Corrección del manuscrito o seguimiento de la obra

Hola, quería saber si lo que publican en Amazon hicieron talleres literarios o antes de subirla la enviaron a un especialista en corrección de libros o seguimiento de obras.

Muchas gracias

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¡Buenas noches, @Leoalejandro!

Lo cierto es que una cuestión tan necesaria como complicada; no existe como tal una enseñanza reglada específica y amplia equiparable a otras ramas del arte, como son los conservatorios para los músicos o Bellas Artes para los artistas plásticos. Por tanto, la dificultad es doble, primero por la incomprensión generalizada del medio y segundo por el acceso a una educación que puede resultar incompleta e insuficiente ante el alto nivel requerido, cuando no inaccesible ―en coste y tiempo― e incluso contraproducente. Las vías serían las siguientes:

Investigación en internet. Existen multitud de sitios web que tratan temas de corrección. Sí, esto constituye un acceso gratuito a la información, pero el principal problema es que hay de todo, en lo positivo y en lo negativo, y la realidad es que un escritor sin formación no va a ser capaz de discernir una fuente fiable de otra que no lo es. En este sentido, son útiles comentarios acerca de experiencias; pero para formarse por cuenta propia y sin apenas coste solo es recomendable hacerlo a través de recursos provenientes de la máxima autoridad, que en este caso es la RAE (Real Academia Española).

Autodidacta. Las principales ventajas son: un coste económico mínimo (compra del Diccionario panhispánico de dudas y la Ortografía de la RAE; la versión de consulta online no es tan completa, por lo que no es aconsejable su uso para aprendizaje); la lectura y estudio de ambos, garantiza la adquisición de los conocimientos necesarios para estar en la categoría A tanto a nivel ortotipográfico como estilístico ―en sus aspectos más formales: gramática y semántica―; y además, pese al hándicap de no poseer titulación, puede abrir las puertas a empleos dentro del sector como lector, corrector, editor y cargos relacionados. Desventajas: el amplio tiempo de estudio requerido, aparte de que, a veces, las recomendaciones de la RAE y el uso real en literatura difieren, y hay que contrastar cada caso con obras publicadas recordando que no se es académico sino escritor, por lo que lo recomendable es priorizar el uso literario; y, si no existe intención más que de publicar una sola obra, seguramente se habrán adquirido muchos conocimientos que no se van a usar, con lo que se habrá hecho un sobresfuerzo innecesario.

Cursos y másteres. A veces, ciertas entidades ―como pueden ser las propias editoriales o las universidades―, ofrecen cursos de formación para trabajos específicos, entre ellos el de corrector, contando de ese modo con una titulación en el supuesto de que, más adelante, se decidiera optar a este empleo. No obstante, por regla general, habrá que desplazarse a las ciudades donde se ofertan, además de pagar por la inscripción.

Contratación de un corrector profesional. En lo positivo, como escritor, se hace lo que acostumbra ser más divertido ―crear―, y se delega en otro la tarea que suele ser más pesada y rutinaria ―la revisión y corrección―; se ahorra tiempo propio, ya que no hay que corregir ni formarse; y la obra, en teoría, estará bien escrita. Sin embargo, hay otros factores a contemplar: el coste económico, mayor cuanto menor sea la preparación como escritor; la tarea de un corrector es corregir, no impartir formación, con lo que si en el futuro se quisiera publicar otra obra, se seguiría necesitando sus servicios; pueden surgir numerosos desacuerdos por las correcciones realizadas, con lo que existe el riesgo de quedar descontento con la labor del corrector; y, por otra parte, si los conocimientos son escasos, lo cierto es que no se podrá verificar que haya realizado su trabajo de manera adecuada. De todos modos, para minimizar este último riesgo, existen agrupaciones de profesionales con las que contactar para realizar un encargo, por ejemplo, ASETRAD (Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes).

Talleres literarios. La gran mayoría de los talleres literarios están enfocados más al aspecto creativo que a la enseñanza formal de la literatura: la ortotipografía y el estilo. Es de suponer que, las razones de hacerlo así por quienes los imparten, están relacionadas con la rentabilidad, con el número de alumnos potenciales interesados en una cuestión u otra. No obstante, sin preparación en los aspectos formales, las posibilidades de lograr una edición por cuenta ajena son escasas. Quien desconoce esto, comparará publicar un libro con ganar la lotería, y en estas condiciones, estará en lo cierto.

Carreras universitarias. Cabría presumir que licenciados en Filología o Periodismo estén directamente en la categoría A; sin embargo, no suele ser así. En general, el nivel en estilo y ortografía suele ser alto, pero en tipografía puede decaer mucho, y es que la enseñanza reglada académica no suele ahondar con profundidad suficiente en este aspecto. Así que, no hay que confiarse. Si no se es capaz de lograr que el manuscrito presente la misma tipografía que un libro publicado, es que aún faltan conocimientos por aprender, y esos «detalles» pueden restar oportunidades de conseguir mejores contratos para las obras.

Agencias literarias. Si publicar por cuenta ajena puede resultar difícil, el que agentes se interesen por una obra o un autor lo es más todavía. Sin embargo, se puede dar este caso incluso exigiendo el texto un gran trabajo de corrección. Aun así, salvo excepciones, es bastante generalizado que los agentes pidan una cuantía económica para proceder al análisis pormenorizado del manuscrito sin garantizar su representación posterior ante editoriales.

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Gracias por la información.

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Un mensaje ha sido separado a un nuevo tema: Duda sobre gramática

Yo suelo corregirme yo mismo. Cuando me han publicado algo y me han corregido otros, suelo acabar discutiendo con ellos, sobre todo cuando se empeñan en cambiar cosas que no sean de gramática, ortografía o sintaxis.
En todo caso, es un lujo poder contar con una corrección externa, ya que otros ojos ven cosas evidentes que tú pasas por alto al tener la obra demasiado metida en la cabeza, de modo que hay veces que lees más con la mente que con los ojos.

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Sin duda; hay errores que jamás pensé que cometería y no tiene otra explicación que no sea que, al revisar (tres veces, al menos), leí lo que pensaba que ponía y no lo que ponía.

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A mí me pasa igual. Soy especialmente despistado o, pensando en positivo, tengo una gran capacidad de abstracción… :sweat_smile:

El otro día, entregué mi primer ejercicio de corrección en el que tenía buscar faltas de acentuación… ¡Fue terrible! Me dejé un montón y no por desconocimiento, sino porque simplemente no las vi.

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Rescato este tema para hacer algunas preguntas. No sé si os pasa, pero nunca termino de estar contento con mis correctores. Puede que sea algo perfeccionista o puede que haya tenido mala suerte, no lo sé. La cuestión es que sé que en el mundo anglosajón es habitual una segunda revisión del texto corregido por una tercera parte. Yo reviso las correcciones, por supuesto, pero seguro que se me escapan cosas y, además, es un proceso lento y arduo que preferiría ahorrarme. Y, como dice @villarpinto , muchas cosas se me pueden pasar por no tener los conocimientos suficientes. Además, me gustaría que esta segunda revisión se hiciera sobre los textos maquetados, tanto para edición en papel como para la digital, para aprovechar y que se revise esta. ¿Alguien ha hecho algo así con sus textos? ¿Al final es contratar un segundo corrector? ¿Alguna recomendación?
¡Gracias!

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Efectivamente, @Fede. Hace tiempo, por cuenta ajena, era común que el manuscrito de autores bestsellers o consagrados pasara por dos o tres correctores distintos, bien enfocados exclusivamente a ortotipografía y estilo o bien especializados en otras cuestiones (por ejemplo, verosimilitud contextual o histórica).

En el sector de corrección existe un dicho tan extendido como cierto: «No hay libro sin su errata». Por eso, con presupuesto para ello, se procura que sean varios quienes corrijan el texto. En Asetrad, se encuentran buenos profesionales.

Por cierto, ¡felicidades por lo bien que está yendo la última entrega del Albatros (La venganza de Alhucemas: El ataque que llevamos décadas temiendo)! ¡Ojalá ganes el Premio de Amazon este año! :wink:

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¡Muchísimas gracias! Por esto y por la respuesta.

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¿Le pasa a alguien más que las normas RAE 2015 se le atragantan? Busqué poner la palabra truhán adrede a modo de protesta :joy:

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¿Que opinais sobre los correctores en línea?, tipo Lorca editor y demás.
¿Son fiables?
¿hay riesgo de plagio por parte de ellos?
Gracias

No sabía ni que existía Lorca Editor — El corrector más completo. Escribe mejor. Ahora me quedo con ganas de que alguien que lo haya usado nos ilumine.

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He realizado este ecrito con erratas, formas e conjugación erróneas y me corrige de esta forma

Curioso, tambien te hace recomendaciones.

Tambien te hace recomendaciones de estilo y errores gramaticales

Parece una aplicación en línea de utilidad, pero tengo dudas.
¿Qué pasa con los textos una vez corregidos?
¿se quedan en una base de datos?
¿Los pueden usar?
Si alguien lo conoce y nos puede aclarar algún concepto, le agradecedería que nos lo dijese.

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