día eso es inpensable y las editoriales (sobre todo a los escritores poco conocidos) exigen un texto impecable (supongo que así ahorran recursos).
Por otro lado, un escritor es alguien que cuenta historias. Si la historia es buena tiene mayores posibilidades de que triunfe, pero, si la historia es buena y utiliza técnicas de la profesión las posibilidades crecerán. Eso es así.
Pero no nos ofusquemos que la historia juzgará. Me gustaría ver de qué autores hablan los libros de literatura dentro de cien años. Igual nos hemos perdido grandes autores que la historia de la literatura ha obviado.
Ah, y para acabar: Creo que Mendoza escribió ‘El misterio de la cripta embrujada’ en tiempo récord. También me consta que los autores de Bruguera escribían sus novelas de a duro en una semana (la necesidad agudiza el ingenio) y yo leí verdaderas historias magníficas de Fco González Ledesma y Marcial Lafuente Estefanía.
Salud, compañeros
Bueno, yo sé algunas cosas; otros, otras. Es así como vamos aprendiendo, aportando cada uno su parte. Particularmente, para mí es una satisfacción cuando sé que mis intervenciones resultan útiles a los demás, de igual modo que agradezco también los aportes del resto. Tener la mente abierta y dispuesta a adquirir conocimiento es una de las claves para el éxito, al menos, desde mi punto de vista. En cualquier caso, ¡honrado me siento por el elogio!
Tal cual, y mucho más desde que tienen sus sellos de autoedición. Los errores de forma se detectan en cuestión de segundos, y así de rápido se puede producir el descarte de publicación por cuenta ajena.
¡Muy cierto también!
Muy buen aporte. ¡Gracias por la participación! Coincido plenamente en tu apreciación. Desconozco la novela que citas de Mendoza, pero siempre pienso en el apuro que llevó a Dostoyevski a escribir El jugador. Creo que debía entregar el manuscrito porque perdía los derechos de sus obras anteriores y futuras o algo parecido. En menos de un mes escribió esa obra… Increíble, tanto por el tiempo como por el genial resultado.
Me quedó también con esta frase:
¡Saludos!
Hola, Marcelo Cimadamore: ¡Vaya seudónimo te has buscado! Es realmente literario. (O a lo mejor no es un seudónimo…)
Me han interesado mucho las cuestiones que planteas, porque yo también opino que aquí se habla demasiado de asuntos comerciales y muy poco de lo que afecta a la escritura. Por ejemplo, cuando dices eso de si la calidad literaria importa en la actualidad menos que la cantidad.
Mi opinión es que la mayor parte de la gente se toma esto como un juego más de los que nos brinda la civilización que nos contiene, que, no es por nada, si en algo destaca es en la superficialidad en todos los ámbitos. En ese sentido, me da la impresión de que se ha comenzado la casa por el tejado, pues es sabido que lo primero es dominar el oficio; el arte, caso de que llegue, aparecerá después. (Esto se puede aplicar a cualquier actividad.)
Por supuesto que existen personas que escriben y publican sin dar demasiada importancia a la calidad de su obra, lo que salta a la vista. Ni siquiera es necesario leer los libros, sino que basta con leer la mayor parte de las sinopsis, unas copiadas de otras, plagadas de muletillas, lugares comunes, frases hechas… En fin, para qué seguir. Y si alguien no es capaz de escribir con gracia (con chispa) una sinopsis, ¿se puede confiar en que haya escrito un libro que valga la pena?
Que haya personas que a los treinta años hayan escrito diez novelas… Bueno, pero habría que discutir qué se entiende por novela, y por obra original, porque lo de repetirse hasta el infinito es bien fácil.
También te preguntas si los escritores del siglo anterior aborrecerían nuestras obras… Ellos ya no van a poder decidir sobre semejante asunto, pero lo que es seguro (es mi opinión) es que los de los siglos posteriores se van a reír mucho con esta diarrea mental de los miembros de la actual sociedad del bienestar, que imagino que sea sólo un tránsito entre dos revoluciones.
¿Va a seguir esto así siempre? Qué va. Dentro de poco (unos decenios como mucho) las cosas habrán vuelto a la normalidad, y como se dice coloquialmente, el que vale, vale, y el que no, a Alemania, a trabajar.
Citas varias veces a Borges, por lo que imagino que serás argentino. De Borges, por supuesto, pero yo soy sobre todo un gran admirador de Cortázar, que en mi opinión personifica una de las cumbres de la literatura del siglo XX. Y de Onetti, aunque fuera uruguayo.
El hilo es larguísimo, y las opiniones muchas, y como he leido la mayor parte, al final me he perdido, pero no importa. Me ha gustado mucho que la gente se haya interesado tanto por este asunto, y que algunos hayan dado opiniones que son para tener en cuenta.
Gracias a todo el mundo, en especial a ti.
Sugerencia final: si te quieres dar cuenta de por dónde ando, mira AQUÍ. Puede parecer autopromoción injustificada, pero es para que todos sepamos cuál es el lugar que cada uno ocupa, que las palabras son importantes, pero más importante es el resultado final.
¡Hola! El hilo se hizo largo, es verdad. Gracias por opinar, @Camargo_Rain. Yo soy argentino. De Borges, de Cortázar, de Sábato, y también de otros que me hicieron leer en la escuela. Podría decirse que tuve una formación más o menos tradicional y lógica (no me fue bien en la escuela).
Ojalá uno pudiese estar a la altura de los escritores citados, pues son referencia y han logrado una consideración difícilmente apelable. Después también leo autores que fui descubriendo en la lectura de los primeros; autores que ellos mismos referían en sus obras, entrevistas, intervenciones. En fin, estoy un poco pasado de moda… y tal vez la influencia de estos escritores me esté llevando hacia posturas críticas inadecuadas o anacrónicas. Creo que esta literatura no es la de aquellos años. Esto es un parecer. Como escritor, sin embargo, intento disimular los rudimentos lo mejor que puedo. ¡Que mi incompetencia no haga de las suyas!
Qué más quisiera yo que escribir cuentos como lo hacía Poe, o narrativa mordaz como lo hacía Wilde; pero tengo que conformarme con lo que soy. Todos mis esfuerzos redundan en correcciones y relecturas y en la necesidad de seguir aprendiendo. ¡Qué difícil estar relajado!
¿Todo esto suena demasiado idealista, Sancho?
¡Saludos a todos!
Veamos… Después de haber leído tus intervenciones, @marcima, creo que la cuestión que subyace es identificar al público ideal y cómo llegar a él. Esto es fundamental para trazar una estrategia eficiente:
Me explico: aunque a veces ocurre, es complicado que coincida el éxito comercial con el reconocimiento académico porque, casi siempre, los textos están dirigidos a audiencias muy diferentes (los primeros a una más amplia y los segundos a una más reducida). No es mejor ni peor, ambas son necesarias y tienen sus lectores; pero, por poner un caso, ¿cuántos premios Nobel de literatura copan el Top 100 de Amazon? Quizá alguno de manera excepcional en un momento puntual, aunque no es lo habitual.
Es un hecho y, en función de ello, se debe planificar. Si la intención es lograr éxito económico, desde luego, la edición por cuenta propia está muy bien para quienes enfocan sus creaciones a audiencias amplias.
En cambio, si son más reducidas y se aspira a reconocimiento académico, lo ideal es cuenta ajena en editoriales especializadas; aunque Odilo, Overdrive y otras plataformas comienzan tímidamente a introducir libros en bibliotecas, por cuenta propia todavía existen muchísimas limitaciones para destacar a nivel institucional y ser reconocido a ese y otros niveles. Esto también es un hecho.
Por tanto, se debe valorar cuál es el camino que queremos seguir y, una vez lo tengamos claro, enfocarnos en el modo más apropiado para lograrlo. Ya me dirás qué opinas (aunque espero que sea de utilidad o, al menos, conduzca a reflexión).
Hola. Creo que tienes razón, @villarpinto. Supongo que hallar o identificar el público adecuado es un desafío. Y de estrategias, en mi caso… ¡Un desastre! Hace apenas diez días que escribo en páginas de internet.
(Enseguida voy a leer la entrada que señalas. La miré por encima y vi que hay muchas publicaciones, de gente experimentada. Promete).
Sé que el reconocimiento académico en ocasiones no coincide con el éxito. Y también sé que los premios a veces esquivan a personajes que el mundo tuvo en mente como ganadores. Pienso de nuevo en Borges, o en Kafka; hay tantos. Ellos hubiesen podido acceder al premio, según expertos, pero también se dice que detrás de ciertos laureles hay intereses políticos. Entiendo que en casos concretos así podrían explicarse los desaires. No estoy empapado en el tema. De todas formas, numerosos escritores de brillo se quedaron sin aquella distinción. ¿Habrá sido relevante para ellos? A Borges se lo preguntaban siempre. No sé cuántos de los ignorados escribían, asimismo, para gustar a la crítica o ajustarse a parámetros o cánones. Hablamos de individuos que, en ocasiones, trazaron su propio camino y no tenían que rendir cuentas.
En cuanto al destino de los mortales (este que habla), es tan difícil arrancar y dar impulso a la carrera que simplemente queda reconocer el mérito de aquellos que autopublican y triunfan. Chapeau! En esta comunidad hay varios ejemplos y los recién iniciados intentamos aprender las técnicas adecuadas sin vender el alma en el proceso. Ni siquiera regalando libros es fácil que a uno lo lean. Qué tristeza.
Esta entrada sigue creciendo… ¿Será un problema que nos hayamos desviado del tema principal, o podremos seguir escribiendo hasta que aparezca un miembro de Ebrolis a decirnos: “¡Basta, muchachos, por favor!”?
Saludos, Villar. Siempre interesantes tus aportes.
No creo que ocurra, ja, ja, ja. De hecho, pienso que estamos yendo a la raíz del asunto después de andar por las ramas. A ver, el mundo literario no es distinto a cualquier otro sector; es más, no difiere tampoco de la comunicación a nivel personal. Decía muy bien @Fernando_Trujillo algo así como que, a toro pasado, cualquiera acierta. Es verdad.
Lo cierto es que, muchas veces, quien diga o escriba algo será evaluado no tanto por su mensaje o su calidad, sino por su renombre o estatus. Nos guste o no, esto es así incluso en las conversaciones más triviales; qué no pasará entonces cuando hay prestigio o cuestiones económicas por medio. Hay casos fragantes que seguro conocemos, de autores famosos que publican luego bajo seudónimo y solo cuando se sabe que son ellos, se les ensalza de manera notoria a la par que aumentan las ventas. La marca personal hace mucho también.
En fin, labrarse un nombre es durísimo en cualquier ámbito, más si no se cuenta con respaldos importantes; y esto también es de suma importancia: nos guste o no, el mérito es más sufrido cuando no hay contactos de peso que lo avalen y cuesta más ser reconocido. Es una de las principales razones por las que algunos autores tardan más tiempo en ser encumbrados.
No obstante, los tiempos han cambiado y, desde mi punto de vista, para bien. Hoy día, las plataformas por cuenta propia han propiciado una mayor libertad de expresión y pensamiento, al tiempo que facilitan la profesionalización del escritor al no depender de tantos intermediarios. Y mi previsión es que esto no irá sino en aumento de aquí a la próxima década.
Ahora bien, como comentaba antes, esto no quiere decir que las editoriales vayan a dejar de existir porque también tienen su cometido y su razón de ser. Del mismo modo sucede con las agencias literarias; lo ideal es que un autor se pueda dedicar a escribir y sean otros quienes se encarguen de la mayor parte de los aspectos promocionales y acuerdos comerciales. A ciertos niveles, es incompatible hacer ambas cosas sin que resienta una de ellas por falta de tiempo. Hablamos ya de comercio internacional, traducciones, mercadotecnia, adaptaciones, etc.
Bueno, que me he puesto a escribir y… típico tocho de los míos, ja, ja, ja. Resumiendo: pensemos a qué público vamos a dirigirnos y, una vez lo tengamos claro, hay que averiguar cuál es el modo más eficaz de llegar a él. No hay un camino único para todos, sino uno en concreto para cada uno.
¡Un placer de conversación! ¡Gran hilo, chavales!
Nos quedaremos con esta máxima. Puede que nos depare algún éxito. Queda mucho por aprender de la parte que toca como emprendedores.
¡Saludos!
@marcima ¡¡que tema has planteado!! …Pues pienso que la calidad literaria importa tanto para quien escribe como para quien lee y para lograrla, no sé si bastará con dos o cuatro meses para tener un libro terminado. Dependerá también del tema, su contenido, la investigación que requiera, la perfección o pulcritud que el autor desee darle…al final, creo que es cuestión de exigencia personal también: cuán detallista quiero ser con mi libro, qué tan profundo es el tema o qué tan extenso quiero que sea. En realidad pueden ser 50 exquisitas páginas o 600 intranscendentales o aburridas. Es tan relativo como amplio es el espectro de lectores. Creo que lo más importante es la dedicación que el autor ponga en su obra y lo cuidadoso que sea con ella, pues temas y formas de tratarlos hay múltiples, como múltiples tipos de lectores hay para cada uno.
Un abrazo