Puede ser que sea casualidad, pero en alguna ocasión he seguido el rastro del comprador de alguno de mis libros (un rastro fácil de hacer en mi caso porque mis ventas son pobres) y siempre he llegado a la conclusión que los suelen comprar personas que no interactúan apenas conmigo en ninguna red social; en cambio, quien interactúa mucho, no suele comprar nunca. De aquí excluyo a lectores fieles que aún interactuando mucho siempre adquieren tus libros. ¿Es esa vuestra experiencia o es al contrario?
A mí no me han dado muy buen resultado para vender ebooks (sí, creo, para convocar gente para las presentaciones de mis libros que hago en la Patagonia). Te dejo un enlace relacionado, donde otros autores también cuentan sus experiencias con las redes:
Comparto la opinión de @Cristian. Algo hace estar en ellas, pero si no renta, tampoco vale la pena invertir mucho tiempo, sino se convierten en un lastre más que en una herramienta. Aunque eso no quiere decir que no existan ejemplos en el sentido contrario, que también los hay. Cuestión de probar e ir viendo lo que le funciona o no a cada uno.
Creo que las redes, como casi todo en la vida es cuestión de constancia y paciencia. A fuerza de vernos en ellas como algo normal, la gente acaba dándose cuenta de que escribimos libros, que pueden comprarlos, incluso leerlos. Llevo años escribiendo, dedicándome a lo mismo y aún hay gente que le sorprende si ve que anuncio un nuevo libro.
Es una manera de estar en contacto con nuestros lectores presentes y futuros.
Además de que es la manera de publicitar nuestros libros y “sugerir” su compra.
Besos!!
Es necesario dedicar mucho tiempo, subir contenido continuamente hasta crear un grupo afín a ti. No es sencillo, la verdad. Al menos yo no sé cómo hacerlo.
Cierto, es similar a entrar en un bar y vocear a amigos y desconocidos que vendes tu libro. Hay otras formas. En mi opinión el boca a oreja, método ancestral donde los haya, sigue siendo el más efectivo. Yo que vendo muy poco, cuando más lo hago es cuando lo aconsejan otros.
Totalmente de acuerdo, incluso puede convertirse en una obsesión o adquirir la inefable fama de pesado. Por supuesto, hay formas sutiles. Y, como bien comentas, abandonar cuando se convierte en un lastre.
Sí, pero con cautela y sensatez. La gente, incluso la más conocida, lleva mal que solo hables de tus libros. Saludos.
Es muy difícil y aunque se sepa hacer no es una ciencia exacta. Hay gente que vende mucho y apenas pisa las redes. Siempre es mejor que aconsejen otros tus libros que nosotros mismos.
Conozco a un autor (se dice el pecado, pero no el pecador) que fue de los primeros en despuntar en redes sociales. Se pasaba medio día allí y, desde fuera, parecía que tenía un gran éxito: miles de seguidores, igual cantidad de «me gusta» y comentarios en cada publicación. Estuvo así unos cuantos años hasta que, al final, un día puso un mensaje que venía a decir que lo dejaba porque apenas vendía libros por allí y era mucho trabajo. No es lo mismo tener seguidores (más interesados en la vida del escritor) que lectores. Esta distinción es importante.
Totalmente de acuerdo. En mi cuenta de twitter, asociada a mi página, cada semana tengo más seguidores —tampoco nada extraordinario— y, sin embargo, eso no se traduce ni en visitas ni, por supuesto, ventas.
Es algo que hay que hacer, por tener presencia, pero el esfuerzo frente al beneficio no termina de compensar.
Es cuestión de ir viendo conversiones para dedicar más o menos tiempo. Si cunde, por supuesto, a saco. Sino, pues lo mínimo.
Comparto tu opinión @TeresaH . No es nada fácil, y requiere mucha constancia y tiempo. Encontrar un grupo afín y duradero es una ardua tarea, pero no nos queda otra a los escritores independientes y autopublicados que como yo, somos poco conocidos. Tenemos que esforzarnos por tener visibilidad si queremos que conozcan nuestras historias.
Un caso muy gráfico que puede ser más común de lo que pensamos. La mayoría de la gente entra en las redes por la misma razón que se acude a un bar: a echar un rato. Ahora bien, hay un Facebook de contenidos nada despreciable. Yo, por ejemplo, he dejado de actualizar el muro general y me he centrado en mi Page fans, con menos interacción pero de más calidad (solo ve contenidos quien quiere seguir la página). Estoy seguro que no me a servir para vender más libros pero puedo subir los contenidos que prefiero y, sobre todo, divulgo mi blog de vez en cuando, que nuestra verdadera casa literaria.
Esa es la base, aunque también estás a expensas de los algoritmos de los buscadores. Hace muchos años, cuando apenas había dejado de ser novel, el mío era muy visitado por un excelente posicionamiento en palabras clave y larga cola (long tail), y eso me trajo miles de lectores; pero a menos que estés muy encima y al día en esto ―cambia de manera constante―, al final lo fundamental son los suscriptores por correo electrónico y lanzar novedades con cierta frecuencia. De todas formas, yo creo que la cuestión es diversificar, porque cuando se depende de un solo factor, si falla, te hundes.
Creo que se ha puesto mucho énfasis en las redes sociales sin preguntarse el por qué. Me explico, conozco casos de autores que venden muchos libros y no tienen ni una triste página web y otros que siguen todos los consejos del marketing online de turno y no venden nada (también conozco gente que vende muy muy bien con redes sociales, web, etc…).
Lo que vengo a decir es que cada uno tenemos un tipo de lector y puede que ese lector no esté en las redes sociales o no esté en la misma red que nosotros. Creo que hay dos cuestiones que hay que plantearse con esto:
- ¿Dónde están mis lectores realmente?
- ¿Me gusta comunicarme en Internet? Y si es así, ¿dónde?
Si resulta que tus lectores simplemente van a amazon y echan un vistazo al ránking de una categoría, ya puedes gritar en redes sociales que te va a dar igual lo popular que seas (por poner un ejemplo cualquiera).
Pero el hecho de que tus lectores estén en redes sociales no quiere decir que los persigas en todas (es que veo a algunos intentarlo). Hay gente que se le da muy bien Instagram, que se le nota que le cae gordo el Twitter. Pues deja el Twitter y sé feliz en Instagram
Es mi opinión pero, vamos, cada uno es un mundo. A mí me va bien tener la web, las redes sociales las tengo para divertirme…
Yo creo que mis lectores están todos escondidos, para que no los vea…
Me pasa más o menos igual. Hasta me sorprende que a veces descarguen alguno de mis libros o lean páginas KDP. Cuando compruebo que a menos esfuerzo hago más se vende un libro y que lo suele comprar gente muy alejada de las redes, pues sencillamente no hago esfuerzo!
Me parece un tema bien interesante, supongo que porque me toca de cerca (soy community manager y gestiono estrategias de marketing online para empresas y profesionales).
Lo primero es que suscribo al 100% el comentario que ha hecho Jose_Antonio_F.V: entrar en redes y ponerse a vender es un poco como irrumpir en un bar con un megáfono. La sensación que esto genera en los usuarios de cualquier red social es negativa, de rechazo. Es muy similar a cuando recibes spam o correo no deseado: a lo mejor es sobre un tema que te interesa pero sientes que es una intrusión y lo descartas casi sin mirarlo.
Desde mi experiencia, tanto con proyectos propios como de clientes que han escrito libros, las redes sociales sí que son un buen canal para vender siempre que hayas creado una comunidad primero. Si consigues crear un perfil interesante que comparta contenido sobre tu tema, te relacionas con otros usuarios creando/participando en conversaciones interesantes, generarás una comunidad a tu alrededor y cuando compartas que has publicado un libro, ese libro va a tener interés.
También son un excelente punto de partida para hacer campañas de publicidad: con la cantidad de información sobre nosotros que tienen las redes sociales, podemos acertar mucho con nuestros anuncios, indicando que se muestre la publicidad de nuestro libro a lectores afines a tal o cual género o autor. Con poca inversión se pueden conseguir buenos resultados.
De todos modos, dicho esto, pienso que el verdadero potencial de las redes sociales no es captar nuevos lectores sino fidelizar a los que ya tenemos. Sirven como ningún otro canal para poder conectar de una manera cercana con los lectores que ya tienes y que ya están interesados en tu obra. Las redes te permiten charlar con ellos, mantenerlos informados casi en tiempo real de cómo avanzan tus futuros proyectos… y si consigues ese vínculo con ellos, serán los primeros que comprarán tu siguiente libro con los ojos cerrados el mismo día en que lo saques.
Por último, gestionar redes sociales es algo que toma mucho tiempo y esfuerzo. Ha de ser un trabajo sostenido, como bien decía TeresaH. Antes de abrir perfiles en redes sociales y empezar a dedicar cantidad de esfuerzo en ellas lo más importante es pensar en cuáles de ellas están tus potenciales lectores (no abrirse perfiles en todas) e invertir totalmente el planteamiento: no se trata de qué vas a conseguir tú con las redes sino de qué les vas a aportar en su vida a quienes te sigan. Si no les vas a aportar alguna ventaja, como descuentos, información útil/exclusiva o incluso entretenimiento, no van a tener motivos para seguirte.
Un abrazo!