¡Hola de nuevo! Me sorprende la participación que tiene este hilo. Se han dado opiniones muy buenas.
Yo también abandono la lectura de ciertos libros, como dice Cayetano, y lo hago sin mayor pesar, al margen de que sean libros de éxito (o clásicos). No hay que avergonzarse. Borges decía que uno como lector debe experimentar placer en el ejercicio. Yo intento eso con mis lecturas. Si un libro no me gusta, pues lo abandono sin más (luego de haberle dado una chance, naturalmente). Ahora bien, 250 páginas es más que suficiente para algo que no gusta, Cayetano . Qué paciencia. Creo que uno de los últimos libros que abandoné fue El psicoanalista de John Katzenbach. No me entró por ningún lado. Evidentemente no supe apreciar su estilo narrativo, ni tampoco la acción o la emoción que había sido anunciada. Tiene muchísima fama y llegué a él pensando que me gustaría. (Siempre ando detrás de novelas psicológicas). O tal vez lo agarré en mal momento. No sé.
En fin, la lógica comercial que rige en la actualidad me supera. Francamente lo pienso, y no lo digo por la novela que cité anteriormente. Ya sé: soy extraño y anticuado. Ahora estoy leyendo Hermann Hesse… ¿Triunfaría alguien así en la actualidad? ¿Un lobo estepario vendería? Me gusta pensar en estas tonterías. Nunca llego a ningún lado…
¡Saludos, colegas!
Es que creaste un gran hilo, @marcima, ja, ja, ja. Me da a mí que va a ser de los más largos del foro, ya verás. Es un tema que da lugar a mucho debate dependiendo de la visión que tenga cada uno, desde el que piensa que solo es bueno lo suyo hasta el que es un genio, comprendido y valorado o no. Y, entre estos extremos, hay un amplio espectro de posibilidades.
Por cierto, Hesse es un escritor que me gustó mucho cuando tenía veinticinco años. Para mí, la mejor, Siddhartha.
¡Grande, Villar! Siempre aportando. ¡Gracias, amigo!
Me debo Siddhartha, pero sé que algún día cumpliré. Tengo tantas lecturas pendientes…
A veces paso meses enteros con un escritor o estilo particular. Me pasó con Hemingway, también con Steinbeck, después con Dickens. Digo que voy a leer un solo libro y pasar a otra cosa y me encuentro, después de meses, con una tercera o una cuarta novela. Leo con mucha tranquilidad… Mucha. Y en ocasiones, para hacer todo aún más lento, vuelvo a los clásicos.
En fin, siempre tratando de disfrutar con la lectura y, además, tratando de analizar, estudiar y aprender.
¿Cuánto más crecerá el hilo? Buenísimo seguir descubriendo opiniones y pareceres.
¡Un saludo, gente!
Grandes esperanzas de Dickens es buenísima; quizá no sea la más emblemática de él para el mundo, pero para mí, sí. A Hemingway también lo leí en la misma época de Hesse. Guardo muy buen recuerdo de otros títulos de aquella etapa como El arte de la prudencia de Baltasar Gracián, Sinuhé, el egipcio de Mika Waltari, Martin Eden de Jack London y tantos otros. Quizá fue la época en la que más leí en mi vida, entre los veinticinco y los treinta, aparte de en la infancia. Devoraba libros cual tiburón blanco de caza, ja, ja, ja.
Por supuesto, la calidad literaria es importante.
así, como la correcta ortografía.
luego revisar y revisar, hasta que todo este correcto.
Saludos
Buenas tardes, Marcelo y compañía, acabo de leerme todo el hilo. Eso es lo que tienen ser novata en estas lides. jajaja. Que se entra con mucha ilusión, luego…pues todo con más tranquilidad.
Aunque decís que el hilo ya quedaba largo, me gustaría aportar mi opinión. Tal vez desde la ignorancia o desde la inocencia de aquella que nunca ha publicado nada pero lleva años preparando su primer libro.
¿Calidad literaria?
Posiblemente para publicar, exista pautas que exijan, encuadren, limiten y contraigan las palabras que tu mente cree. Bien es cierto, para aquellos que quieran tener rentabilidad con ello pues deberán atenerse a las mismas.
Pero si yo tuviese que definir la calidad literaria de un libro, sin pensar en publicaciones, correcciones, maquetaciones… y miles de …ones que pueden surgir para posicionarlo en el mercado, nunca la definiría desde esos parámetros.
Para mí, la calidad literaria viene respaldada por la historia, aquella que la mente crea. Aquella, en la que me sumerjo y vivo la vida de los personajes. Me la creo, la siento y la sigo recordando y sintiendo como que todavía existe, aunque luego cierre las tapas y lo coloque en un estante.
Si me lleva a pensar que los personajes viven mientras los leo, que ellos sufren y yo con ellos. Si me trasladan a sus hogares, a sus aventuras y me lo creo. Entonces sí que siento que ese libro tiene calidad.
Todo lo demás, pues serán requisitos que se han establecido tanto socialmente como culturalmente, y que pueda que con el paso del tiempo, cambien o simplemente muchos de ellos desaparezcan.
Por lo tanto a tu pregunta, de si importa la calidad literaria, es un sí rotundo, pero siempre que sea entendida como la capacidad de crear mundos donde el lector pueda sumergirse sintiéndolos como suyos.
Hola. Gracias por tu opinión, Eva. El hilo es tan extenso que ya perdí el hilo.
Me limito, pues, a saludar tu intervención. Se recogen muchas y variadas opiniones. Hay quien atribuye valor a cuestiones subjetivas, y otros se apegan a valores no tan subjetivos (valores que pueden sopesarse). En algo estaremos de acuerdo la mayoría: pocas obras mal escritas, o de valor cuestionable, han pasado a la historia y se citan como ejemplos de buena literatura. Eso parece un indicio, aunque no se juzgue necesariamente categórico.
En fin, qué bueno escuchar nuevas opiniones. Te saludo atentamente, Eva. ¿Y para cuándo esa publicación que lleva años de trabajo?
Hola Marcelo, yo es que me estoy poniendo al día, jajaja, perdona por volverte a traer al hilo. Claro que sí, que la calidad en la escritura es fundamental. Pilar básico de la buena literatura, pero yo lo veo como, cuando se aprecia la calidad de un árbol , por ejemplo.
Si paseamos por un botánico podemos apreciar verdaderas obras de arte; donde el jardinero experto, preparado y experimentado se ha esmerado durante años, podando, perfilando, mimando hasta obtener esos ejemplares que parecen pintados, por la perfección de sus hechuras. Nadie cuestiona ni el trabajo, ni el resultado, pues finalmente el árbol es perfecto. Pero luego me voy al bosque, por caminos embarrados y casi cerrados, y de repente te ves otro árbol de la misma especie, que ha crecido libre, sin restricciones, sin condicionamientos y ves en él también la hermosa creación de la naturaleza, que ha dejado suelta a su criatura y ha crecido único e imponente.
Si ahí te preguntaran, ¿cuál tiene mas calidad como árbol? ¿que dirías? Yo personalmente no sabría responder, porque los dos me han llegado al alma y me parecen únicos e irrepetibles. Pues así me siento cuando leo un libro. Realmente muchas veces ni me planteo quien lo escribe, no busco su trayectoria, ni sus anteriores publicaciones(decir esto entre escritores sé que es suicida jajaja), lo escojo porque me ha atraído su contenido, sin saber nada de su creador. Después, simplemente me dejo llevar por sus palabras y si consiguen transportarme al interior de sus páginas ya no miro nada más. Luego sí, si me gusta, busco lo que ha escrito con anterioridad y me sumerjo en su creación. Tampoco sé si esa es la manera correcta para valorar una obra literaria, pero es la que a mi me lleva a disfrutar de lo que otros han creado y con eso me vale.
En relación a mi criatura, jajaja, pues espero que lo que es la fase amarilla, la que Miguel me ha indicado que cuide con esmero— explosiva, creadora y motivadora—se terminará tal vez en un par de meses o más, depende de lo que se me vaya ocurriendo, porque el niño me crece solo, me pongo a escribir y mis personajes me exigen más diálogo y participación, les pasa como a las estrellas de cine, una vez que se hacen visibles, quieren los focos sobre ellos siempre jajajaja. Lo que iba a ser un primer libro, casi cuento, creo que ha crecido hasta convertirse en un a saga para tres o cuatro volúmenes. No lo sé todavía. Pero sé que después vendrá corregir, revisar y sentir que todo el hilo narrativo tiene coherencia, en el tiempo, en los personajes y en el resultado final. Y eso sí que no tengo ni idea cuando me llevara.
Una vez terminada esa fase, si que os daré la lata para preguntaros. No sé como se maqueta, ni como se diseña una portada, ni cómo se presenta a Amazon, vamos… nada. jajaja. Yo empecé a escribir un cuento de fantasía para mi hija y cuando le dije las páginas que llevaba, la pobre me miró de aquella manera…, no sé yo si al final va a querer leerlo jajajaja, para ella era, a ver…
Por eso, no te preocupes; existen muy buenos tutoriales en internet y, una vez sepas cómo subirlo a Amazon, ya sabrás hacerlo también a otras plataformas: los datos suelen ser los mismos y los procesos muy similares. Lo más difícil y arduo de todo es elaborar el producto y promocionarlo. Comercializarlo es lo más fácil.
De todas formas, te dejo aquí varios hilos del foro relacionados con la cubierta (portada):
Con la comercialización:
Y, este último, puede ser especialmente interesante para poner el primer volumen de la saga gratuito por tiempo ilimitado (en la actualidad, no siempre funciona porque decide Amazon si igualar precio o no, pero es la única manera):
Gracias Miguel, eres estupendo.
Ya iré estudiando todo poco a poco, ahora aún sigo en mi fase amarilla jajaja.
Creo que se va a alargar más que el telar de Penélope, ella lo deshacía, pero yo no. Yo escribo, y escribo… y cuando termino un capítulo ya se me están ocurriendo más jajaja.
Pero bueno ya veo el final, ahora tengo que decidir si salto en el tiempo o le dedico un capitulo a los fenicios, y a los vikingos, y a los romanos… si paso de la Edad media o me pongo a viajar con las pobres brujas quemadas en la hoguera… jajajaja.
Pero luego prometido que me pongo con el panhispánico. Y el resto de las cuestiones pendientes de aprender.
¿Que tal con el segundo? ¿Viento en popa y a toda vela?
Feliz martes.
¡Un maestro, Villar! Buena compilación de temas. Esta respuesta es de utilidad para muchas personas. Se agradece la dedicación.
Y sigue ahí hasta que concluya; mejor ir paso a paso para evitar bloqueos, ya sabes.
Estoy «descansando» (entre comillas porque, en realidad, estoy apuntalando los siguientes). En breve me pondré a escribir el segundo, a ver si consigo sacarlo antes de fin de año.
Quien aprende, es maestro y aprendiz al mismo tiempo, imprescindible para seguir creciendo.
Creo que los filtros que se establecen en la autoedición son diferentes a los de las editoriales y eso es positivo ya que el criterio economicista que éstas aplican en muchos casos se diluyen en autopublicación. Cierto es, que las facilidades de publicación hacen proliferar la aparición de obras de dudosa calidad tanto literaria como formal, porque da la sensación que todo vale. En mi caso, antes de publicar unha obra tengo muy presente que el lector se merece mucho respeto, y aunque publico lo que a mí me gustaría leer, cuido la calidad literaria y la formal. Desde una maquetación cuidada a una portada original, hasta una revisión exhaustiva de la ortografía, de la trama o el poema, dependiendo del género. No todo vale. El público se merece que les aporte un valor añadido con mi propuesta y eso busco. Lo gratificante es que non soy rara avis en el mundo de la autoedición y que ésta da la posibilidad a proyectos que no tienen cabida en las editoriales y que merrcen mucho la pena.
Tres acordes para una antigua melodía Tres acordes para una antigua melodía : Mosteiro García, Manuel Antón: Amazon.es: Libros
Ortografía, gramática, sintaxis, semántica, adecuación, coherencia, cohesión. Son los ingredientes literarios con los que se construye un libro. Nunca sabrá lo mismo una comida realizada con ingredientes de primera calidad, que otra hecha con materias primas en mal estado, es más, un buen chef se negaría a cocinar con esos productos. Pues, en la literatura pasa lo mismo, sin buenos ingredientes no es posible cocinar un buen libro. Es mi opinión, cuestionable por supuesto.
Cordiales saludos.
¡Hola!
Sí, me ha pasado lo mismo. Encontré muchos escritores muy jóvenes, con una cantidad de libros escritos que impresionaba, pero cuando los leía… se notaba que les faltaba trabajo, madurez…, como si se hubieran apurado por terminarlos para pasar al siguiente, y descuidaran muchos detalles.
En cuanto a lo que comentás, del escritor exitoso, que salía en los programas pero su libro no estaba a la altura… también me ha pasado. Y fue una de las razones de que volviera a la lectura de los clásicos, hace unos años: me cansé de tanta (buena) propaganda, de sinopsis muy bien escritas, que atrapaban, de comentarios que aplaudían al autor y alentaban la lectura, y cuando conseguía el libro y lo empezaba a leer… ¡era una decepción total! Eso no quiere decir que dejé de leer contemporáneos: simplemente, cuando veo que mencionan un libro y / o autor, busco más información, veo si puedo leer algunas páginas y recién después decido si lo compro, si me engancha… Ya no me fío de sinopsis ni de comentarios ciegamente.
Yo escribo novelas, empecé de muy chica, y justamente por eso terminé publicando la primera, veinte años después de haberla escrito. Por supuesto, en ese tiempo escribí otras y esa primera novela pasó por tres grandes correcciones. Ahora estoy corrigiendo otra, que para completar su escritura también me llevó muchos años, en parte porque escribir no es lo único que hago (siempre digo esto en tono de broma, pero es cierto) y en parte porque tuve que madurar y hacer un trabajo interior fuerte para estar a la altura de lo que la historia exigía, sino la hubiera arruinado; tuve la suerte de darme cuenta de eso (gracias a mi experiencia con las novelas anteriores) y tuve también la oportunidad de poder madurar para estar a la altura de lo que ésta exigía. Entre 2010 y 2011 escribí las dos primeras partes, y las tres restantes, entre 2015 y 2021. La corrección es todo un capítulo aparte; bien sabrán de eso. Así que años de corrección también, hasta que queda aceptable, y después pasa a manos de un corrector… Es muchísimo tiempo, voy a cumplir 49 años y solo tengo tres novelas publicadas (aunque escribí muchas más, algunos destruí, otras tengo que reescribir…)
Leí en un libro que enseña como ser un escritor comercial que por lo menos, hay que sacar dos novelas por año, para tener un buen stock y poder vivir de las ventas. Bueno, se ve que nunca voy a ser escritora comercial; la novela que menos tiempo me llevó fueron tres años de escritura más dos de corrección… Pero los que sí logran ese ritmo vertiginoso, tienen un público que los lee, ¿o no? Porque sino no tendría sentido lo que hacen. Y otra cosa que pienso es que muchos aprovechan los temas de moda, pero (dos cosas): no todos los que escriben sobre vampiros (o lo que fuera) triunfan, y ¿qué pasa cuando el tema pasa de moda? ¿Qué pasa con esos libros entonces?
¡Es un tema que me interesa mucho y fue un placer compartir mis impresiones con ustedes!
@Marina_Nill Concuerdo en todo contigo. En muchos casos las historias tienen que madurar y quienes las escriben, también.
¡Hola!
Creo que más que la calidad literaria, importa que la novela guste al público.
Pero tampoco puede estar desprolija y llena de faltas.
Alguien dijo:
"Algunos escriben para la crítica y otros para el público.
La pregunta del título debería ser meramente retórica. La calidad literaria es casi todo el trabajo del escritor.
Leo, con una mezcla de asombro y tristeza, que “lo importante es que el lector se entretenga”
¿De veras?
La literatura es inmersiva: el lector debe creer en lo que está leyendo, preocuparse por lo que le sucede a los personajes; y esto por el suave empujón que le da el autor para que la experiencia cristalice.
Esta magia (si se me permite el término), se rompe ante faltas de ortografía y mala sintaxis. Cada vez que el ojo tropieza con estos baches, la conexión se rompe, y el lector recuerda que está leyendo.
Lo anterior por no mencionar personajes planos, diálogos mal construidos, y argumentos propios de un niño de ocho años.
Sin calidad literaria no hay literatura, apenas palabras amontonadas.
Saludos cordiales,
Marcelo
Revivo el hilo porque, hace poco, he visto un vídeo muy interesante que toca este tema y lo explica muy bien:
Todo depende de lo que queramos conseguir como escritores: no es lo mismo escribir para ser reconocido por la crítica o ganar premios (por ejemplo, como meta final el Nobel de Literatura) que para el público generalista.
Los primeros (perfil académico) utilizarán un lenguaje culto, oraciones compuestas, figuras retóricas frecuentes y muchos otros elementos de enriquecimiento (llegando incluso a la prosa poética) porque, en este caso, lo más importante es cómo se cuenta la historia.
Los segundos (perfil comercial), en cambio, harán mayor hincapié en llegar al público generalista, cuya mayor demanda es el entretenimiento y, por tanto, valoran más qué cuenta la historia, la trama. Este sería el camino para convertirse en superventas.
Rara vez ―aunque excepciones siempre hay―, se consiguen ambas cosas porque, lo que a un lector académico le puede parecer una obra maestra, a uno comercial le puede resultar tediosa. Son públicos muy diferentes.
Para nuestras creaciones literarias, hablo de novelas, cuentos, poemas, relatos, en fin, siempre debe de prevalecer la calidad, aún por encima de pensar en una remuneración económica.
Cuando se escribe en la literatura popular, (Diarios, revistas, editoriales, etc., se piensa en la cantidad. El lector de buena literatura es de una cultura media alta a alta por lo general, y la literatura popular la consumen las clases de bajos recursos económicos y de no buena cultura.
Un Universitario y preparatoriano, por ejemplo, podrá leer una buena novela, pero el albañil o la sirvienta, por citar dos ejemplos, leerán revistas de amor, o Condorito, de vaqueros, o cualquier pasquín del kiosco.